Cr¨ªticas de los j¨®venes democristianos alemanes en el congreso del partido
En el tercer d¨ªa del 30? Congreso de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata de Alemania (CDU), que se celebra en Hamburgo, casi un centenar de j¨®venes tomaron la palabra para manifestarse cr¨ªticamente sobre los temas que preocupan a la sociedad alemana: la paz y el miedo ante la falta de perspectivas.
Los democristianos se han arriesgado en este 30? Congreso a poner en pr¨¢ctica un experimento: invitar a quinientos j¨®venes de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), bastantes no afiliados al partido, para discutir, sobre los problemas de su generacion.Como los restantes partidos del sistema, la dernocracia cristiana parece haber comprendido que tiene que dar una respuesta al nuevo movimiento pac¨ªfista. El presidente democristiano, Helmut Kohl, se apresur¨® a corregir sus primeras apreciaciones de "frente popular" y otros t¨¦rminos considerados peyorativos en la RFA.
La presencia de los j¨®venes llen¨® el d¨ªa de ayer y fue una verdadera bocanada de aire fresco en medio del lenguaje aburrido o profesoral de los pol¨ªticos profesionales. Si el experimento no se queda s¨®lo en eso, en una mera catarsis c¨®l¨¦ctiva, los democristianos alemanes tienen todav¨ªa la oportunidad de integrar a una parte al menos del movimiento juvenil.
Lo que ayer tuvo que escuchar en Hamburgo Helmut Kohl y los otros dirigentes de la CDU refleja hasta d¨®nde han calado en los j¨®venes las preocupaciones sobre el tema candente de la paz. Kohl, que moder¨® la discusi¨®n en el pleno, se re¨ªa a veces con gesto suficiente ante las palabras de los j¨®venes, pero en otras ocasiones tuvo que tomar la palabra para responder a las acusaciones directas que le lanzaron.
Un joven critic¨® que en el Ej¨¦rcito un oficial le prohibi¨® la discusi¨®n sobre pacifismo con las palabras "aqu¨ª no estamos para discutir, sino para luchar". Otro calific¨® de "inquisici¨®n" el sistema empleado para conceder el derecho a la objeci¨®n de conciencia, "sin que la democracia cristiana diga nada en contra". Un tercero lleg¨® a decir que "en Bonn, un Gobierno d¨¦bil y una oposici¨®n sin iniciativa doblan la rodilla ante los intereses de la industria armamentista", palabras que provocaron una airada respuesta de Helmut Kohl, que neg¨® categ¨®ricamente que "la fracci¨®n democristiana sea lobista de la industria de armamento".
Un joven lleg¨® a poner en teIa de juicio si la CDU merece llevar la "C" de cristiana en sus siglas, y formul¨®, con cierto patetismo: "Tengo miedo de que lo que los expertos llaman disuasi¨®n no funcione".
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