Una metodolog¨ªa de investigaci¨®n para el ahorro apoyada por las grandes multinacionales
Dejando a un lado las especulaciones propias de la ficci¨®n cient¨ªfica, la ingenier¨ªa gen¨¦tica (es decir, la metodolog¨ªa cient¨ªfica fundamentada en la capacidad actual de crear nuevas combinaciones de genes en el tubo de ensayo, introducir esas nuevas combinaciones de genes en una c¨¦lula viva y lograr que funcione de acuerdo con las aspiraciones del investigador) tiene unas expectativas que, si no van a revolucionar el mundo ni ser¨¢n la panacea que resuelva todos los problemas planteados por la ciencia, s¨ª pueden incidir de una manera importante en la econom¨ªa y en la vida del planeta en a?os venideros. Porque la ingenier¨ªa gen¨¦tica, adem¨¢s de solucionar problemas hasta ahora irresolubles para la ciencia por cualquier otro m¨¦todo, hace posible el atajo, el camino m¨¢s corto y m¨¢s barato, para llegar al punto al que se hab¨ªa llegado hasta el momento y desde ah¨ª avanzar. Es por esto, sin duda, una metodolog¨ªa para el ahorro, nacida del propio desarrollo de las investigaciones, pero tambi¨¦n a la luz de las necesidades de un mundo que hoy vive una profunda crisis energ¨¦tica y que en el a?o 2000 va a encontrarse con que ha de soportar 6.500 millones de habitantes.A trav¨¦s de la ingenier¨ªa gen¨¦tica se podr¨ªa conseguir, a largo plazo, la producci¨®n de hidr¨®geno e hidrocarburos; a medio plazo, metano y metanol, y, a corto plazo, etanol, utilizando para ello materias primas renovables en su mayor¨ªa. Estos proyectos en el campo energ¨¦tico van unidos a otros, y tambi¨¦n a algunas realidades, en el campo sanitario, a trav¨¦s de producci¨®n de hormonas, vacunas, etc¨¦tera, y en el sector agr¨ªcola, mediante la producci¨®n de prote¨ªnas, plantas dotadas de un nuevo sistema gen¨¦tico que las haga resistentes a condiciones adversas (suelos des¨¦rticos, sequ¨ªa) o capaces de fijaci¨®n de nitr¨®geno por s¨ª mismas.
Para dar una idea de la importancia que en el futuro puede llegar a tener la ingenier¨ªa gen¨¦tica, el catedr¨¢tico C¨¦sar Nombela, del departamento de Microbiolog¨ªa de la facultad de Farmacia de Madrid, cita algo que para los cient¨ªficos es garant¨ªa de continuidad: el hecho de que multinacionales americanas, como la Gulf Oil, Shell Oil, etc¨¦tera, y europeas, como la Biogen, hayan desarrollado programas relativos a la ingenier¨ªa gen¨¦tica, cuyas acciones han experimentado una espectacular subida, y adem¨¢s hayan dotado a sus investigadores de espl¨¦ndidos sueldos. ?Esto es importante?, dice C¨¦sar Nombela, ?por lo que supone de confianza en esta metodolog¨ªa de cara a su desarrollo?.
En nuestro pa¨ªs nos movemos a niveles m¨¢s modestos, pero empiezan a hacerse notar algunas iniciativas en empresas privadas o de capital mixto (es el caso de Ingenasa, cuyo capital social est¨¢ dividido al 50% entre la empresa privada y el INI), adem¨¢s de departamentos universitarios e institutos cient¨ªficos, bajo los auspicios del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y del Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial (CDTI), interesadas, mediante la confecci¨®n de un plan nacional de biotecnolog¨ªa, en poner las bases para que la ingenier¨ªa gen¨¦tica tenga resultados pr¨¢cticos en Espa?a.
La agricultura ser¨ªa uno de los sectores en que estos resultados pr¨¢cticos se est¨¢n dando ya y en donde los proyectos cuentan con perspectivas optimistas. El tomoffel es un ejemplo de ello. El profesor Garc¨ªa Olmedo, del departamento de Bioqu¨ªm¨ªca de la Escuela Superior de Ingenieros Agr¨®nomos de Madrid, explica la utilidad de estos h¨ªbridos: ?El tomoffel no se va a cultivar as¨ª. La planta acabar¨ªa por producir patatas o tomates muy peque?os y no ser¨ªa rentable. Pero eso no significa que el experimento no sea interesante, porque teniendo esta planta se puede manipular de forma que se consigan patatas o tomates mejores. En concreto, hay una enfermedad bacteriana de la patata a la que el tomate es resistente. Mediante este h¨ªbrido se puede transferir esa resistencia del tomate a la patata. Tambi¨¦n se pueden hacer cruces para conseguir nuevos frutos con otras propiedades nutritivas o con otro sabor?.
