Desembarcos
Calvo Sotelo quiere desembarcar en UCD, Carlos Robles Piquer desembarca en RTVE, Mario Onaind¨ªa y Roberto Lerchundi desembarcan en Madrid, Carrillo desembarca del partido a todos los que no le aman. El desembarco es la nueva palabra de primera p¨¢gina:-Primero fue la coyuntura. Luego se acu?aron t¨¦rminos como el consenso o la concertaci¨®n. Ahora, desembarco, que indica que la pol¨ªtica ha vuelto a ser febril actividad.
Se expresa as¨ª el columnista pol¨ªtico, a¨²n desenga?ado porque Su¨¢rez no sigue los consejos que diariamente le da desde el peri¨®dico:
-Mira que le he dicho veces que dimita en bien de? pa¨ªs. Si va a llegar el momento en que a los periodistas no nos van a escuchar los pol¨ªticos...
En el diario Ya desembarcan el conocido historiador y karateka Ricardo de la Cierva y el tambi¨¦n conocido periodista Emilio Romero. Se trata de una gran operaci¨®n de? diario de la democracia cristiana para recuperar lectores y algo de iniciativa pol¨ªtica.
Robando lectores. Poco antes de que en la llamada santa casa se hicieran los dos fichajes, se re¨²ne el consejo de administraci¨®n para estudiar la ca¨ªda de ventas del peri¨®dico. El estudio de mercado se?ala que los lectores no se los quita otro peri¨®dico, sino El Alc¨¢zar.
-Y se decidi¨® por mayor¨ªa que hab¨ªa que dar vitaminas a los lectores -dice un conocedor de los entresijos del peri¨®dico-, fichando a ambos escritores.
-Pero eso es una dosis para caballos.
Plataforma. Lerchundi y Onaind¨ªa, los autores de la fusi¨®n de Euskadiko Ezkerra y el Partido Comunista de Euskadi, protagonizan en Madrid uno de los actos pol¨ªticos m¨¢s importantes de los ¨²ltimos meses. Cuatro mil personas les escuchan en un recinto apto para menos de la mitad.
Por la noche, los cesantes del PCE, a punto de ser expulsados por Carrillo, se re¨²nen a cenar, ocupando los bajos de un amplio restaurante. Carrillo, desde su mesa, disuelve uno tras otro todos los comit¨¦s contestatarios.
A los postres de la cena, se acercan Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano y Jaime Pastor, dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria. Hacen un recorrido exploratorio y vuelven al piso superior del restaurante:
-El ambiente abajo es muy deprimente.
Fernando Claud¨ªn no considera oportuno acercarse. Pregunta a los exploradores:
-?Qu¨¦ pasa, que est¨¢n desanimados?
-No, le contestan, es que no paran de hablar de pol¨ªtica. Van a hacer una plataforma.
Doble versi¨®n. Mario Onaind¨ªa tambi¨¦n prefiere quedarse arriba. Ha tenido un d¨ªa agitado. Por la ma?ana, con el ministro de Industria, Ignacio Bay¨®n. Luego, antes del acto pol¨ªtico, una entrevista con Felipe Gonz¨¢lez.
Uno de los asistentes le pregunta sobre los resultados de la entrevista. Con su habitual locuacidad hace una exhaustivavalci¨®n:
-Psh.
Al d¨ªa siguiente, otra entrevista. Esta vez con un editor. La noche la pasa en vela dando los ¨²ltimos toques al borrador de la primera novela que escribe en castellano. Onaind¨ªa ya ha publicado otra novela en eusquera, con el sugestivo t¨ªtulo de Elurtzan datzaten zuhait enborrak.
-Hab¨ªa pensado hacer la segunda tambi¨¦n en eusquera, pero luego no se la lee casi nadie. Har¨¦ despu¨¦s la versi¨®n abertzale.
Zona nacional. Antonio de Senillosa, el senador de Coalici¨®n Democr¨¢tica partidario de la legalizaci¨®n del porro, te explica al d¨ªa siguiente de qu¨¦ va lo suyo:
-Yo soy de derechas. Pero de una derecha que no existe. Abandonas su amena conversaci¨®n y te vas dando un largo paseo por la calle de Goya. Trescientos combatientes de la zona nacional rodean a una joven dando grandes muestras de valor y esp¨ªritu c¨ªvico:
-Te vamos a violar, a matar, roja. A Mosc¨².
Ocho coches de la Polic¨ªa Municipal acuden a resolver el incidente. La Polic¨ªa Nacional no est¨¢ por los alrededores. Los municipales, a costa de algunas lesiones, resuelven la situaci¨®n con enorme eficacia, aguantando las provocaciones para no organizar un tumulto de consecuencias imprevisibles. Luego, acompa?an a la joven para que ¨¦sta ponga la denuncia correspondiente.
Nada m¨¢s entrar en la comisar¨ªa de la calle del Pr¨ªncipe de Asturias, una reproducci¨®n del "testamento de Franco", tama?o Guernica, recibe a los visitantes. A su lado, otro cartel con un mensaje de concordia: "La polic¨ªa es tu amiga".
Eterna verbalidad.
Pero en la vida del reportero siempre hay, pese a todo, momentos de gloria. Por la'noche, te invitan a cenar en la sede de la agencia Efe con motivo de un homenaje a Juan Jos¨¦ Alonso Mill¨¢n. Y te toca sentarte entre dos actrices de esas que s¨®lo crees que existen en las fotograf¨ªas.
Luis Mar¨ªa Ans¨®n, presidente de Efe, distribuye los turnos de la tertulia y reparte puyas con habilidad. Para postre, un helado de pistacho, el plato preferido de Ans¨®n, quien devora diariamente kilos de semejante producto. Amilibia, el columnista de Pueblo, sostiene una curiosa teor¨ªa:
-Ponce de Le¨®n busc¨® en Florida la fuente de la eterna juventud. Ans¨®n encontr¨® en el helado de pistacho la fuente de la eterna verbalidad. A la salida, temeroso por los rumores que empapan Madrid, te acercas a Ans¨®n para tranquilizarte, forzando una sonrisa serena:
-?Hay que marcharse el 23 de noviembre?
-No. Pero es gracias al rey, porque todo est¨¢ muy mal. Y te marchas a dormir con otro cuerpo.
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