Schmidt viaja hoy a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana
Por segunda vez en la historia de los dos Estados alemanes, casi doce a?os despu¨¦s del viaje del entonces canciller, Willy Brandt, el canciller federal alem¨¢n Helmut Schmidt inicia hoy una visita de tres d¨ªas a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), "sin condiciones previas" y con un programa abierto de temas.
En Bonn se habla continuamente de "bajar el list¨®n de las expectativas" puestas en el viaje del canciller a la RDA. Portavoces del Gobierno de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) se apresuraron a desmentir que hubiese ya un acuerdo sobre una rebaja en el "cambio obligatorio" de moneda a los visitantes de la RDA, tal como anunciaron algunos peri¨®dicos.El canciller federal, con su curva menguante de popularidad, no puede pemitirse un fracaso en este viaje, que la fue aplazado, en dos ocasiones por culpa de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n y, en agosto de 1980, por los temores despertados por la situaci¨®n en Polonia.
El viaje se inicia bajo unas perspectivas diferentes al de Willy Brarldt en marzo de 1980, cuando comenzaba la fase de la pol¨ªtica de reconcillaci¨®n con el Este, ostpolitik, y la RFA atravesaba una etapa de euforia econ¨®mica.
Schmildt no puede presentarse ya como el t¨ªo rico, dispuesto a comprar los favores de la otra parte con divisas fuertes, porque la situaci¨®n financiera de la RFA no lo permite. Tampoco puede el canciller aprovecharse de la atm¨®sfera de distensi¨®n internacional.
No parece imposible, sin embargo, el conseguir algunas mejoras de car¨¢cter humanitario, que faciliten los contactos entre las gentes de una y otra Alemania. En Bonn se calcula que se lograr¨¢ una rebaja en la cantidad que cada visitante occidental est¨¢ obligado a cambiar cuando visita la RDA. El precio de la entrada", como se llama c¨ªnicamente a la cantidad de cambio obligatorio, podr¨ªa bajar de veinticinco marcos (unas 1.075 pesetas) por persona al d¨ªa, a veinte marcos (unas 860 pesetas), y pueden conseguirse unos precios m¨¢s favorables para los jubilados y menores de edad. A cambio de esta concesi¨®n, Schmidt podr¨ªa ofrecer a la RDA una prolongaci¨®n del llamado swing, el derecho a disfrutar de un cr¨¦dito sin inter¨¦s de hasta 850 millones de marcos (36.550 millones de pesetas) concedido a la RDA para comprar mercanc¨ªas en la RFA.
Un punto de acuerdo
Schmidt tiene la intenci¨®n de implicar a su interlocutor, ¨¦l secretario general del Partido Socialista Unificado (SED, comunista) y jefe del Estado, Erich Honecker, en lo que podr¨ªa llamarse "grupo de presi¨®n en favor de la paz". El canciller federal ver¨ªa con buenos Ojos que Honecker jugase respecto a su "hermano mayor sovi¨¦tico" un papel similar al que Schmidt juega, o cree que juega, frente a la superpotencia occidental.
Entre Schmidt y Honecker hay un punto en com¨²n, una coincidencia que se repite con frecuencia en la terminolog¨ªa de los dos: "Que nunca m¨¢s vuelva a iniciarse desde territorio alem¨¢n una guerra".
A la hora de interpretar esta frase, las diferencias surgen de forma casi autom¨¢tica: Honecker no dejar¨¢ de llamar la atenci¨®n de su hu¨¦sped sobre el estacionamiento de los nuevos euromisiles en la RFA como un peligro para la paz. A esto Schmidt responder¨¢, no menos autom¨¢ticamente, que la amenaza proviene de los cohetes SS-20 sovi¨¦ticos.
La presencia del ministro federal de Econom¨ªa, el liberal conde Otto Lambsdorff, permite av enturar que, adem¨¢s del llamado swing, se tratar¨¢ de la posibilidad de conseguir alg¨²n acuerdo econ¨®mico entre los dos pa¨ªses.
La RDA plantear¨¢ de forma obligada el tema del reconoc¨ªmiento de la nacionalidad por parte de la RFA, la fijaci¨®n de la frontera entre los dos pa¨ªses en el centro del r¨ªo Elba y el cierre de la oficina de Salzgitter (RFA), que est¨¢ encargada de la misi¨®n de registrar los delitos cometidos en la RDA y Berl¨ªn Este. Todos estos ternas est¨¢n considerados tab¨², en la RFA y no est¨¢n los tiempos como para hacer concesiones en este terreno, que ser¨ªan inmediatamente aprovechadas por la oposici¨®n democristiana para acusar a Schmidt de atentar contra intereses nacionales".
Las peculiares relaciones entre los dos Estados alemanes
La Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), los dos Estados alemanes surgidos de la segunda guerra mundial, tienen un mismo pasado cultural y hablan una misma lengua, pero se encuentran separados por una frontera sembrada de minas a lo largo de m¨¢s de 1.300 kil¨®metros, en el punto mismo de contacto entre el sistema socialista del Este y el capitalista occidental.La RFA y la RDA constituyen las puntas de lanza de los dos bloques militares: la organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) y, el Pacto de Varsovia. Aunque se trata de una de las fronteras m¨¢s visibles Y dram¨¢ticas del planeta, el llamado tel¨®n de acero, en la RFA se parte de la ficci¨®n jur¨ªdica de que esa frontera no existe, de que, jur¨ªdicamente, esa frontera es lo mismo que la existente entre el Estado federal de Baviera y el de Hesen.
"Zona de Ocupaci¨®n Alemana", "Alemania Oriental", "Alemania Central" (la oriental, seg¨²n esta terminolog¨ªa, ser¨ªan los territorios del Este, Prusia Oriental, Porneranla y Silesia), la "llamada" (con comillas) Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana forman parte de la amplia nomenclatura empleada en la RFA para denominar a la otra Alemania.
Durante muchos a?os, Bonn rompi¨® o no estableci¨® relaciones diplom¨¢ticas con los Estados que reconociesen a la RDA. Una buena parte de todas estas ficciones quedaron superadas con el "tratado sobre las bases de las relaciones entre la Rep¨²blica Federal de Alemania y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana", firmado el 21 de diciembre de 1972.
A pesar de este tratado, las relaciones entre los dos pa¨ªses no tienen el car¨¢cter de diplom¨¢ticas y se habla de "representaciones permanentes" en Bonn y Berl¨ªn Este y no de "embajadas". Por ello, este viaje est¨¢ lleno de tab¨²es y ambig¨¹edades.
El camino indicado por Willy Brarldt con la ostpolitik qued¨® frenado con el descubrimiento del esp¨ªa Guillatime en la misma antec¨¢mara de la Canciller¨ªa, en Bonn. Durante doce a?os se suspendieron las visitas, iniciadas con el viaje de Brandt a Erfurt el 19 de marzo de 1979 y continuadas por el Jefe de Gobierno de la RDA, Willy Steph, a Kassel, el 21 de mayo del mismo a?o.
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