El Baikal-Amur, un tren para la exploraci¨®n de medio mill¨®n de kil¨®metros cuadrados de tierras v¨ªrgenes
Un nuevo ferrocarril se encuentra en v¨ªas de construcci¨®n en el noreste de Siberia. El- Baikal-Amur (BAM) o segundo transiberiano, como se le denomina ya en la URSS, permitir¨¢ la expIoraci¨®n, expIotaci¨®n y colonizaci¨®n de m¨¢s de mill¨®n y medio de kil¨®metros cuadrados de tierras v¨ªrgenes, donde existen importantes recursos forestales, minerales e hidrol¨®gicos. La nueva l¨ªnea servir¨¢, adem¨¢s, para desahogar al agotado Transiberiano y estrechar las relaciones comerciales Este-Oeste.
Mientras los barcos han de navegar aproximadamente 21.000 kil¨®metros, si escogen la ruta del canal de Suez, o m¨¢s de 23.000, a trav¨¦s del canal de Panam¨¢, para trasladarse de Yokohama (Jap¨®n) a Rotterdam (Holanda), el ferrocarril, a trav¨¦s de Siberia reduce esta distancia a tan s¨®lo 13.870 kil¨®metros. No es de extra?ar, pues, que el viejo Transiberiano haya visto desbordada, desde hace varios a?os, su capacidad de carga.Adem¨¢s, el BAM reducir¨¢ en algunos centenares de kil¨®metros el recorrido y ofrecer¨¢ mayor rapidez y seguridad en el desplazamiento de las mercanc¨ªas. Por otra parte, el puerto de Vostochni, una de las principales terminales del ferrocarril Baikal-Amur, ser¨¢ el m¨¢s mecanizado del mundo: seg¨²n sus constructores, en sus 63 muelles se podr¨¢n cargar y descargar hasta 140.000 contenedores al a?o, unos cuarenta millones de toneladas de mercanc¨ªas.
La nueva l¨ªnea corre paralela, por el, norte, al trazado del antiguo Transiberiano.
A lo largo del recorrido, de casi 3.200 kil¨®metros, se concentra una extraordinaria riqueza de materias primas. All¨ª se obtiene el 85% de la hulla siberiana, procedente de los yacimientos de Yakutia del Sur. Hacia ellos se encamina uno de los ramales del BAM (el llamado Peque?o BAM, de cuatrocientos kil¨®metros de longitud), que ya est¨¢ en funcionamiento. Tambi¨¦n la madera constituye una importante fuente potencial de riqueza para la regi¨®n. Esta parte de la taiga proporciona el 40% de la madera de Siberia, el 80% de celulosa, el 100% de asbesto, as¨ª como importantes cantidades de mineral de hierro, amianto, cobre, etc¨¦tera... Sin olvidar los enormes recursos hidrol¨®gicos.
Siete a?os de dificultades
Desde el mes de julio de 1974, fecha en que comenzaron las obras del BAM, las dificultades no han dejado de sucederse, en una cadena que parec¨ªa interminable. Los hielos, la variaci¨®n t¨¦rmica anual, con diferencias de hasta 100? C entre el invierno y el verano; los impetuosos r¨ªos, las zonas pantanosas y, sobre todo, la intensa actividad, s¨ªsmica de algunas zonas han puesto a prueba la tecnolog¨ªa actual y la sagacidad de los ingenieros.Con frecuencia ha habido que recurrir a soluciones t¨¦cnicas completamente in¨¦ditas: se ensaya el uso de materiales totalmente nuevos, resistentes a las temperaturas extremas, tanto al fr¨ªo como al calor; tambi¨¦n ha habido que adaptar la maquinaria a las condiciones de la taiga. Incluso a veces, se ha tenido que generar la tecnolog¨ªa necesaria para solucionar determinados problemas, as¨ª como realizar es tudios exhaustivos sobre el comportamiento sismol¨®gico del terreno.
