La interpretaci¨®n de "Satisfaction"' fue el momento culminante del concierto de los Rolling Stones en Nueva York
El grupo brit¨¢nico llen¨® anteayer el Madison Square Garden
Nueva YorkVeinte mil personas rodeadas de cientos de globos de colores y coreando la capci¨®n Satisfaction despidieron con un aplauso atronador al grupo de rock brit¨¢nico Rolling Stones, en su primera actuaci¨®n en Nueva York desde hace tres a?os, cele brada anteayer en el Madison Square Garden. Varios miles de personas mas siguieron el concierto desde la calle vigiladas por numerosos cordones de polic¨ªa a pie y a caballo, y m¨¢s de un mill¨®n que no consigui¨® entradas tuvo que contentarse con la informaci¨®n sobre el espect¨¢culo que ofrecieron las cadenas de televisi¨®n y las emisiones de radio, en competencia en sus caretas con las incidencias del lanzamiento de la nave Columbia.
La gira de los Rolling Stones por Estados Unidos, iniciada el pasado 25 de septiembre en Filadelfia, est¨¢ confirmando que Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts, Bill Wyman y Ron Wood son todav¨ªa el mejor grupo de rock para un gran n¨²mero de gente de todas las edades. Al menos dos millones de personas han pagado cerca de cuarenta millones de d¨®lares (aproximadamente 4.000 millones de pesetas) para ver al grupo brit¨¢nico en,su primera gira americana desde 1978. S¨®lo en el ¨¢rea de Nueva York, las oficinas de correos fueron inundadas con tres millones y medio de tarjetas postales solicitando entradas para los cinco conciertos a celebrar aqu¨ª.La expectaci¨®n que est¨¢n provocando los Rolling Stones en su gira norteamericana ha originado un complicado sistema de venta de entradas para sus conciertos, basado en la publicaci¨®n, meses antes de su actuaci¨®n, de anuncios para solicitar las entradas por correo. Entre estas peticiones se hace un sorteo y s¨®lo los elegidos tienen derecho a comprar dos entradas por persona. Este sistema, creado en principio para evitar la reventa, ha originado un mercado negro de entradas y alguna persona ha llegado a pagar hasta trescientos d¨®lares (unas 3.000 pesetas) por una entrada (su precio en taquilla es de trescientas pesetas).
El hecho de que miles de personas llenen los estadios en esta gira ha hecho circular algunas teor¨ªas sobre el fen¨®meno de los Rolling Stones con casi veinte a?os de presencia en los escenanos. Muerto John Lennon se han desvanecido las posibilidades de una reaparici¨®n de los Beatles, dejando a los Rolling Stones sin competencia en el resurgimiento de la m¨²sica de los a?os sesenta, puesto en evidencia en el multitudinario concierto de Simon y Garfunkel en el Central Park neoyorquino el pasado mes de septiembre.
Conciencia de la nostalgia
El grupo brit¨¢nico es consciente de esta nostalgia y en su repertorio incluye un gran n¨²mero de composiciones de los sesenta principios de los setenta. El concierto del Madison Square Garden lo inici¨® Mick Jagger (leotardos y zapatillas amarillas, camiseta y rodilleras azul el¨¦ctrico) cantando Star me up, su ¨²ltimo ¨¦xito, para seguidamente interpretar dos de sus m¨¢s famosas canciones de los a?os sesenta: Time is on my side y Lets spend the night logether.
El p¨²blico, de edades comprendidas entre los quince y los cuarenta a?os, respond¨ªa a las canciones m¨¢s populares del grupo, coreando en especial las de los a?os sesenta v setenta, y siguiendo los movimientos de Mick Jagger y Keith Richards por un escenario m¨®vil dise?ado por el artista japon¨¦s Kazuhide Yamazaki.
El concierto se inici¨® con el grupo Sereaming Jay Hawkins y a continuaci¨®n los Rolling Stones durante dos horas interpretaron veintis¨¦is composiciones que abarcan toda su carrera, con ocho canciones de los a?os sesenta (incluidas I just want to make love to you y Time is on my side), nueve de los setenta (Starfucker entre ellas) y ocho de los ochenta (Let it bleedy Under my thumb).
El final lo dedicaron a sus nuevas canciones Honky tonk women, Brown sugar y Jumping jack flash, rematado con Satisfaction entre el lanzamiento de cientos de globos. Mick Jagger demostr¨® una vez m¨¢s su maestr¨ªa en el escenario, provocando las reacciones m¨¢s exaltadas de un p¨²blico muy variado (pod¨ªa verse entre la gente desde j¨®venes punk y nueva ola hasta parejas pasada la treintena), que demostraban lo err¨®neas que son las teor¨ªas sobre la muerte del rock.
Que un grupo como los Rolling Stones acaparen las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos y revistas, que el anuncio de sus actuaciones desborde a los empleados de correos de la zona donde act¨²an, que miles de personas no puedan conseguir entradas pese a los aforos de los lugares de actuaci¨®n (90.000 personas en Los Angeles y una media de 50.000 en otras ciudades norteamericanas), confirman el resurgimiento del rock, ?que nunca puede morir?, seg¨²n declaraba Keith Richards.
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