La precaria solidaridad de los siete grandes de la banca facilita la apertura al p¨²blico de la deuda del Estado a corto plazo
La crisis del Banco de los Pirineos, cuyos depositantes recibir¨¢n 3.000 millones de pesetas del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos la pr¨®xima semana, las negociaciones con la Administraci¨®n sobre las futuras emisiones de deuda p¨²blica, la superpastoral y la vivienda centraron las conversaciones entre los presidentes de los siete grandes bancos que celebraron el lunes pasado una edici¨®n m¨¢s de sus almuerzos peri¨®dicos de trabajo. La reuni¨®n, a la que tambi¨¦n asisti¨® Rafael Termes presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada (AEB), fue m¨¢s corta de lo habitual debido al compromiso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo, presidente del Espa?ol de Cr¨¦dito, para presentar a primeras horas de la tarde un forum econ¨®mico organizado por la revista Dinero.
Aguirre Gonzalo invit¨® al resto de los presidentes a trasladarse del almuerzo al citado forum, y algunos como el presidente del Popular, Luis Valls, o el del Central, Alfonso Esc¨¢mez, as¨ª lo hicieron. Minutos despu¨¦s algunos de ellos conocieron con visible desagrado el ranking de la banca privada publicado por la revista organizadora del acto.La postergaci¨®n del Banco Popular al n¨²mero ocho entre los grandes, por detr¨¢s del Banco Exterior de Espa?a (el m¨¢s p¨²blico de los bancos privados), disgust¨® profundamente a sus dirigentes "ya que los activos totales del Banco Exterior est¨¢n engordados artificialmente por dotaciones p¨²blicas a la exportaci¨®n y cr¨¦ditos oficiales").
En el almuerzo, por otra parte, volvieron a ponerse de manifiesto los diferentes intereses y estrategias entre los siete grandes, ya apuntadas en reuniones anteriores, y muy especialmente entre los cuatro mayores (Espa?ol de Cr¨¦dito, Central, Hispano Americano y Bilbao) que se ven y hablan bilateralmente cada semana y el resto (Vizcaya, Santander y Popular).
Distintos temores
La firmeza frente a la Administraci¨®n, en su pretensi¨®n de abrir al p¨²blico las emisiones de deuda del Estado a corto plazo, difiere incluso entre los cuatro primeros bancos del pa¨ªs. El Banco de Bilbao por ejemplo, seg¨²n una confidencia hecha por uno de sus consejeros, no est¨¢ en principio muy interesado en afrontar una dura batalla con la Administraci¨®n por el tema de la deuda a corto.
Rafael Termes, sin embargo, considera muy grave para la banca la aceptaci¨®n de una apertura al p¨²blico de la deuda a corto plazo. La emisi¨®n de los 120.000 millones previstos en los Presupuestos para 1982 podr¨ªa suponer, ajuicio de expertos del sector, un recorte importante en la parte de las disponibilidades l¨ªquidas previstas para el sector privado. "Qu¨¦ coloquen entre el p¨²blico la deuda a corto, s¨ª lo desean; pero que mantengan al mismo tiempo las disponibilidades l¨ªquidas previstas", concede alg¨²n medio bancario. La apertura de este mercado, hasta ahora restringido a instituciones crediticias, afectar¨¢ al sector bancario, ya que la diferencia entre los intereses remunerados por ¨¦sta a los dep¨®sitos y los que puede percibir el inversor por colocar los mismos en deuda a corto del Estado puede rondar los dos d¨ªgitos.
Frente a estas tesis, sectores empresariales y de la Administraci¨®n sostienen que ser¨ªa muy beneficioso abrir al p¨²blico el mercado de la deuda a corto. Ello obligar¨ªa a elevar los tipos de inter¨¦s del pasivo y fomentar¨ªa una mayor competitividad en el mercado. Fuentes bancarias arguyen una vez m¨¢s, en este punto, lo gravoso que les resultan a ellos los coeficientes de inversi¨®n obligatoria y se quejan de que la Administraci¨®n los mantenga.
La emisi¨®n de 127.000 millones de deuda interior a largo no va a presentar problemas, por el contrario, y va a salir asegurada por la banca privada. La ca¨ªda de la demanda de cr¨¦dito y los intereses con que el Estado retribuye los dep¨®sitos son circunstancias nada desde?ables para la banca privada a la hora de asumir el aseguramiento de la deuda p¨²blica a largo.