El departamento del profesor Garc¨ªa Olmedo, asociado con el de Microbiolog¨ªa de la misma escuela, es uno de los centros de Espa?a donde se utiliza la ingenier¨ªa gen¨¦tica en la investigaci¨®n. En estos momentos trabajan en proyectos que, sin resultar tan espectaculares como el tomoffel, tienen un inter¨¦s econ¨®mico y cient¨ªfico importante.
Una de las investigaciones consiste en la transferencia de genes de especies silvestres a trigo cultivado, para conferirle a ¨¦ste resistencia a enfermedades o alterar su composici¨®n cualitativa. ?Ahora estamos experimentando con una enfermedad, el mal de pie, que ataca el tallo y lo tumba. Es m¨¢s corriente en Francia, y por ello las pruebas de resistencia las hacemos all¨ª. Lo que tratamos de evitar es que la enfermedad se extienda a Espa?a. Tambi¨¦n trabajamos?, contin¨²a el profesor Garc¨ªa Olmedo, ?en la clonaci¨®n de genes que codifican prote¨ªnas de trigo, cebada y centeno mediante t¨¦cnicas de DNA (¨¢cido desoxirribonucleico) recombinante. Este es un primer paso para la manipulaci¨®n y alteraci¨®n de estos genes en el tubo de ensayo (in vitro) y la eventual reinserci¨®n de los genes alterados, que es lo que est¨¢ por resolver. Esta t¨¦cnica tiene asimismo inter¨¦s para poder analizar la estructura gen¨¦tica de estas plantas cultivadas?.
Este encarecimiento ha hecho que se le d¨¦ gran importancia a la investigaci¨®n, que tiende a ahorrar energ¨ªa, o bien a crear fuentes alternativas. Lo que se ha venido haciendo por medios industriales (transformar el nitr¨®geno atmosf¨¦rico en nitratos y amonios, utilizando el gas y el petr¨®leo) ahora se trata de hacerlo por medios biol¨®gicos, utilizando la ingenier¨ªa gen¨¦tica. El descubrimiento de que la transformaci¨®n del nitr¨®geno en nitratos pueden hacerlo determinadas bacterias es el punto de partida de las investigaciones encaminadas a dotar a las plantas (en este caso las leguminosas) de su propio sistema de transformaci¨®n.
Experiencia espa?ola
Hacia este punto van dirigidas las investigaciones que el profesor Ruiz-Arg¨¹eso est¨¢ llevando a cabo en el departamento de Microbiolog¨ªa de la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos de Madrid. ?Lo que nosotros hemos hecho es que las bacterias del tipo Rhizobium se asocien con plantas infectando los pelos radiculares de las ra¨ªces de las leguminosas. Esta simbiosis hace que se formen unos n¨®dulos capaces de transformar el nitr¨®geno atmosf¨¦rico, que las hojas de la planta env¨ªa a las ra¨ªces, en nitrato y amonio. La planta lo incorpora, y as¨ª las leguminosas viven independientemente del nitr¨®geno que pueda haber en la tierra. El ahorro econ¨®mico con respecto a los cereales es que estos necesitan cien unidades de nitr¨®geno por hect¨¢rea, las cuales hay que a?ad¨ªrselas, mientras que a las leguminosas dotadas con estos n¨²dulos no se les a?ade nada. Hoy podemos decir que la soja que se siembra en Espa?a no necesita fertilizantes?.Este experimento se est¨¢ empezando a aplicar al altramuz, una leguminosa aut¨®ctona, con el fin de que su prote¨ªna suplante a la de la soja, puesto que ¨¦sta hay que importarla para la producci¨®n de piensos compuestos. El sue?o dorado en este sentido ser¨ªa dotar a los ceraeles de la capacidad de fijar por s¨ª mismos el nitr¨®geno. ?El ahorro de energ¨ªa que eso puede suponer ser¨ªa incalculable?, apunta el profesor Garc¨ªa Olmedo, ?habida cuenta que los cereales constituyen el 75% de la totalidad de los cultivos?.
