El profesor Vivancos

director de la Escuela de Arquitectura, de Valladolid, puede establecer un curioso r¨¦cord: ser la autoridad acad¨¦mica cuya dimisi¨®n han solicitado m¨¢s generaciones de estudiantes. Nada menos que ocho a?os llevan los alumnos de Arquitectura pidiendo su relevo. Pero ni se va ni le echan. Quiz¨¢ movidos por ese cansancio de predicar en el desierto, los estudiantes han optado por una nueva forma de presi¨®n y han combinado contestaci¨®n y est¨¦tica. Han colocado en cada ventana exterior de la escuela una letra, hasta completar la inscripci¨®n: "Director, dimisi¨®n; Vivancos, vete ya", y han entrelazado los diversos r¨®tulos con una pintoresca y llamativa tela de ara?a, con ara?a incluida. Adem¨¢s, en el vest¨ªbulo del edificio han abierto una exposici¨®n, que se renueva diariamente, con dibujos, montajes, fotos, escritos, etc¨¦tera, en los que se pide la dimisi¨®n del citado cargo. "Lo malo", se?al¨® uno de los alumnos, "es que no lo ve, porque hace tiempo que no pisa por aqu¨ª", informa Luis Miguel de Dios.