Aumenta alarmantemente el numero de viviendas subastadas por impago de sus propietarios
Si quiere comprar un piso de valor medio por menos de un mill¨®n de pesetas, no tiene m¨¢s que mirar los edictos que se publican a diario en la Prensa, disponer de esa cantidad en efectivo y acudir a la subasta en los juzgados de la plaza de Castilla, de Madrid. El siguiente paso ser¨ªa romper la barrera que le separa de unos profesionales, o traperos, que monopolizan las subastas e impiden el acceso a particulares, incluso pagando dinero para que ¨¦stos no participen, y a modo de mafias, logrando en muchos casos ponerse de acuerdo para abaratar los precios. Si consigue todo esto, el piso puede ser suyo. S¨®lo en el primer semestre de este a?o, entre la Caja de Ahorros de Madrid y el Banco Hipotecario iniciaron expedientes contra casi quinientos propietarios de viviendas que no pudieron hacer frente a los pagos de las mismas.
Angel Fuentes hab¨ªa adquirido una vivienda familiar en una urbanizaci¨®n de Majadahonda hace seis a?os. En aquellos momentos ten¨ªa un trabajo seguro y bien remunerado que le pod¨ªa permitir hacer frente a unos pagos mensuales a la urbanizadora, m¨¢s dos letras anuales de 60.000 pesetas en concepto de hipoteca a la Caja de Ahorros. Lo que no imagin¨® es que, con el piso pr¨¢cticamente pagado, pod¨ªa encontrarse un d¨ªa en la calle.Despu¨¦s del cierre de su empresa, Angel se vio obligado a suspender todos los pagos de deudas que hab¨ªa contra¨ªdo en la ¨¦poca de las vacas gordas. "Lo primero era subsistir, el paro no daba para m¨¢s", dice. La Caja de Ahorros a la que, durante los primeros cinco a?os, estuvo pagando los intereses de las 700.000 pesetas concedidas para la hipoteca del piso, le notific¨® que, de no hacer frente en el a?o al pago del semestre que adeudaba iniciar¨ªa un expediente ejecutivo contra ¨¦l. En ese momento se inici¨® para Angel Fuentes un per¨ªodo de idas y venidas, de humillaciones y de angustia. A los problemas de encontrar trabajo, se uni¨® la necesidad de que el proceso burocr¨¢tico se paralizara con el simple argumento de su cr¨ªtica situaci¨®n. El final de esta historia ha supuesto el abandono del piso por ¨¦l y por su familia y la p¨²blica subasta de la vivienda cuando s¨®lo le faltaban 500.000 pesetas por pagar.
El caso de Angel Fuentes no es ¨²nico en Madrid. Diariamente los edictos publicados en la Prensa de la capital dan cuenta de las pr¨®ximas subastas por impago de deudas contra¨ªdas, fundamentalmente en viviendas unifamiliares. El 90% de los pisos subastados corresponde a familias medias, tiene una superficie entre ochenta y cien metros cuadrados y est¨¢n situados en barrios perif¨¦ricos: Alcorc¨®n, Legan¨¦s, Hortaleza, Fuenlabrada...
En barrios perif¨¦ricos
Si es dif¨ªcil romper el proceso ejecutivo, si no se dispone del dinero para hacer frente a la deuda, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa es que un particular con liquidez econ¨®mica pueda beneficiarse de la subasta de estos pisos, que salen a menos de la tercera parte de su precio real. Rosa Luz Cardona vive alquilada en la misma urbanizaci¨®n que los Fuentes y se enter¨®, por la portera, del embargo del piso y de su pr¨®xima subasta: "Me han dicho que el edicto sali¨® hace dos d¨ªas en un peri¨®dico y, f¨ªjese, que ahora lo venden por 800.000 pesetas". El siguiente paso que dio Rosa Luz, que estaba interesada en la compra del piso para dejar de pagar alquileres que "no llevan a ninguna parte", fue llamar a la Caja de Ahorros. All¨ª la pusieron en contacto con el procurador en el paseo de la Castellana. Todo fueron obst¨¢culos. La informaci¨®n que se le dio fue correcta, pero escueta. Parece que no quieren que ning¨²n particular meta las narices en estos temasEl procurador explic¨® a Rosa Luz que "tendr¨ªa que enterarse por s¨ª misma del n¨²mero del expediente que correspond¨ªa a esa subasta y, una vez conocido el precio total de la puja, presentarse en los juzgados de la plaza de Castilla, el d¨ªa de la subasta, con un 10% de la cantidad para poder participar. Si consigue que se le adjudique el piso, posteriormente deber¨¢ depositar, en un plazo m¨¢ximo de diez d¨ªas, el resto y, acto seguido, iniciar las escrituras p¨²blicas".
