Sentimientos contradictorios de los gibraltare?os ante la apertura de la verja
Gibraltar espera la apertura de la verja con una mezcla de deseo, curiosidad y temor. En la Roca se vive una sensaci¨®n de claustrofobia y hay ni?os que jam¨¢s han visto una vaca o una gallina, pero la vida es feliz; el nivel econ¨®mico, alto, y no existe la delincuencia. Los a?os de cierre no han tenido efectos negativos para esta comunidad, que se han distanciado de Espa?a y se ha sentido m¨¢s pr¨®xima al Reino Unido. Pero por la calle a¨²n se oye hablar espa?ol con fuerte acento andaluz, y muchos esperan que la verja se abra cuanto antes para poder abrazar a sus familiares de La L¨ªnea.
Viajar desde La L¨ªnea a Gibraltar es edificar un monumento al absurdo, rendir culto a la incomprensi¨®n humana. Un trayecto de doscientos metros a pie, que es lo que separa la primera casa de La L¨ªnea de la primera de Gibraltar, se convierte en doce kil¨®metros de carretera hasta Algeciras, m¨¢s 34 millas por barco hasta T¨¢nger y una distancia igual desde all¨ª a Gibraltar. El Hydrofoil es el sistema m¨¢s r¨¢pido, porque alcanza altas velocidades, y cuando se viaja en el no es preciso bajarse y pasar aduana en T¨¢nger; en ¨¦l, el trayecto Algeciras-T¨¢nger-Gibraltar se queda en poco menos de tres horas.Gibraltar se presenta ante el visitante como una ciudad de contrastes. Si usted le pregunta t¨ªmidamente al primer intachable bobby que le salga al paso ?Do you speak Spanish!?, ¨¦l le contestar¨¢ tajantemente: ?Zi ze?¨®, ?ez uzt¨¦ ezpa?¨®? ?C¨®mo van la coza por ay¨ª??. Sin embargo, un paseo por la ciudad basta para percibir en ella un estilo inequ¨ªvocamente ingl¨¦s, y unas cuantas charlas le llevan a uno a la convicci¨®n de que, a pesar de su dulce acento gaditano, los llanitos no quieren ser espa?oles. Y que G¨ªbraltar no es ¨²nicamente una plaza militar, sino un importante asiento de poblaci¨®n civil que en los ¨²ltimos trece a?os ha tenido motivos para acercarse m¨¢s al Reino Unido y alejarse de Espa?a. El nivel de vida es aqu¨ª alto, y Joe Bossano, el l¨ªder de Gibraltar Democratie Mouvement (GDM), el parlamentario m¨¢s a la izquierda del Pe?¨®n, un hombre consagrado de antiguo a la lucha socialista, tiene muy claro por qu¨¦: ?Para nosotros, los trabajadores de Gibraltar, lo ¨²nico bueno que hizo Franco fue cerrar la verja. Porque gracias a eso se dio aqu¨ª una escasez de mano de obra que nos coloc¨® en una excelente posici¨®n negociadora, y adem¨¢s permiti¨® que el Gobierno ingl¨¦s se volcara con nosotros?. A Inglaterra, por otra parte, los esfuerzos econ¨®micos que hace aqu¨ª no le son gravosos. Simplemente, se descuenta la cantidad de su aportaci¨®n a la OTAN.
Autogobierno
La posici¨®n del GDM ante Espa?a es la de mantener por encima de todo el derecho de Gibraltar al autogobierno: ?Queremos buenas relaciones con Espa?a y con el Reino Unido, pero hay que aclarar aqu¨ª que la posici¨®n de dureza espa?ola le est¨¢ haciendo el juego a Inglaterra. Cuando se habla de descolonizaci¨®n, ellos argumentan que cuando aflojen su influencia Espa?a entrar¨¢ a saco. En cualquier caso, ante la apertura de la verja, nosotros recelamos de que eso llegue a trav¨¦s de un acuerdo de Espa?a y el Reino Unido de espaldas a Gibraltar?.Peter Isola, dirigente del segur, do partido de Gibraltar, el Partido de la Integraci¨®n, con seis diputados, y de tendencia declaradamente probrit¨¢nica, asegura tajantemente: ?Nuestro primer objetivo es mantenemos con el Reino Unido, pero eso no supone que no queramos que se abra la frontera, queremos entendernos con nuestros vecinos, pero no hay entusiasmo, quiz¨¢ porque se ha dicho muchas veces, y tambi¨¦n porque sabemos que en Espa?a hay ahora mucha delincuencia. Respecto al futuro, yo creo que una descolonizaci¨®n de acuerdo entre Espa?a y el Reino Unido no cabe. Nosotros pedimos que se respeten las necesidades del pueblo gibraltare?o. El Reino Unido ha demostrado que nos respeta, pero cada vez que ponemos la televisi¨®n o la radio espa?olas o¨ªmos decir que Gibraltar es espa?ol?.
