Mil cien millones de pesetas suman las multas de Hacienda por desviaci¨®n de alcohol industrial a consumo humano en 1981
Los inspectores de Hacienda han conclu¨ªdo una espectacular operaci¨®n destinada a detectar la desviaci¨®n clandestina y fraudulenta de alcohol industrial, en cantidades descomunales, hacia el consumo humano. El resultado de la "operaci¨®n alcohol", tras ocho meses de investigaci¨®n y persecuci¨®n, de caracteres novelescos, se ha reflejado en la imposici¨®n de multas por, valor de mas de 1.109 millones de pesetas a quince almacenistas, cuarenta falsos usuarios industriales, cuarenta y seis fabricantes de productos compuestos y tres fabricantes de alcohol. Al realizarse clandestinamente las importaciones de et¨ªlico apto para el consumo -como en el caso del tr¨¢fico ilegal de colza comestible, (EL PAIS, 11-X-81)- bajo licencia de alcohol desnaturalizado se ha producido defraudaci¨®n fiscal pero no intoxicaci¨®n.
Los temores expresados por los viticultores cuando se opusieron -algunos violentamente, deteniendo las cisternas y derramando el l¨ªquido- a la importaci¨®n de 200.000 Hectolitros de alcohol industrial para barnices, pinturas, perfumer¨ªa, farmacia, etc., aprobada por el Gobierno en 1980, se han convertido en realidad tras el cierre de esta operaci¨®n de contrabando y fraude fiscal. El precio del alcohol importado para industrias oscila entre 50 y 60 pesetas mientras que el fabricado en Espa?a a partir del alcohol vin¨ªcola cuesta unas 120 pesetas. La tentaci¨®n de pasar ilegalmente el alcohol industrial al consumo humano, a trav¨¦s de los brandies, vermuts, vinos generosos y otras bebidas, ha fomentado la existencia de una amplia red de traficantes clandestinos semejante a la de la colza no t¨®xica.Hay dos mecanismos de penetraci¨®n clandestina de alcohol para uso de boca, bajo licencia de importaci¨®n de alcohol desnaturalizado para uso industrial. La primera, a trav¨¦s de cisternas, se ha desarrollado con una picaresca de alta tecnolog¨ªa. Algunos medios del sector hablan de cisternas ingeniosamente construi¨ªdas para cruzar la frontera cargadas de alcohol sin desnaturalizar, pero disponiendo de un peque?o doble dep¨®sito en la boca de la cisterna, donde se obtiene la muestra de control de Aduanas, en el que precisamente se transporta una peque?a cantidad del desnaturalizado. El segundo mecanismo, de mas alto nivel, pasa por los puertos y por las bodegas de algunos buques cargadas con millones de litros de alcohol. En estos casos ni siquiera se cubr¨ªan las apariencias.
Una de las actuaciones mas espectaculares de la "operaci¨®n alcohol", descubierta recientemente con gran aparato policial, tuvo su desenlace en una empresa del Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz). Las autoridades de la Aduana espa?ola tuvieron conocimiento de la salida de Holanda de un buque con dos millones de litros de alcohol et¨ªlico sin desnaturalizar. Los papeles oficiales se?alaban, sin embargo, que la empresa ten¨ªa licencia para importar alcohol et¨ªlico pero desnaturalizado con el met¨ªlico procedente de la destilaci¨®n de madera que, por su fuerte mal olor, lo hace incomestible.
Cuando el barco atrac¨® en el Puerto de Santa. Mar¨ªa, la Guardia Civil ya ten¨ªa montado un fuerte dispositivo de control en torno a los muelles, las cisternas y los dep¨®sitos de la empresa destinataria. Las muestras presentadas en Aduanas eran falsas pues respond¨ªan a la licencia de Comercio pero no al contenido de la bodega. Cuando descargaron la mercanc¨ªa en los almacenes, se presentaron los inspectores con orden judicial de registro y encontraron cortadas las escaleras de acceso a los dep¨®sitos. Aprovechando la oscuridad alguien volc¨®, en ese momento, unos bidones de desnaturalizante sobre la mercanc¨ªa. Sin embargo, se pudo comprobar mas tarde que los restos de la bodega del buque eran de alcohol met¨ªlico no desnaturalizado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.