Si para que este sue?o se haga realidad no existen plazos determinados, en el caso de las leguminosas no solamente existen realidades, sino el perfeccionamiento de esas realidades. ?Nuestra contribuci¨®n concreta en el campo de la ingenier¨ªa gen¨¦tica a la mejora de las leguminosas?, apunta el profesor Ruiz-Arg¨¹eso, ?ha consistido en el descubrimiento de que los n¨®dulos de Rhizobium pierden entre el 20% y el 50% de la energ¨ªa que reciben de las hojas de la planta, energ¨ªa que liberan en forma de hidr¨®geno. Es igual que si un coche invirtiera una parte de la gasolina no en hacer andar el motor, sino en producir calor, lo cual no sirve para nada. Lo que tratamos ahora es de suprimir esta p¨¦rdida con la esperanza de que eso aumente la cantidad de nitr¨®geno fijado. Y tenemos datos que prueban que as¨ª pasa. Hemos, encontrado cepas de Rhizobium que producen n¨®dulos que no, desprenden hidr¨®geno, las cuales est¨¢n dotadas de una enzima que se llama hidrogenasa y que puede ser, seg¨²n nuestras investigaciones, la causante de que la planta aproveche toda la anerg¨ªa y no se produzcan p¨¦rdidas?.
El mejor aprovechamiento, posible de las condiciones con que se presenta la naturaleza es el reto, de esta metodolog¨ªa cient¨ªfica que est¨¢ todav¨ªa en per¨ªodo de desarrollo, por lo que cosas que se saben te¨®ricamente posibles no son. todav¨ªa una realidad, como, por ejemplo, obtener variedades de plantas que se adapten a factores ambientales diversos: salinidad, sequ¨ªa, etc¨¦tera. ?Este a?o?, contin¨²a Garc¨ªa Olmedo, ?hubiesen hecho falta especies que se adaptaran a la sequ¨ªa?.
El profesor Garc¨ªa Olmedo teoriza sobre lo que la manipulaci¨®n gen¨¦tica puede llegar a conseguir en la agricultura, pero sin pensarnunca que esta t¨¦cnica sea la soluci¨®n a todos los problemas., ?Cuando sale en la Prensa que alguien ha descubierto un m¨¦todc, para aumentar la producci¨®n un 40%, no me lo creo, porque no se: producen milagros. Si nosotros conseguimos, hacer a una planta. resistente a un insecto y evitamos; con ello el uso de insecticidas, habremos adelantado, pero surgir¨¢n, otros problemas u otros insectos; distintos. Porque, adem¨¢s, cada especie cultivada tiene problemas espec¨ªficos para los que no hay soluciones globales, sino que necesitan una investigaci¨®n concreta ?.
Todo este lenguaje t¨¦cnico, dif¨ªcilmente comprensible para los no expertos, tiene una clara traducci¨®n en t¨¦rminos econ¨®micos: investigaciones como ¨¦stas son la base para, por ejemplo, cambiar el tipo de prote¨ªnas del trigo, t¨ªpicamente desequilibradas, por las del huevo. Es decir, incorporarle al trigo la prote¨ªna del huevo, que es m¨¢s equil¨ªbrada que la suya, y aumentar, por tanto, el valor nutritivo del cereal. ?Estas cosas que digo?, afirma el profesor Garc¨ªa Olmedo, ?todav¨ªa no se han logrado, pero no hay ninguna barrera te¨®rica que lo impida. Se trata, simplemente, de que estamos empezando. Tampoco hay nada que impida lograr que el trigo acumule insulina. Esto no s¨¦ si se va a hacer, no s¨¦ siquiera si ser¨ªa posible, pero te¨®ricamente es posible. De todas formas ser¨¢ la pr¨¢ctica la que nos dir¨¢ qu¨¦ investigaciones son factibles y cu¨¢les no, dependiendo en muchos casos de condicionamientos externos a la ciencia y a la agricultura, como es la crisis de la energ¨ªa?.
Atravesamos una situaci¨®n econ¨®mica muy diferente a la que posibilit¨® la llamada ?revoluci¨®n verde?, con su espectacular aumento en los rendimientos. Aquel boom de la agricultura fue posible gracias al uso masivo de fertilizantes. Pero hoy esta producci¨®n de abonos es excesivamente cara.
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