Schmidt regres¨® con las manos vac¨ªas de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana
El canciller federal alem¨¢n, Helmut Schmidt, regres¨® con las manos vac¨ªas de su viaje de tres d¨ªas a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, aunque asegura que los efectos positivos se notar¨¢n sucesivamente el pr¨®ximo a?o. El viaje de Schmidt concluy¨® el domingo por la tarde en la peque?a ciudad de Guestrow (RDA), que fue materialmente tomada por la polic¨ªa y agentes de los servicios de seguridad, que consiguieron evitar una posible manifestaci¨®n popular de simpat¨ªa con el canciller federal.
Los acontecimientos de Polonia acabaron de dar la puntilla al viaje de Schmidt a la RDA, que hab¨ªa sido aplazado en septiembre de 1980 precisamente para evitar la coincidencia con un desarrollo negativo que dejase en mal lugar al canciller federal.Schmidt se esforz¨® ante la Prensa en justificar la parte positiva del viaje, "donde he mantenido las conversaciones m¨¢s intensas desde que ocupo la canciller¨ªa". Al canciller de la RFA le obsesiona la idea de mantener el di¨¢logo, de que los dirigentes pol¨ªticos se conozcan, de crear un clima favorable para, en un momento cr¨ªtico, poder acudir al tel¨¦fono y resolver un problema con una intervenci¨®n directa.
Posibles concesiones
Por eso, Schmidt lleg¨® a decir en la conferencia de Prensa, en el lago Biesenthal, que ¨¦l mantuvo los ¨²ltimos a?os varias conversaciones con el l¨ªder sovi¨¦tico Le¨®nidas Breznev, y que Ias cosas tendr¨ªan otro aspecto si el secretario general Honecker hubiese mantenido las mismas entrevistas con el presidente norteamericano. Y digo esto sin iron¨ªa". Aparte del di¨¢logo sobre la paz y la coincidencia en la necesidad de preservarla, en el campo humanitario, que es lo que preocupa de forma inmediata a los alemanes de la RDA y la RFA, no se han conseguido resultados palpables. Algunos especialistas no excluyen la posibilidad de que la RDA haga algunas concesiones m¨¢s adelante para evitar dar la impresi¨®n de que el viaje del canciller puede mover a la RDA a modificar su pol¨ªtica, lo que ser¨ªa inaceptable para el r¨¦gimen de Berl¨ªn Este.La visita de Schmidt acab¨® con un regusto amargo, a pesar de los cumplidos de rigor en estos casos. Las autoridades de la RDA no estaban dispuestas a que se repitiese lo ocurrido hace once a?os, cuando el entonces canciller Willy Brandt fue vitoreado entusi¨¢sticamente en la ciudad de Erfurt.
La ciudad de Guestrow, de 37.000 habitantes, fue pr¨¢cticamente tomada por polic¨ªas de la RDA, agentes de los servicios secretos con aspecto inconfundible, miembros de las juventudes comunistas con anoraks de color pardo y grupos de fieles procedentes de las ciudades vecinas, para vitorear al secretario general del Partido Socialista Unificado (SED, comunista) y jefe del Estado de la RDA, Erich Honecker.
En empresas de la RDA se advirti¨® a los empleados y trabajadores la conveniencia de no acudir a Guestrow porque la "autopista estar¨ªa cortada y ser¨ªa mal visto". Una vecina de la ciudad coment¨® en la plaza del mercado: "Yo he salido a la calle porque quiero verlo de cerca. Yo soy una trabajadora y una persona libre que quiero ir a donde me d¨¦ la gana. Aqu¨ª se prohibi¨® a la gente salir a la calle".
En la plaza central de la ciudad, con su mercado y sus canciones navide?as, brillaban los focos de la televisi¨®n. Las gentes temerosas se ocultaban detr¨¢s de los visIllos de las casas. La presencia abrumadora de polic¨ªas y agentes de paisano, que se acercaban a cada per sona abordada por un periodista dio a la visita de Schmidt un aspecto que unos calificaron de kafkiano y para otros evoc¨® la par¨¢bola orwelliana 1984.
La autopista de 230 kil¨®metros, entre Berl¨ªn Este y la ciudad de Guestrow, qued¨® cortada al tr¨¢fico para los automovilistas, y s¨®lo se pudo pasar con autorizaci¨®n especial. Los veh¨ªculos que intentaban entrar en la autopista, y algunos periodistas que perdieron el contacto con el convoy de Prensa fueron obligados a ocultarse detr¨¢s de los altibajos del terreno en el momento de pasar la comitiva.
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