Los editores, ante la propiedad intelectual

Ante la carta aparecida en este peri¨®dico relativa a los derechos de los escritores, firmada por la comisi¨®n ejecutiva permanente de la ACE, deseo precisar los siguientes puntos:

1. Los editores cumplen una funci¨®n cultural al difundir no s¨®lo las obras de literatura, que hoy d¨ªa suponen el 23% de los libros editados en nuestro pa¨ªs, sino tambi¨¦n libros cient¨ªficos y t¨¦cnicos de popularizaci¨®n de temas especializados, etc¨¦tera, siendo los editores quienes m¨¢s han contribuido a la presencia del libro y la cultura espa?oles en el exterior. Los editores espa?oles, que en su mayor¨ªa tienen una dimensi¨®n media y peque?a, han difundido en los ¨²ltimos a?os m¨¢s de 20.000 obras anuales, tanto de autores espa?oles como extranjeros, siendo, en general, las relaciones entre autor y editor excelentes. Prueba de ello es que la mayor parte de los autores de Am¨¦rica Latina est¨¢n editando en Espa?a.

Afirmaciones tales como la de que el escritor hoy d¨ªa se ve obligado a firmar contratos leoninos son demasiado graves para hacerlas en forma generalizada. Si existen contratos leoninos, ¨¦stos deben denunciarse con nombres y apellidos, pero no inculpar a todo el colectivo. Los firmantes de la carta se han remontado en el tiempo a P¨¦rez Gald¨®s, pero no se han referido, sin embargo, a su propia situaci¨®n como escritores.

2. Los editores son los primeros interesados en que exista una ley de Propiedad Intelectual moderna, que defienda los derechos de los titulares de la propiedad intelectual, que tenga en cuenta la realidad sociocultural de la Espa?a de hoy, que no olvide la situaci¨®n que ocupa Espa?a en relaci¨®n a Am¨¦rica Latina y que defienda tambi¨¦n el derecho del ciudadano a tener acceso a la cultura.

La propiedad intelectual constituye la base de la actividad editorial y los editores vienen luchando desde hace tiempo para eliminar los delitos contrarios a la misma y erradicar la pirater¨ªa.

3. Hoy, todo ciudadano puede ser editor. Hay muchos autores que editan sus propias obras. Existe libertad para ser editor y libertad de precio y de mercado. Cualquiera, incluso la ACE, puede editar obras que han pasado al dominio p¨²blico. Por ello, que la ACE exija la implantaci¨®n de un canon para las obras de Cervantes, Lope de Vega, etc¨¦tera, es, en definitiva, pedir la creaci¨®n de un impuesto a la lectura y a los lectores sobre el disfrute del patrimonio cultural y cient¨ªfico com¨²n a todos los espa?oles. Por otro lado, resulta que tal tasa o impuesto no se contempla en ninguna legislaci¨®n europea de propiedad intelectual, a excepci¨®n de la italiana, promulgada en 1941, en pleno r¨¦gimen corporativista.

4. Afirmar que cuando un editor (y hay que insistir en que cualquiera puede serlo) publica una obra de dominio p¨²blico se convierte en heredero ¨²nico de la misma, cuando ello no es cierto; o decir que Espa?a supera a Francia por n¨²mero de t¨ªtulos editados, pero olvidarse que en Francia se publica pr¨¢cticamente el doble de ejemplares que en nuestro pa¨ªs; o hablar de papel premiado, cuando los editores espa?oles pagan, debido a barreras arancelarias, el papel m¨¢s caro de Europa; o afirmar que existe colonizaci¨®n cultural y hablar de productos residuales de otras culturas, cuando el 80% de los libros editados en Espa?a lo son de autores espa?oles o de habla hispana, es de todo punto injusto y, lo que es m¨¢s grave, es pretender confundir a la opini¨®n p¨²blica mediante argumentos inexactos.

Los editores son los primeros defensores de la propiedad intelectual y del derecho de autor. Todos precisamos una nueva ley: autores, editores y lectores, la cual, adem¨¢s de reglamentar un aspecto muy concreto de la realidad, debe servir para la promoci¨®n de la creaci¨®n y de la difusi¨®n cultural, es decir, debe servir a los intereses generales de toda la sociedad./

secretario general de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a.