Los militares ingleses y sus familias suman unas 3.000 personas, y hacen vida aparte, en la zona militar. Los gibraltare?os puros, los llanitos (t¨¦rmino que, seg¨²n algunos, viene del hecho de que viven en el peque?o llano que hay junto a la roca, y, seg¨²n otros, es una degeneraci¨®n de Giovani-Giovanito y procede de la abundancia con que se daba este nombre entre los primeros genoveses asentados), son casi 20.000. Junto a ellos hay unos quinientos sefard¨ªes, 3.000 marroqu¨ªes (all¨ª no les llaman moros, sino musulmanes), que han sustituido a los espa?oles y viven en albergues del Estado, sin derecho a instalar a su familia por falta de vivienda, y peque?as comunidades de portugueses e indios. Estos ¨²ltimos, como en todas partes, regentan comercios de c¨¢maras fotogr¨¢ficas, objetos electr¨®nicos y art¨ªculos de regalo.
Todas estas comunidades conviven en armon¨ªa y se han borrado las antiguas diferencias existentes en los salarios, Hoy, un musulm¨¢n cobra lo mismo que un llanito o un ingl¨¦s por el mismo trabajo. No se han conocido aqu¨ª enfrentamientos entre musulmanes y sefard¨ªes. Si los musulmanes no pueden instalarse aqu¨ª con sus familias y tienen que vivir en albergues estatales es s¨®lo por la falta de espacio, el gran problema de Gibraltar desde que se cerr¨® la verja. Aqu¨ª, el precio del metro cuadrado habitable est¨¢ entre las 130.000 y las 150.000 pesetas, el triple que en La L¨ªnea. Pese a ello, los marroqu¨ªes son aqu¨ª felices. El sueldo que percibe un obrero aqu¨ª, quince libras por semana, es muy superior al que podr¨ªa percibir en Marruecos, y puede hacer el viaje cada fin de semana a T¨¢nger en el Hydrofoil. Ellos son los m¨¢s preocupados por si se abre la verja, porque eso atraer¨ªa mano de obra espa?ola que competir¨ªa con ellos. Y el anuncio del cierre del Arsenal les obsesiona.
Hassan: "La L¨ªnea perdi¨® m¨¢s"
Sir Joshua Hassan, l¨ªder del Partido Laborista, que domina en el Parlamento con ocho diputados, chief minister pr¨¢cticamente desde despu¨¦s de la guerra mundial, es cauteloso al hablar de la cuesti¨®n: ?Se ha dicho tantas veces... Pero yo espero que ahora sea de verdad. Nosotros queremos tener buena relaci¨®n con nuestros vecinos, pero la gente se asusta aqu¨ª ante la firmeza con que todos los espa?oles hablan de que esto es Espa?a, sin conocerlo, sin tener en cuenta los derechos de la poblaci¨®n gibraltare?a. Estos a?os han estropeado la posibilidad de entendimiento, porque Espa?a nos ha tratado de perjudicar, y la gente de aqu¨ª se ha apartado de Espa?a. Y la verdad es que con el cierre La L¨ªnea ha sufrido m¨¢s que nosotros. Franco dijo que Espa?a pod¨ªa vivir sin Gibraltar, pero que Gibraltar no podr¨ªa vivir sin Espa?a, y se ha visto que eso no es cierto. Hemos podido vivir sin Espa?a perfectamente. Yo le¨ª en aquellos d¨ªas cosas incre¨ªbles en los peri¨®dicos espa?oles, como que hab¨ªa que cortarnos el agua y la luz, cuando nunca hemos dependido de Espa?a para eso. Ahora hay curiosidad y temor ante la posibilidad de que se abra la verja. Deseo de poder salir el fin de semana en coche, de ver a los familiares del otro lado los que los tienen, pero temor a que venga delincuencia y droga, que aqu¨ª apenas tenemos, porque esto es muy chico y a cualquiera que hiciera algo se le localizar¨ªa en seguida. Y hay temor tambi¨¦n a que en Espa?a triunfe un golpe de Estado y a que eso coloque a Gibraltar en una posici¨®n peligrosa. En cualquier caso, nuestro lado de la verja siempre est¨¢ abierto, y nosotros no pondremos pega ninguna?.
