Pol¨ªtica de moderaci¨®n
Willy Brandt fue el primer canciller alem¨¢n federal de la coalici¨®n socialista-liberal a quien se le concedi¨®, hace diez a?os, el Premio Nobel de la Paz.Estamos orgullosos de que a un alem¨¢n se le haya otorgado ese honor por sus extraordinarios servicios por la paz en Europa. No solamente para el jefe del Gobierno socialdem¨®crata, sino tambi¨¦n para todos nosotros y para nuestro Estado, fue un acontecimiento de rango hist¨®rico.
La distinci¨®n fue otorgada no s¨®lo a un hombre de Estado, a quien se honraba por abrir una brecha en el camino de la reconciliaci¨®n y equilibrio con el Este y, a la vez, por haber situado en primer t¨¦rmino la pol¨ªtica hacia el Este, sino porque tambi¨¦n se reconoc¨ªa que Willy Brandt fortaleci¨® la colaboraci¨®n con Europa occidental, como parte integrante de una pol¨ªtica de paz para toda Europa.
"Yo respondo por la continuidad de la pol¨ªtica de Willy Brandt".
Apoyarse en Occidente y abrirse hacia el Este fueron las l¨ªneas determinantes de la pol¨ªtica de la coalici¨®n social-liberal desde los primeros d¨ªas. A estos imperativos de la pol¨ªtica de paz alemana, Willy Brandt incorpor¨® la moral como una fuerza m¨®vil. Desde entonces posee la pol¨ªtica de paz de la Rep¨²blica Federal de Alemania una -credibilidad mundial en sus objetivos que anteriormente a Konrad Adenauer y a Gustav Stresemann -el premio Nobel de la Paz de 1926- s¨®lo en una limitada medida y provisionalmente les fue permitido alcanzar.
Yo respondo por la continuidad de esta pol¨ªtica, que Willy Brandt y el antiguo ministro de Asuntos Exteriores Walter Scheel han realizado en com¨²n y de forma consecuente.
La demanda de nuestro pueblo por la continuidad y la estabilidad como garant¨ªa de la paz exterior es muy fuerte y no ha cambiado.
"Nuestro futuro econ¨®mico y pol¨ªtico est¨¢, en la Comunidad Europea"
Yo estimo como mi deber y m¨ª tarea la de dar la mayor de las prioridades a esta pol¨ªtica de paz. Junto con nuestra responsabilidad com¨²n quiero subrayar las cinco grandes constantes de nuestra pol¨ªtica:
1. La inmensa mayor¨ªa de nuestros ciudadanos opina con el Parlamento y el Gobierno federal que nuestro Estado debe tomar asiento en la comunidad de los pueblos libres de Occidente, en el Pacto Atl¨¢ntico y en la Comunidad Europea. La alianza y la estrecha colaboraci¨®n con Estados Unidos es irrenunciable por razones de nuestra seguridad.
2. Nuestro futuro econ¨®mico, y, en cierta medida, tambi¨¦n el pol¨ªtico, lo vemos en la Comunidad Europea y en su amplio desarrollo.
Aun antes de que Willy Brandt, como canciller federal, negociase los primeros tratados con el Este, ya a finales de 1969, en la conferencia y la cumbre de La Haya de las comunidades europeas sent¨®, en cooperaci¨®n con el anterior Jefe de Estado franc¨¦s, las bases para la ampliaci¨®n del Mercado Com¨²n y para el ingreso en el mismo del Reino Unido, Dinamarca e Irlanda.
Desde entonces, nosotros hemos intensificado todav¨ªa m¨¢s la pol¨ªtica de cooperci¨®n econ¨®mica y monetaria y profundizado, sobre todo, el trabajo de cooperaci¨®n en el campo de la pol¨ªtica exterior. Las estrechas y especiales relaciones que tenemos con Francia -por encima de todos los cambios de direcciones pol¨ªticas en Bonn y en Par¨ªs- han ganado considerablemente en importancia. Por esta raz¨®n, esta cooperaci¨®n es para m¨ª una profunda aspiraci¨®n ¨ªntima y, a la vez, un mandamiento moral que proviene de la experiencia hist¨®rica.
