El Barcelona, campe¨®n, de invierno
A Jordi Pujol, presidente de la Generalidad de Catalu?a, le pregunt¨® un d¨ªa el ministro de Asuntos Exteriores Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca si se hab¨ªa disgustado cuando Carde?osa fall¨® aqu¨¦l gol contra Brasil. Jordi Pujol respondi¨®: "Yo soy del Bar?a, pero tambi¨¦n me duele que pierda la selecci¨®n nacional". Hace dos temporadas, el partido del a?o lo presidi¨® Tarradellas, que hab¨ªa servido de hombre bueno para que Jos¨¦ Luis N¨²?ez, presidente del Barcelona, y Luis de Carlos, presidente del Madrid, se dieran el abrazo de Vergara, que es ese abrazo que se dan dos cuando firma una paz moment¨¢nea. Pujol presidi¨® el partido del domingo. Y fue de forofo, aunque desde el Palau de Sant Jaume no haya podido recuperar, para los suyos, la presidencia del Bar?a. El Barcelona de N¨²?ez fue triomfant y consigui¨® ese t¨ªtulo ficticio de campe¨®n de invierno.
Madrid y Barcelona pusieron el domingo los transistores a todo volumen. En la mayor¨ªa de los campos se estuvo pendiente de lo sque hac¨ªan los dos grandes. Sobre todo en San Sebasti¨¢n, porque en el envite la Real se jugaba la recuperaci¨®n del segundo puesto de la liga. El campeonato ya es definitivamente una cosa entre tres.En Barcelona hubo fiesta mayor. Miles de personas se quedaron sin poder entrar. Todo el papel qued¨® agotado. N¨²?ez, que no para de proyectar obras, se ha empe?ado ahora en otra ampliaci¨®n. Cuando no est¨¢ acabada la actual, aunque le falta bien poco, ya se ha inventado una segunda tribuna superpuesta para que definitivamente el Cam Nou quede para 140.000 personas. El presidenie barcelonista quiere convertir el estadio en el m¨¢s grande de Europa en todos los sentidos. El club tiene capacidad de convocatoria suficiente para superar la cifra de los 100 mil socios. Los grandes campos de f¨²tbol habitualmente dejan enormes grader¨ªos vac¨ªos, pero ese no parece que vaya a ser el caso del Barla. A N¨²?ez le salen todas las cuentas, sobre la base de una enorme masa social.
N¨²?ez no le ca¨ªa nada bien a Pujol, y cuando ¨¦ste se instal¨® en la Generalidad, algunos de sus correligionarios afirmaron, que la siguiente meta era conquistar la presidencia del Barcelona. N¨²?ez, por si acaso, no dej¨® pasar su mandato completo y convoc¨® unas nuevas elecciones. El mismo se proporcion¨® un suplemento de mandato. Los pujolistas se quedaron fuera de juego en las elecciones. Y lo mismo le pas¨® a Joan Gaspart, vicepresidente primero de la entidad, que se estaba preparando para derrocar al peque?o Napole¨®n del f¨²tbol.
N¨²?ez est¨¢ resultando un t¨ªo listo. Se gan¨® muchas enemistades al principio. Su ilusi¨®n era suprimir las se?eras del Camp Nou y establecer cordiales relaciones con Abril Martorell, a quien cedi¨® gratis unos locales para la UCD de la Ciudad Condal. N¨²?ez hizo un cambio de rumbo a tiempo, y pese a no ser precisamente una figura acorde con lo que significa el mes que un club, ha podido solidificar su postura.
Hace un tiempo, de Gaspart se dec¨ªa que era el Falconeti del Bar?a. Ahora, por aquello de que sigue en la familia, ha pasado a ser el J.R. de la casa. Gaspart desempe?a el papel del malo de la pel¨ªcula.
El pr¨®ximo peligro del Barcelona radica en que no se sepa digerir la situaci¨®n actual. Nu?ez, ha vuelto donde sol¨ªa y ahora la ha emprendido con los lideres de la izquierda.
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