Retroceso de Espa?a
El retroceso de Espa?a se advierte por todas partes. Aqu¨ª apenas entran peri¨®dicos ni libros espa?oles. El ¨²nico diario, Gibraltar Chronicle, se edita en ingl¨¦s. La ense?anza se da en ingl¨¦s, y aunque existe el espa?ol como materia, no se estudia con mucho rigor. Los llanitos comienzan a mezclar palabras inglesas al hablar el espa?ol. y cada vez hay m¨¢s personas que no lo hablan en absoluto, aunque siguen siendo muy pocas. El partido de la Autonom¨ªa, calificado de espa?olista, no consigui¨® ning¨²n representante en el Parlamento en las ¨²ltimas elecciones. Su hombre fuerte, Juan Jos¨¦ Triay, una de las pocas personas de aqu¨ª que tienen permiso de las autoridades espa?olas para ir en su yate de Gibraltar a Algeciras directamente, entiende la raz¨®n de ello: ?Aqu¨ª no queremos que la existencia de Gibraltar sea un insulto para Espa?a. La postura de nuestro partido es que s¨®lo con el apoyo de Espa?a e Inglaterra podremos conservar nuestro estilo de vida?. Se declara, pues, neutral y amigo de los dos pa¨ªses, pero en el Pe?¨®n se le tacha de espa?olista, y aqu¨ª ser espa?olista es estar liquidado para la lucha pol¨ªtica, al menos hoy por hoy.Juan N¨¢poles, taxista, llanito casado con una mujer linense, representa el drama familiar a este lado de la verja: ?En 1969 yo viv¨ªa en Espa?a y nos dieron 72 horas para desalojar y marcharnos. Tuve que venir. Estuve durante dos a?os viviendo en un albergue para hombres, y mi mujer, en otro para mujeres. Despu¨¦s pudimos ir a vivir a un albergue para matrimonios, y desde hace a?o y medio ya tenemos casa. No se extra?e de que tard¨¢ramos tanto. Hay 1.600 peticiones de domicilio esperando. La apertura de la verja permitir¨ªa a Gibraltar un desahogo; muchos podr¨ªa tener casa en La L¨ªnea?.
Su mujer y su suegra se ven a trav¨¦s de la verja o hacen, de tarde en tarde, el tedioso y absurdo viaje por T¨¢nger, un viaje que muchos llanitos y linenses se niegan a hacer por cuesti¨®n de principio. El lleva en su taxi un escudo del Bar?a, grande como la tapa de una sopera, y suena con la pr¨®xima apertura de la verja, tanto porque su mujer y su suegra puedan pasar la Navidad juntas como porque el Bar?a jugar¨¢ en C¨¢diz a primeros de enero y as¨ª podr¨¢ verlo.
El absurdo cierre de la verja ha da?ado a muchos, y el sefard¨ª David lbqui es un ejemplo m¨¢s de ello. Viaja en el Hydrofoil de regreso, tras visitar a su hermano. El vive en Madrid, pero naci¨® en el Pe?¨®n: ?Cuando muri¨® mi madre, yo estaba en Madrid. Sal¨ª lo antes que pude, pero no llegu¨¦ a tiempo al entierro ?.
Los coches de los llanitos esperan la apertura de la verja para poder rodar en cuarta. Aqu¨ª, la vuelta completa a la Roca, horadada interiormente con un total de cincuenta kil¨®metros de galer¨ªas militares, no ofrece m¨¢s posibilidad que una limitada excursi¨®n de doce kil¨®metros; eso s¨ª, con excelentes vistas al mar y a los dos lados del Estrecho. Se puede subir por carretera a la parte alta del Pe?¨®n y observar desde all¨ª toda la l¨ªnea de obras in¨²tiles con que el anterior r¨¦gimen trat¨® de convencer a los llanitos de que en La L¨ªnea ataban los perros con longanizas. Y se puede pasar por el recinto en el que se mueven libremente los monos. Una leyenda asegura que Gibraltar volver¨¢ a Espa?a cuando haya desaparecido el ¨²ltimo de los monos de la Roca. Quiz¨¢ por ello, el Ej¨¦rcito brit¨¢nico destina a un sargento a la tarea exclusiva de cuidarlos. Son cuarenta, todos ellos tienen su nombre propio, disfrutan de atenci¨®n m¨¦dica y llevan una vida envidiable.
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