3. El Gobierno alem¨¢n busca la cooperaci¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y los pa¨ªses vecinos del este de Europa.
La pol¨ªtica de distensi¨®n en conexi¨®n con nuestros compa?eros de alianza ha estabilizado la paz en Europa.
Los tratados con el Este han hecho posible la firma en 1975 del Acta de Helsinki para la seguridad y la cooperaci¨®n con la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana que asegur¨® la colaboraci¨®n con el otro Estado alem¨¢n y mejor¨® considerablemente las relaciones humanas.
Berl¨ªn ya no es un foco permanente de tensiones y de crisis.
"Hemos apoyado siempre el di¨¢logo estrat¨¦gico entre las dos potencias mundiales"
4. Nuestra pol¨ªtica de paz se basa en el principio de equilibrio de fuerzas entre el Este y el Oeste y en una disposici¨®n para el di¨¢logo con el objetivo de limitar las armas nucleares y convencionales y reducir al m¨¢s bajo nivel posible el equilibrio militar.
Por otra parte hemos apoyado siempre el di¨¢logo estrat¨¦gico entre ambas potencias mundiales.
Nuestros constantes esfuerzos tanto en Mosc¨² como en Washington han logrado que las dos superpotencias se comprometiesen a empezar a negociar a finales de noviembre sobre los mis?les de alcance medio en Europa para que pueda limitarse el rearme.
Constituye tambi¨¦n un objetivo importante nuestra propuesta de una opci¨®n cero para ambas partes.
Si se llegase a un acuerdo sobre este punto se har¨ªa innecesario el rearme de Occidente. Sobre este problema he hablado varias veces con el secretario general del PCUS, Le¨®nidas Breznev.
Este tema estar¨¢ tambi¨¦n en primer plano con ocasi¨®n de su visita a Bonn el mes de noviembre.
5. Nosotros tratamos de colaborar estrechamente con los pa¨ªses del Tercer Mundo. Esto forma parte tambi¨¦n de nuestra pol¨ªtica de paz. La creaci¨®n de una corriente de relaciones Norte-Sur es para nosotros no s¨®lo un imperativo de las concepciones econ¨®micas mundiales, como se ha debatido esta semana en la conferencia en la cumbre de Canc¨²n.
Nosotros estimamos que constituye una importante contribuci¨®n a la pol¨ªtica internacional apoyar a los Estados del Tercer Mundo que quieren mantenerse independientes mediante una colaboraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Queremos contribuir a la estabilizaci¨®n en aquellas regiones sacudidas por crisis y conflictos.
Necesitamos hoy una amplia pol¨ªtica de cooperaci¨®n en la seguridad para la realizaci¨®n de una paz estable. Esta cooperaci¨®n debe tener alcance mundial.
En este concepto se incluyen:
1. Un equilibrio pol¨ªtico, estrat¨¦gico y militar.
2. Una pol¨ªtica de distensi¨®n, de contenci¨®n de los conflictos, y una compensaci¨®n de intereses.
3. La previsi¨®n y el c¨¢lculo de las decisiones pol¨ªticas, militares y econ¨®micas. Europa necesita hoy, despu¨¦s de muchos retrocesos en la pol¨ªtica de distensi¨®n, una alta medida de confianza rec¨ªproca. Para el Gobierno alem¨¢n es un imperativo.
La Rep¨²blica Federal de Alemania es una potencia europea de rango medio que no puede llevar a cabo una pol¨ªtica de gran potencia y que adem¨¢s no quiere hacerla.
As¨ª, en el marco de nuestras posibilidades debemos acrecentar nuestra responsabilidad com¨²n por la paz, que en el transcurso de los ¨²ltimos decenios ha sido creciente en todos los campos de la pol¨ªtica, del control de armamentos y de la interdependencia econ¨®mica. Por esta raz¨®n nos atenemos a una pol¨ªtica, de credibilidad y de mesura. Tratamos de proseguir la pol¨ªtica de paz. Hace diez a?os, la concesi¨®n del Premio Nobel a Willy Brandt fue una apreciaci¨®n de la nueva orientaci¨®n en la pol¨ªtica de seguridad alemana. Sus bases desde entonces no han cambiado. Y permanecer¨¢n invariables.
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