Halffter y Sch?nberg, entre el serialismo y la tradici¨®n

Enrique Garc¨ªa Asensio dirigi¨® a la Sinf¨®nica de RTVE un programa tan equilibrado como interesante. De una parte, la primera audici¨®n madrile?a de Dos ambientes sonoros, de Rodolfo Halffter, y el Concierto para viol¨ªn, de Sch¨®nberg; de otra, la Sinfon¨ªa n? 9, llamada del Nuevo Mundo, de Anton Dvorak. Digamos, de entrada, que en todas las obras el titular de los radiotelevisivos demostr¨® seguridad y correcto criterio, que se reflejaron en versiones claras y razonadas.En sus Ambientes sonoros, op. 3 7 (1975-1979), Halffter insiste en lo que ya es en ¨¦l procedimiento natural: utilizaci¨®n de algunos procedimientos seriales puestos al servicio de concepciones tradicionales. En este caso, concepciones po¨¦ticas, ya que tanto el contempor¨¢neo Ocaso (Los caminos de la tarde se hacen uno con la noche) como la scherzante Alborada (?Apriesa cantan los gallos y quieren quebrar albores?) vienen a ser dos cuadros de evocaci¨®n abstracta y efusivo talante, muy caracter¨ªsticos de la inventiva halffieriana, de su manera de pensar y decir. Escritos durante sus estancias en Espa?a, el primer ambiente fue dado por vez primera en 1979, tres a?os despu¨¦s de que se conociera el segundo, interpretados -en ambos casos- por la Sinf¨®nica Nacional de M¨¦xico.

El Concierto para viol¨ªn, de Sch?nberg, es, acaso, la obra m¨¢s importante que el compositor escribiera en Am¨¦rica. Trabaj¨® en ella entre 1934 y 1936 y fue estrenada en Filadelf¨ªa por Louis Krasner y Leopold Stokowsky, en diciembre de 1940. El estreno ingl¨¦s estuvo a cargo del espa?ol Antonio Brossa y posteriormente ha pasado a ser una de las p¨¢ginas que m¨¢s se ejecutan entre todas las de su autor. Obra bien dif¨ªcil (Sch?nberg hablaba de la necesidad de una mano de seis dedos para abordarla), sirvi¨® para revelamos el extraordinario talento, la belleza sonora y la espectacular t¨¦cnica virtuosista de Pierre Amoyal.

En una p¨¢gina como la sinton¨ªa del Nuevo Mundo, Garc¨ªa Asensio hizo gala de limpio estilo, ausencia de ret¨®rica, brillantez y ¨¢gil continuidad, m¨¦ritos que le valieron grandes aplausos.