El Pante¨®n de Hombres Ilustres, de Atocha, un mausoleo desconocido para la mayor¨ªa de los madrile?os
El Pante¨®n de Hombres Ilustres, situado junto a la bas¨ªlica de Nuestra Se?ora de Atocha, es una de las propiedades del Patrimonio Nacional menos visitadas. S¨®lo son aproximadamente 3.000 los visitantes anuales. La raz¨®n principal es que pocos madrile?os saben que bajo las c¨²pulas del edificio -en la esquina del paseo de Reina Cristina y la calle de Juli¨¢n Gayarre, frente al Gobierno Militar- reposan los restos de Jos¨¦ Canalejas, Pr¨¢xedes Mateo Sagasta, Eduardo Dato, Antonio C¨¢novas, Antonio de Rios Rosas y el marqu¨¦s del Duero en mausoleos realizados por Mariano Benllilure, Arturo M¨¦lida, Agust¨ªn Querol o Pedro Estany.
El edificio, obra del arquitecto Fernando Arb¨®s, autor asimismo del proyecto de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, la necr¨®polis del Este o la iglesia de San Manuel y San Benito, en la calle de Alcal¨¢, fue construido a finales del pasado siglo con la idea de que Madrid tuviera, como otras ciudades europeas, un pante¨®n nacional.Este proyecto no era nuevo. Las Cortes de 1837 ya hab¨ªan aprobado un art¨ªculo por el que se fijaba la sede de un pante¨®n nacional en la iglesia de San Francisco el Grande, en el que ser¨ªan enterrados todos aquellos espa?oles ilustres que, por lo menos, llevaran cincuenta a?os muertos. En 1869 una comisi¨®n se encargaba de buscar los restos de varios de los hombres elegidos, y el 20 de Junio sal¨ªa de la bas¨ªlica de Atocha, a donde se hab¨ªan llevado los cuerpos desde distintas provincias, una comitiva en la que iban los restos de Juan de Mena, Gonzalo de C¨®rdoba, Garcilaso de la Vega, Ambroslo de Morales, Alonso de Ercilla, Juan Lanuza, Francisco de Quevedo, Pedro Calder¨®n de la Barca, el marqu¨¦s de la Ensenada, Federico Carlos Gravina, Ventura Rodr¨ªguez y Juan de Villanueva.
Quedaron, sin embargo, depositados en la bas¨ªlica los restos de Francisco Javier Casta?os, Juan Prim, Jos¨¦ Palafox, Antonio de R¨ªos Rosas y Manuel Guti¨¦rrez de la Concha, primer marqu¨¦s del Duero, ya que no hab¨ªan pasado a¨²n cincuenta a?os de su muerte. Estos sepulcros ser¨ªan trasladados a?os despu¨¦s al nuevo Pante¨®n de Hombres Ilustres, situado a pocos metros de la iglesia
El proyecto de Fernando Arb¨®s, que gan¨® el concurso convocado en 1890 y que dio fama a su autor, se qued¨®, sin embargo, sin realizar en su totalidad, ya que, en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo, s¨®lo fueron construidas las tres naves del pante¨®n y el campanario, de procedencia v¨¦neto-toscana, en tanto la obra principal, la edificaci¨®n de una nueva bas¨ªlica, quedaba paralizada.
Ochenta a?os de historia
El traslado a este pante¨®n de los restos mortales de los personajes que estaban en la iglesia se produjo en 1901. Posteriormente, a los mausoleos de Casta?os, Palafox, Prim, R¨ªos Rosas y el marqu¨¦s del Duero, estos tres ¨²ltimos obras de los escultores Pl¨¢cido Zuloaga, Estany y M¨¦lida, respectivamente, se unieron los de C¨¢novas, Canalejas, Dato, Sagasta y los de Jos¨¦ Mar¨ªa Calatrava, Agust¨ªn Arg¨¹elles, Francisco Mart¨ªnez de la Rosa, Salustiano Ol¨®zaga, Juan Alvarez Mendiz¨¢bal y Diego Mu?oz Torrero. En total, quince cuerpos repartidos en diez mausoleos, ya que los seis ¨²ltimos fueron colocados en uno com¨²n.Los monumentos funerarios de Canaletas, Sagasta y Eduardoj Dato fueron encargados a Benlliure; el de C¨¢novas, a Querol, y el compartido por Calatrava, Arg¨¹elles, Mart¨ªnez de la Rosa, Ol¨®zaga, Mendiz¨¢bal y Mu?oz Torrero, fue encargado a Federico Aparici.
Esta aparente consolidaci¨®n del pante¨®n como dep¨®sito de los restos de los personajes m¨¢s ilustres se vio interrumpida a partir de 1928, a?o en el que se coloc¨® el mausoleo de Eduardo Dato. Desde entonces no s¨®lo no se instalaron nuevas tumbas, sino que los restos de Palafox, Prim, y Casta?os fueron solicitados y trasladados a Zaragoza, Reus y Bail¨¦n, respectivamente, en parte, a causa del abandono que sufri¨® el edificio.
Durante la guerra civil, el ¨²nico da?o que sufri¨® el pante¨®n fue la rotura de una losa de m¨¢rmol existente en la tumba de Canalejas. En los a?os sesenta, la situaci¨®n del edificio, sin cristales en las ventalas y en malas condiciones hizo que el Patrimonio Nacional, propietario de los terrenos, decidiera adminstrar personalmente el pante¨®n, en tanto el Real Patronato de Nuestra Se?ora de Atocha segu¨ªa ocup¨¢ndose de de la bas¨ªlica y del colegio, cuya direcci¨®n est¨¢ en manos de los padres dominicos.
Pocos visitantes
La restauraci¨®n acometida por el Patrimonio al hacerse cargo del edificio no bast¨® para que el pante¨®n adquiriera importancia. Excepto algunas de las familias de los que all¨ª reposan y los representantes del Colegio de Abogados de Madrid, que dos veces al a?o, el 12 de noviembre y el 8 de marzo, rinden un homenaje a Canalejas y Dato, respectivamente, por haber sido decanos del organismo, el pante¨®n es recorrido la mayor parte de los d¨ªas ¨²nicamente por tres o cinco visitantes, para quienes es gratuita la entrada.Quiz¨¢ en el futuro cambie totalmente la situaci¨®n, ya que el Patrimonio Nacional quiere revitalizar este pante¨®n. Para ello est¨¢ previsto que en 1982 se realicen unas obras de restauraci¨®n con el fin de devolver al edificio su antiguo esplendor. El proyecto realizado por el servicio de obras del Patrimonio recoger¨¢ posiblemente alguna de las ideas aportadas por los alumnos de una de las c¨¢tedras de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura, que han realizado una serie de trabajos sobre la rehabilitaci¨®n del edificio. Estos proyectos se expondr¨¢n en el mismo pante¨®n para finales de a?o.
La posibilidad de que se incorporen nuevas tumbas al pante¨®n parece improbable, ya que queda muy lejana la costumbre de crear panteones nacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.