La fecunda etapa de Roma

?Una de las razones por las cuales he aceptado, tras muchas dudas, la direcci¨®n del Museo del Prado es la experiencia que he tenido durante cuatro a?os como director de la Academia de Bellas Artes en Roma?, dijo ayer Federico Sope?a recordando una de las etapas culturalmente m¨¢s fecundas de su vida.El nuevo director del Museo del Prado estuvo en Roma, desempe?ando aquel cargo, desde 1977 a 1981, y se fue de ¨¦l dejando atr¨¢s una labor de difusi¨®n de la cultura espa?ola y de entendimiento de la vida intelectual italiana, que fue destacada por el presidente Sandro Pertini en un telegrama que dirigi¨® a Sope?a cuando ¨¦ste regres¨® a nuestro pa¨ªs.

En su telegrama, Sandro Pertini se?alaba que Sope?a hab¨ªa demostrado querer a Italia ?a trav¨¦s de su actividad de profundo y apreciado conocedor de nuestro arte?. En ese plano, el nuevo director del Prado explic¨® que su estancia en Italia fue enriquecedora, ?en primer lugar, por el contacto permanente con pintores, escultores, arquitectos y restauradores. Dentro de la academia hay una secci¨®n especial dedicada a la museolog¨ªa. He seguido con todo cari?o estos trabajos y pude conocer a fondo la organizaci¨®n muse¨ªstica italiana, tan llena de sugerencias?.

?El haber escuchado en la misma academia las opiniones de un profesor como Argan?, dijo Sope?a, ?ha supuesto para m¨ª una amplitud extraordinaria de horizontes, puesto que Argan ve la vida de los museos como perteneciente al aut¨¦ntico coraz¨®n de la ciudad e inseparable de todos los problemas urban¨ªsticos que se plantean en las viejas ciudades europeas?.