He aqu¨ª, quiz¨¢, el mayor obst¨¢culo con que se han encontrado los constructores. Esta parte de Siberia es de formaci¨®n muy reciente, y los terrenos no han terminado de asentarse todav¨ªa, por lo que la actividad s¨ªsmica es casi constante.
Se pens¨® en principio evitar parte de este riesgo tendiendo la v¨ªa a lo largo de la orilla norte del Baikal. Pero estudios posteriores demostraron que esto pod¨ªa perjudicar al lago, una de las mayores reservas de agua potable del planeta (contiene el 80% de las reservas de agua dulce de la URSS, lo que equivale a la quinta parte de las mundiales) y donde habitan adem¨¢s numerosos organismos end¨¦micos, ¨²nicos en el mundo.
Los railes deb¨ªan desplazarse, por tanto, m¨¢s al Norte e internarse en las amenazantes formaciones monta?osas... Era como meterse en la boca del lobo, ya que esto obligaba a excavar numerosos t¨²neles en terrenos inestables. Las dificultades no tardaron en aparecen, una y otra vez, los torrentes subterr¨¢neos arrojaban el agua, en ocasiones a altas presiones y temperaturas de hasta 40? C, contra los frentes de perforaci¨®n. Frecuentemente, estas aguas se mezclaban con arena prensada y aprisionada en los huecos producidos por las fracturas de las rocas. Mezcla de la que resultaban una especie de arenas movedizas que imped¨ªan el funcionamiento de las m¨¢quinas perforadoras.
Los sistemas de taponado habituales no serv¨ªan en este caso y la situaci¨®n amenazaba con paralizar indefinidamente la perforaci¨®n. S¨®lo a base de bombardear con diversas soluciones de cemento a presi¨®n los torrentes se ha logrado vencer la amenaza del agua. Diez a?os van a ser necesarios para construir el m¨¢s largo de estos t¨²neles, el Severo muiski, de quince kil¨®metros de longitud, aunque para atravesar lo bastar¨¢n unos pocos minutos. El caso es que este tramo del BAM, aproximadamente una sexta parte del trazado total, se llevar¨¢ un tercio de las inversiones.
La lucha contra los terremotos
El BAM cruza una de las mayores discontinuidades tect¨®nicas de la corteza terrestre: la del Baikal. Alrededor de 1.700 kil¨®metros del trazado se asienta sobre esta zona, en la que en los ¨²ltimos siete a?os se han registrado m¨¢s de 1.500 se¨ªsmos, de los cuales once alcanzaron el grado diez en la escala de Richter.Hab¨ªa, por tanto, que realizar los pertinentes estudios sismol¨®gicos. Tarea que iba a resultar extraordinariamente compleja, al no existir datos sobre los terremotos habidos en ¨¦pocas anteriores. Esto ha llevado a utilizar un m¨¦todo paleosismol¨®gico muy sofisticado, a fin de determinar los epicentros, la intensidad y el momento en que aqu¨¦llos ocurrieron.
El sistema, concebido por el Instituto de la Corteza Terrestre, dependiente de la Academia de Ciencias de la URSS, se basa en el estudio de lo que los t¨¦cnicos sovi¨¦ticos llaman aut¨®grafos de las tormentas subterr¨¢neas: quebraduras de la corteza, terrestre, derrumbes y deslizamientos del terreno; verdaderos indicadores del car¨¢cter y las dimensiones de estas perturbaciones.
Una vez hecho esto, se dividi¨® el terreno en peque?as ¨¢reas, seg¨²n el grado de sismicidad de cada una de ellas, con el fin de seleccionar los terrenos m¨¢s seguros para la instalaci¨®n de la v¨ªa. Curiosamente, los resultados de esta segunda parte del estudio vinieron a.demostrar que los terrenos menos afectados por los movimientos tel¨²ricos eran aquellos que manten¨ªan a lo largo del a?o una temperatura baja y constante; es decir, all¨ª donde reina la congelaci¨®n perpetua.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.