Umbral y Fernando Mor¨¢n

Observando dos de los muchos art¨ªculos que salieron publicados en este peri¨®dico el d¨ªa 13 de noviembre pasado vi dos formas muy diferentes de informar al p¨²blico.Me refiero concretamente al art¨ªculo de Francisco Umbral "La caza de Su¨¢rez", y al de Fernando Mor¨¢n, "La militarizaci¨®n del pensamiento pol¨ªtico".

Tanto en uno como en otro se hac¨ªa referencia a ideas, hechos, puntos de vista, opiniones y explicaciones referentes al mundo de la pol¨ªtica, aunque los dos art¨ªculos eran muy diferentes entre s¨ª.

Pero el contenido es lo de menos. No vamos a hablar ahora de pol¨ªtica, sino de la forma que tienen estos dos autores, Umbral y Mor¨¢n, de dar la informaci¨®n.

En el art¨ªculo de F. Umbral se est¨¢n exponiendo una serie de cosas sobre el ex presidente Su¨¢rez envueltas en una gran diversidad de met¨¢foras y comparaciones, que, en muchos casos, pueden llegar a hacer confusa esta informaci¨®n. Estoy hablando de la entrop¨ªa informativa. En este pa¨ªs se ha luchado por la libertad de expresi¨®n, y resulta que cuando se ha conseguido m¨¢s o menos poder decir las cosas claras entonces no se quiere hacer eso de esta libertad de expresi¨®n, encontrando casos como ¨¦ste de Umbral, que ha adornado tanto la literatura, que ha llegado a desinformar m¨¢s que a informar.

Nos encontramos que en el otro art¨ªculo, y a diferencia del que acabo de citar, se exponen varias ideas sobre un tema determinado, y F. Mor¨¢n lo hace de forma ordenada, clara, explicando las cosas llam¨¢ndolas por su nombre. El p¨²blico prefiere un art¨ªculo que te diga lo que quiere decir claramente que no que lo haga de una forma recargada de guarniciones in¨²tiles, que lo ¨²nico que hacen es confundir las noticias.

El barroco en la informaci¨®n s¨®lo confunde y desinforma. En cambio, la sencillez y la claridad lo ion todo para que el art¨ªculo ? la noticia lleguen a todo el p¨²blico en general.

Si el art¨ªculo de Mbr¨¢n no llega a una determinada secci¨®n de p¨²blico, creo que entonces ya es debido a su vocabulario, pues en este art¨ªculo de "La militarizaci¨®n del pensamiento pol¨ªtico" he encontrado varias palabras cuyo uso es muy poco frecuente y, por ello, pierdes un poco el contexto, al desconocer el significado de aqu¨¦llas.

Pero, en todo caso, no podemos achacarle al autor el que tenga esta riqueza de vocabulario, sino que ya depende de nosotros.

Aparte de esto, y volviendo a la desinformac¨ª¨®n, o a la informaci¨®n confusa y recargada, he de decir tambi¨¦n que se pueden encontrar asimismo con frecuencia art¨ªculos cuya informaci¨®n se d¨¦ m¨¢s o menos con precisi¨®n, pero que no cuentan todo lo que podr¨ªan contar. El informar de una forma rebuscada y enmara?ada es tan inadmisible como el que no informen de todo lo que podr¨ªan.

En definitiva: la informaci¨®n, al ser un medio de comunicaci¨®n, lo que ha de pretender es llegar al m¨¢ximo al p¨²blico en general, y no s¨®lo a una minor¨ªa. Por tanto, se han de exponer los contenidos y conocimientos claramente, diciendo todo lo que se sabe. Todo art¨ªculo que esconda informaci¨®n o la d¨¦ disfrazada de palabrer¨ªa in¨²til, aquello no es informaci¨®n, sino todo lo contrario. Y en estos casos la libertad de expresi¨®n parece ser que se rechaza a prop¨®sito. Es incomprensible el porqu¨¦./