Banco de los Pirineos, primer aviso
La suspensi¨®n de pagos del Banco de los Pirineos, interpretada en medios bancarios solventes como un primer aviso de lo que podr¨ªa ocurrir en una segunda crisis bancaria, fue el segundo punto del informal orden del d¨ªa que mantuvo reunidos en torno a una mesa del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito a los siete grandes. Al parecer hubo unanimidad en apoyar la actitud mas estricta adoptada por el Fondo de Garant¨ªas de Dep¨®sitos, en el que la banca privada participa al 50% con el Banco de Espa?a, debido a las circunstancias especiales que concurr¨ªan en el caso.
La nueva estrategia de mayor exigencia a los bancos en crisis ha ca¨ªdo relativamente bien entre los siete grandes -algunos de los cuales han manifestado en repetidas veces en p¨²blico que "el que la hace la paga" -aunque ha supuesto una mala propaganda para los peque?os. Medios pr¨®ximos al Fondo han rechazado las acusaciones de haber dado un trato discriminatorio al Banco de los Pirineos por ser catal¨¢n ya que previamente hab¨ªan entrado en el mecanismo de acorde¨®n -reducci¨®n y ampliaci¨®n de capital-, salvamento y adjudicaci¨®n tres bancos genuinamente catalanes como el Banco Industria del Mediterr¨¢neo, el Banco Catal¨¢n de Desarrollo y el Banco de Madrid.
Por otra parte, fuentes muy pr¨®ximas a algunos de los asistentes al almuerzo del pasado lunes han insistido en que ni el Banco de Espa?a, que tienen funciones de inspecci¨®n y control, ni el Fondo, que est¨¢ obligado por ley a devolver dep¨®sitos de hasta un mill¨®n y medio de pesetas, tienen por qu¨¦ garantizar la supervivencia de todos los bancos en crisis.
Sin embargo, hasta ahora el Fondo hab¨ªa preferido comprar los bancos por considerar que la operaci¨®n de salvamento le permitir¨ªa recuperar una parte de las p¨¦rdidas ocasionadas por la devoluci¨®n de los dep¨®sitos. El Fondo exigi¨® unas condiciones al Banco de los Pirineos semejantes a los anteriores casos, entre las que destacan la adquisici¨®n del 51% del capital y las garant¨ªas suficientes para cubrir las posibles p¨¦rdidas en caso de liquidaci¨®n, as¨ª como un esfuerzo financiero a los propietarios.
La falta de respuesta del banco y la inaudita ocultaci¨®n en la contabilidad de avales por valor de 2.500 millones de pesetas -casi la mitad de sus dep¨®sitos totales- inclinaron al Fondo a no salvarlo. Ha sorprendido a los siete grandes que el Banco de Espa?a no haya descubierto a tiempo esta ocultaci¨®n de avales mediante sus inspecciones rutinarias. El Banco de Espa?a se defiende argumentando que para estos casos precisar¨ªa de polic¨ªas m¨¢s que de inspectores y resalta la importancia de la sugerencia que hizo en repetidas cartas a los bancos para que se sometieran a auditor¨ªas externas. De los siete comensales solo uno no ha decid¨ªdo a¨²n someterse a la auditor¨ªa externa.
La sentencia qued¨® dictada en el momento en que el consejo de administraci¨®n decidi¨® presentar ante el juzgado la solicitud de suspensi¨®n de pagos. El Fondo inici¨® los tr¨¢mites para devolver los dep¨®sitos de hasta un mill¨®n y medio de pesetas, seg¨²n le obliga la legislaci¨®n vigente, y los clientes comenzar¨¢n a recibir los cheques con cargo al Banco de Espa?a durante la pr¨®xima semana.
Una vez devueltos unos 3.000 millones de los 5.000 que ten¨ªa el Banco de los Pirineos, no parece hab er posibilidad pr¨¢ctica de reflotarlo, seg¨²n fuentes bancarias. Las mismas se?alan que aunque legal y te¨®ricamente sea posible levantar la suspensi¨®n de pagos, resulta inveros¨ªmil, ya que si abrieran las ventanillas una gran parte de los clientes retirar¨ªan inmediatamente sus dep¨®sitos.
El tercer tema tratado por los siete grandes, ya en el segundo plato, fue el retraso de la superpastoral retenida por el Ministerio de Hacienda por razones fiscales y que si no se aprueba antes del d¨ªa 31 de diciembre obligar¨¢ a prorrogar la anterior circular (n¨²mero 157) sobre este tema. Fuentes del Banco de Espa?a creen aconsejable esperar ya al primer trimestre de 1982 para establecer las nuevas normas que exigen mayores dotaciones para saneamientos, aunque ello suponga una reducci¨®n de los impuestos de la banca.
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