EL PA?S y la cultura
Supongo que la reputaci¨®n que se ha creado EL PA?S de ser el mejor peri¨®dico que tenemos (honor que casi iguala al de Televisi¨®n Espa?ola, tambi¨¦n la mejor del pa¨ªs, por ahora) le obliga a aparentar un cierto aire cultural. Y supongo tambi¨¦n que creer¨¢ cumplir con esta obligaci¨®n al publicar una entrevista de tres p¨¢ginas con Bu?uel, dedicar otras dos p¨¢ginas a la muerte de Brassens y unas cuantas m¨¢s a Picasso. La desidia con la que se tratan estas informaciones (as¨ª como el tono general en que est¨¢ redactado el peri¨®dico, que ignora muchas veces las normas m¨¢s elementales de la lengua espa?ola) revela, sin embargo, un desinter¨¦s, casi desprecio parece a veces, por la cultura, cuya gravedad es notable, dada la evidente influencia de EL PA?S sobre un p¨²blico numeroso. Unos pocos ejemplos de los ¨²ltimos d¨ªas:- El 30 de octubre, una nota an¨®nima en la p¨¢gina de televisi¨®n hace pasar El hombre tranquilo, la m¨¢s famosa pel¨ªcula irlandesa de John Ford, por el western con el que su director renov¨® el g¨¦nero.
- El 31 de octubre, en la entrevista con Bu?uel, la pel¨ªcula mexicana El se convierte en Luis, sin duda a trav¨¦s de una traducci¨®n del t¨ªtulo franc¨¦s Lui.
- El mismo d¨ªa, el c¨¢ncer que padec¨ªa Brassens se convierte en cirrosis hep¨¢tica (error que no cometi¨® ning¨²n peri¨®dico franc¨¦s), de la misma forma que el juez de El gorila se transmuta en notario. En cuanto a la traducci¨®n de los versos que aparecen en el texto (y que deben de proceder de una nota de agencia, ya que ¨¦stos s¨ª coinciden con los publicados en la Prensa francesa), parece hecha con el ¨²nico prop¨®sito de dar la raz¨®n a la opini¨®n de lonesco, que se publica en la p¨¢gina contigua. El redactor de EL PA?S escribe: "Antes de cortar florituras a las bellas almas de las damas", donde Brassens hab¨ªa dicho: "Antes de ir a requebrar a las bellas almas de las condenadas", y "aunque yo no sea m¨¢s que un ¨¢tomo", donde el poeta dec¨ªa: "Aunque no tenga ni un ¨¢tomo, ni un asomo de maldad'.
Pero ?de qu¨¦ asombrarse?, Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n, uno de los grandes estilistas del pa¨ªs, ha mandado ramplonamente a Brassens "a dormir la mona al hermoso cementerio marino de S¨¦te", mientras el poeta se hab¨ªa imaginado como "el eterno veraneante que pedalea sobre las olas so?ando que pasa la muerte de vacaciones"./
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