Exploraci¨®n gammagr¨¢fica, un eficaz sistema de diagn¨®stico
Cuando Juan Romero comenz¨® a sentir nuevamente molestias en el ri?¨®n se alarm¨® menos que la primera vez que las sufri¨®. La experiencia le hab¨ªa ense?ado que, por lo menos, la inyecci¨®n de un espasmol¨ªtico le calmar¨ªa lo suficiente hasta visitar al m¨¦dico de cabecera, sin necesidad de miedos ni urgencias. Y a partir de esa visita, si no hab¨ªa ninguna complicaci¨®n, el dolor y su cese definitivo se convertir¨ªan en poco menos que una rutina: an¨¢lisis de sangre, de orina, radiograf¨ªas y la medicaci¨®n de siempre.As¨ª que al d¨ªa siguiente entr¨® en el consultorio sin la alarma de la primera vez, y todo fue normal durante el reconocimiento, hasta que el m¨¦dico le dijo que, adem¨¢s de los m¨¦todos de diagn¨®stico empleados anteriormente, se le iba a someter a una ?exploraci¨®n gammogr¨¢fica?. A Juan Romero aquello le cogi¨® por sopresa y no pudo evitar pensar en la posibilidad de que su ri?¨®n estuviese peor de lo que supon¨ªa, Pero no. Seg¨²n le dijo el m¨¦dico, se trataba simplemente de una nueva t¨¦cnica de diagn¨®stico para asegurarse mejor del mismo. Esa nueva t¨¦cnica se realizaba, como rezaba el volante que el m¨¦dico le extendi¨®, en el servicio de medicina nuclear del centro sanitario.
Una vez dentro, y sin poder evitar que en su cabeza bailasen conceptos tales como radiactividad, uranio enriquecido y reactores nucleares, a Juan Romero se le hizo pasar, junto a otros pacientes, a la sala de administraci¨®n de dosis, en donde la doctora Aguirre le hizo lo que en aquel momento menos esperaba: le puso, como a los dem¨¢s, una simple inyecci¨®n intravenosa, y despu¨¦s, algo tambi¨¦n poco habitual: explic¨® a todos los pacientes a qu¨¦ prueba se iban a someter en aquel servicio: ?Las inyecciones que les ponemos son espec¨ªficas para cada ¨®rgano que se desea observar. Cada una de estas inyecciones est¨¢ compuesta por una sustancia que es apetecible para dicho ¨®rgano, de manera que se localice solamente en ¨¦l (por ejemplo, para el caso de que se quiera estudiar un hueso, esta sustancia apetecible ser¨ªa un compuesto de fosfato; para el caso de la sangre, un compuesto de hierro). A todas las sustancias se les a?ade un radiois¨®topo, que es una radiaci¨®n del tipo m¨¢s peque?o (radiaci¨®n gamma). No tiene materia y est¨¢ dotada de una m¨ªnima energ¨ªa. Esta es la parte nuclear del diagn¨®stico. Pero no hay ninguna raz¨®n para alarmarse, porque la energ¨ªa radiactiva que se introduce en el cuerpo en una exploraci¨®n normal de este tipo es tan m¨ªnima que su cantidad puede oscilar entre diez y cien veces menos que en el caso de una radiograf¨ªa?.
Juan Romero, al o¨ªr aquellas palabras, respir¨® m¨¢s tranquilo, sobre todo al conocer que el peligro nuclear al que se iba a exponer era tan peque?o comparado con los conocidos rayos X, a los que tantas veces se hab¨ªa sometido, e incluso, dado que ya estaba all¨ª y que la doctora era tan amable, se atrevi¨® a preguntar qu¨¦ diferencia existe entre los dos m¨¦todos de diagn¨®stico. ?Mientras los rayos X tienen como fundamento una fuente de energ¨ªa exterior al organismo, una onda electromagn¨¦tica que lo atraviesa y sensibiliza una placa con los contrastes de los ¨®rganos que se encuentra esa onda en el camino, la medicina nuclear parte de una fuente que se ha introducido en el organismo y que adem¨¢s se va a localizar en el ¨®rgano que deseemos, debido a esa sustancia apetecible para dicho ¨®rgano. Como esa sustancia transporta un radiois¨®topo, va a ser ¨¦l el que nos sirva de informador. Nos va a mostrar la forma del ¨®rgano y sus posibles lesiones mediante un ganim¨¢grafo, un ordenador, una pantalla de televisi¨®n y fotograf¨ªas?.
Unos minutos despu¨¦s hacen pasar a Juan Romero a otra sala en donde hay unos ordenadores, una pantalla de televisi¨®n y una m¨¢quina poco menos que espantosa, que resulta ser la gammac¨¢mara, dotada de un enorme cabezal cil¨ªndrico. Precisamente debajo del mismo colocan a Juan Romero, tendido en una camilla. El cabezal baja hacia ¨¦l, hasta casi tocar sus ropas, y todo comienza a funcionar. En la pantalla de televisi¨®n se puede observar lo que es un dibujo a la manera cubista de dos habichuelas con diferentes intensidades de gris. Las dichas dos habichuelas no son otra cosa que sus dos ri?ones, de cuya morfolog¨ªa el radiois¨®topo est¨¢ informando. La doctora Aguirre le explica: ?As¨ª es, de forma pr¨¢ctica, el diagn¨®stico que hacemos en medicina nuclear. El inyectable que le hemos puesto ya ha llegado a los ri?ones y en ellos se ha detenido. La radiaci¨®n emite las se?ales que recoge el ordenador y que vemos en esta pantalla. Seg¨²n lo que observamos a trav¨¦s de ella emitimos el diagn¨®stico. Dentro de una media hora aproximadamente dejar¨ªamos de ver estas se?ales, debido a que los ri?ones habr¨¢n desviado el radiois¨®topo hacia la vejiga para su eliminaci¨®n definitiva. Es decir, la radiaci¨®n la elimina el propio organismo, con lo que los riesgos que se pueden contraer con este tipo de diagn¨®stico son insignificantes, seg¨²n las estad¨ªsticas y los controles de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y de otras organizaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.