Finalizan los ciclos de Walsh y Hedy Lamarr
Dos cielos concluyen este fin de semana. El que, sin publicidad, ha venido dedic¨¢ndose al realizador Raciul Walsh tiene hoy, a las cuatro de la tarde, por la primera cadena, su ¨²ltima muestra. Se trata de Fiebre de venganza, rodada en 1953, un western menor, que poca gloria a?ade a la filmograf¨ªa del autor.Si en sus t¨ªtulos m¨¢s cl¨¢sicos (Murieron con las botas puestas o El hidalgo de los mares, emitidas en este cielo) hemos podido comprobar como a su claro y respetable sentido del espect¨¢culo no le acompa?aban m¨¢s que unas muy escasas ambiciones intelectuales o, lo que es peor, un sentido de la vida excesivamente conservado en Fiebre de venganza ni siquiera es evidente su ¨²ltima virtud. Interpretada, por otra parte, por el mediocre Rock Hudson y por la no muy brillante Donna Reed, el ¨²nico atractivo del reparto es el de contar con un Lee Marvin muy joven, a¨²n ajeno a su posterior condici¨®n de estrella.
Tambi¨¦n el cielo dedicado a Hedy Lamarr desaparecer¨¢ esta semana. Como contrapunto a la discreta despedida que sufre el de Walsh, a la actriz se le ha reservado una de sus mejores pel¨ªculas: Noche en el alma. Inspirada en Luz de gas, es una de las primeras obras de Jacques Torneur; en esta ¨¦poca, el director era a¨²n deudor de cierto clasicismo ?a la americana?; a?os m¨¢s tarde, sin embargo, ir¨ªa abandon¨¢ndolo para crear una po¨¦tica personal a medio camino entre el onirismo y el documental que dar¨ªa en La mujer pantera o Retorno al pasado sus mejores frutos.
Noche en el alma contin¨²a la tradici¨®n del melodrama cl¨¢sico al que Hollywood dedic¨® gran parte de su producci¨®n en los a?os cuarenta.
Jaurreor, no obstante, lo adorn¨® con apuntes que pod¨ªan hacer pensar en la posterior evoluci¨®n de su obra. Hay que reconocer al menos que Hedy Lamarr (y de ella trata el ciclo que hoy se despide) realiz¨® aqu¨ª uno de sus mejores trabajos. Interpretando el personaje de la esposa amenazada por su marido (Paul Lukas) y defendida por el detective (Georges Prent), la actriz tuvo ocasi¨®n de desarrollar un personaje que, si bien contaba como siempre con su peculiar belleza como baza principal, tuvo adem¨¢s la necesidad de poner en juego sus condiciones dram¨¢ticas, que otras pel¨ªculas, vistas tambi¨¦n en el cielo, olvidaron completamente.
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