Fraga natural
La derecha natural, la mayor¨ªa natural, todo ese naturalismo de hoy no es sino el nuevo nombre del populismo viejo, del populismo franquista, dictatorialista, fundamentalista. A medida que se ha ido decantando la mayor¨ªa natural hemos visto lo que era: una derecha natural. A medida que se ha decantado la derecha natural, estamos viendo lo que es: Fraga natural o Fraga al natural. Ayer me llamaba por tel¨¦fono Adolfo Su¨¢rez:-Te aseguro, Paco, que yo me he enfrentado a todos los poderes de este pa¨ªs, que no me he arrugado ante ellos y sigo sin arrugarme. De momento dejo la Ejecutiva. Luego, ya veremos.
Fraga no ten¨ªa nada que hacer con Adolfo Su¨¢rez. Ya es una raz¨®n para secundar el viejo eslogan de Mingote:
- Con Su¨¢rez viv¨ªamos mejor.
Cuando en Espa?a empieza a decantarse la izquierda, siempre, al final, queda don Pablo Iglesias. Cuando en Espa?a comienza a decantarse la derecha, siempre, al final, lo que queda es Fraga. Cuando en Espa?a empieza a decantarse lo espa?ol, siempre, al final, lo que queda es Lola Flores. Mientras a Carrillo le emplazan de moscovita en la Prensa y la propaganda, por expulsar personal, Calvo Sotelo est¨¢ haciendo lo mismo, s¨®lo que sin debate abierto y sin arriesgarse en el alto mediod¨ªa (Solo ante el peligro). Cuando uced¨¦ era el acorde¨®n de la derecha, ?un acorde¨®n tocado por un ¨¢ngel?, como alguien dijera de B¨¦cquer (el ¨¢ngel de uced¨¦, claro, era Carmela), en el partido del poder/Gobierno cab¨ªa la socialdemocracia d¨¦ Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez y la democracia cristiana de Luis Apost¨²a. Felices tiempos en que Calv¨® Sotelo s¨®lo tocaba el piano con un dedo y en solitario.
Luego, Calvo Sotelo ha traicionado al se?or Hammond (pianos f¨¢ciles para ¨¢grafos musicales) con el se?or Ferrer Salat, ha cambiado el piano por el acorde¨®n y s¨®lo cabe plegarlo m¨¢s y m¨¢s. En cuanto lo despliega un poco, se oyen las voces blancas de la Garc¨ªa-Moreno y Soledad Becerril, las estad¨ªsticas de Pacord¨®?ez, como sagitario de saetas matem¨¢ticas, y los tacos abulenses de Adolfo. A medida que un presidente se presidencializa, se le van incorporando, no s¨®lo los cargos que suprime, sino tambi¨¦n los hombres suprimidos, de modo que ahora (y esto es lo sat¨¢nico del presidencialismo), a Calvo Sotelo se le transparenta el fantasma de Su¨¢rez (pelo a navaja), el fantasma de Rodr¨ªguez Sahag¨²n (pelo a hachazos) y el fantasma de Pacord¨®?ez (sin pelo). En cuanto el presidente comience ¨¦l mismo a transparentarse, veremos en seguida a Fraga, que es un Rodr¨ªguez Sahag¨²n con m¨¢s luces, un Ord¨®?ez sin ilustraci¨®n y un Su¨¢rez sin marcha. Entre Su¨¢rez y Fraga, Calvo Sotelo no habr¨¢ sido sino el intermedio de La Revoltosa f¨¢ctica, tocado con melancol¨ªa empresarial en el organillo de la Moncloa. O sea, que el que viene es Fraga. (Rodr¨ªguez Sahag¨²n me llama en este momento y quedamos en Par¨ªs).
Lo de Galicia, m¨¢s que una ordal¨ªa de meigas y caciques, ha sido una sofemasa: don Manuel y don Leopoldo venden lo mismo, pero don Manuel lo vende mejor. Y esto vale para toda Espa?a. A don Leopoldo, como tiene el alma marengo del financiero . espa?ol, se le transparenta todo lo que hay detr¨¢s. Don Manuel, como se pone el chaleco de punto encima del chaleco del traje, no transparenta nada. Todo ha sido una larga decantaci¨®n hacia el presidencialismo, y una vez creada la hornacina (Calvo Sotelo), hay que poner al presidencialista nato y natural: Fraga.
La otra noche, en una cena, Mar¨ªa Antonia Dans contaba que Fraga le hab¨ªa ense?ado una rodilla herida, en una playa, y mi santa contaba que Fraga le hab¨ªa ense?ado una rodilla herida, para una foto, pero la otra rodilla. Fraga va de estigmatizado de la democracia ense?ando las rodillas a las se?oras. No es el Cristo de Medinaceli, pero acabar¨¢ teniendo cola.
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