La Cruz Roja adopta una pol¨ªtica mas en¨¦rgica en defensa de los derechos humanos

La 24? Conferencia Internacional de la Cruz Roja, que finaliz¨® ayer en Manila, ha concluido sus debates recalcando la necesidad de que la organizaci¨®n adopte una pol¨ªtica m¨¢s en¨¦rgica y denuncie las violaciones de los acuerdos sobre guerras internacionales perpetradas por los Estados.

Los delegados de las 121 sociedades de la Cruz Roja y de los Gobiernos asistentes reconocieron que la conferencia de Manila ha representado un cambio en la pol¨ªtica tradicional de la organizaci¨®n -que existe desde hace 110 a?os-, caraterizada por una perseverancia tranquila y una imparcialidad educada,en la realizaci¨®n de su trabajo humanitario.Por primera vez en su historia, la Cruz Roja ha denunciado expl¨ªcitamente a los culpables de las violaciones de las convenciones, y exige iniciativas a favor del desarme.

Concretamente, la conferencia acus¨® a los beligerantes en Israel, Afganist¨¢n, Sahara occidental y Ogad¨¦n (Etiop¨ªa) de no respetar las convenciones sobre la protecci¨®n de los civiles y de los presos en tiempos de guerra.

A pesar de las objeciones iniciales de varios Gobiernos, la sesi¨®n plenaria de la conferencia adopt¨® ayer por consenso todas las resoluciones que abogan por un mayor respeto de los principios humanitarios, y pide que se adopten iniciativas mucho m¨¢s serias de todos los Gobiernos favor del desarme, al tiempo que denuncia la tortura y el nuevo fen¨®meno de las desapariciones.

Las visitas de representantes del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) a presos de guerra en distintos pa¨ªses han sido prohibidas o impedidas durante estos ¨²ltimos a?os, seg¨²n se denunci¨®, en Argelia, Marruecos, Somalia y Etiop¨ªa. El a?o pasado las autoridades afganas tampoco concedieron visado a los delegados de la Cruz Roja.

Durante los ocho d¨ªas que dur¨® la conferencia, los presos pol¨ªticos filipinos aprovecharon la oportunidad para informar sobre sus condiciones de vida.

Sin ning¨²n tipo de publicidad, los delegados del CICR visitaron un campamento de presos en Filipinas, pudiendo entrevistarse con los encarcelados y sus familiares. Tambi¨¦n acordaron la creaci¨®n de una oficina regional de la Cruz Roja en Manila.