El procurador y el personal que trabaja para ¨¦l son reacios a hablar sobre las subastas de pisos: "Nosotros s¨®lo nos llevamos un 1% del precio de adjudicaci¨®n, m¨¢s gastos". Est¨¢n de acuerdo en que a un particular le resulta dif¨ªcil entrar en este mercado inversor, porque "no es f¨¢cil disponer de ese dinero al contado y, posiblemente, porque la gente no se entera, a pesar de que se nos obliga a publicarlo en Prensa con veinte d¨ªas de antelaci¨®n. Hoy, por ejemplo, ha quedado desierta una subasta de un piso, en Fuenlabrada, que vale m¨¢s de dos milllones de pesetas y sale a 900.000". Esto supone que, en una segunda subasta, el precio ser¨¢ un 25% m¨¢s barato. O sea, que si una vivienda vale tres millones de pesetas y sale a 800.000. en segunda convocatoria saldr¨ªa a 600.000; la tercera subasta ser¨¢ sin sujecci¨®n a tipo.
"La gente no se entera"
El d¨ªa de la subasta, en el juzgado de la plaza de Castilla informaron que la misma hab¨ªa sido suspendida. "Posiblemente haya pagado su deuda". Esta misma persona que justifica la suspensi¨®n de la subasta a?ade que las subastas pr¨¢cticamente no dan trabajo, porque, como todos se conocen y saben muy bien a lo que van, en cinco minutos est¨¢n adjudicadas las viviendas, o queda desierta la subasta".En los pasillos, cerca de las puertas de los dem¨¢s juzgados, hay grupos de personas que charlan amigablemente. Son los traperos, profesionales de las subastas, que acuden diariamente al reclamo de este saludable mercado inversor que han sabido monopolizar y alejar las inoportunas intromisiones de particulares. "Te damos 50.000 pesetas si no entras en la subasta". Un conocido abogado cuenta esta an¨¦cdota curiosa de un cliente suyo, que, "esperando que saliera su juicio, se asom¨® a uno de los juzgados donde se realizaba una subasta y uno de los llamados traperos le ofreci¨® 50.000 pesetas para que no participase en la puja".
Los "traperos" se dividen los beneficios
En los juzgados no han sabido decirnos de d¨®nde procede el nombre de trapero para denominar al reducido n¨²mero de los profesionales de las subastas. El origen pudiera estar en aquellos traperos enriquecidos de primeros de siglo, que, al principio, recog¨ªan basuras con sus carromatos por las calles de Madrid, pasando despu¨¦s a dedicarse al pr¨¦stamo con usura y que supieron adaptarse a los negocios de cada ¨¦poca. Su t¨¦cnica no deja de ser un tanto rudimentaria. Los traperos de las subastas se re¨²nen en los bares pr¨®ximos a los juzgados de la plaza de Castilla para distribuirse, equitativamente, los pisos subastados m¨¢s interesantes o con mayores posibilidades de beneficio: "El de M¨®stoles viene muy caro; lo dejamos para la siguiente convocatoria". Y as¨ª se van analizando, una a una, las subastas del d¨ªa.En los juzgados no existe una estad¨ªstica sobre el n¨²mero de subastas tramitadas. Sin embargo, analizando el Bolet¨ªn Oficial de la Provincia se comprueba que el n¨²mero mensual oscila entre los ochenta y cien edictos.
Todos los bancos m¨¢s importantes mantienen una abultada cartera de procesos ejecutivos contra sus deudores. De entre ellos, son la Caja de Ahorros y el Banco Hipotecario los que mantiene un mayor n¨²mero de impagos en cuanto a letras, pr¨¦stamos personales e hipotecarios para la construcci¨®n o compra de viviendas unifamiliares. La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid inici¨® en 1980 453 procesos ejecutivos para la p¨²blica subasta de inmuebles. Se comprueba un aumento de procesos en el primer semestre de 1981, puesto que se ha alcanzado la cifra de 303. El Banco Hipotecario es otro de los m¨¢s afectados, con 254 procesos en 1980 y 166 en el primer trimestre de este a?o.
Seg¨²n Francisco Abajo, del servicio de procedimientos del Banco Hipotecario, "las cifras, en este caso, son enga?osas, puesto que no todos los procesos ejecutivos abiertos concluyen con la venta y adjudicaci¨®n a terceros de las viviendas subastadas. Se intenta, por todos los medios, dar facilidades al deudor, incluso adecuando los pagos a sus posibilidades". Aunque los gastos generados por la apertura de expediente corren tambi¨¦n a cargo del propietario del piso.
En la Caja de Ahorros, un tanto remisos al hablar sobre el tema, adoptan la misma postura, "dada la precaria situaci¨®n personal de sus clientes". A?aden que "no es un mercado inversor interesante para el particular con liquidez econ¨®mica, ya que no es nada agradable hacerse con un piso en estas circunstancias".
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