La revisi¨®n del Plan Energ¨¦tico Nacional prev¨¦ unas inversiones en el sector de 2,4 billones de pesetas en los pr¨®ximos cuatro a?os

La primera revisi¨®n del Plan Energ¨¦tico Nacional (PEN), elaborada a lo largo de los ¨²ltimos seis meses por una comisi¨®n interministerial bajo la direci¨®n de la Comisar¨ªa de Energ¨ªa, ser¨¢ remitida con fecha inmediata a las Cortes, una vez que el proyecto final fuera aprobado por el Consejo de Ministros del pasado martes. El ministro de Industria y Energ¨ªa, Ignacio Bay¨®n, anunci¨® ayer que el Gobierno espera que el debate parlamentario sobre este proyecto, que contempla el horizonte energ¨¦tico espa?ol en la presente d¨¦cada, culmine el pr¨®ximo marzo.

La revisi¨®n del PEN, cuyos detalles de planificaci¨®n de demanda sobre varios supuestos ha sido adelantado en estas p¨¢ginas, contempla unas inversiones totales de 2,4 billones de pesetas en los pr¨®ximos cuatro a?os, con una mayor atenci¨®n al sector el¨¦ctrico, que en el pr¨®ximo cuatrienio se llevar¨¢ 1,6 billones de pesetas. La mayor parte de esta inversi¨®n est¨¢ destinada a la construcci¨®n o reconversi¨®n de centrales t¨¦rmicas b¨¢sicamente carbon¨ªferas y nucleares.La reforma del PEN, seg¨²n se hizo eco ayer el ministro de Industria y Energ¨ªa, fue necesaria en funci¨®n de tres hechos b¨¢sicos, que en el momento de elaboraci¨®n del plan original (que fue aprobado por el Parlamento en julio de 1979) no pudieron tenerse en cuenta.

Estos tres hechos son: la segunda gran subida de los precios del petr¨®leo, como consecuencia de la guerra irano-iraqu¨ª; los resultados econ¨®micos de estos dos ¨²ltimos a?os, inferiores a los esperados, y, en tercer lugar, la sensible reducci¨®n producida en los consumos energ¨¦ticos, como consecuencia de la aplicaci¨®n rigurosa de una pol¨ªtica realista en los precios de los productos energ¨¦ticos.

Pese a estas variables, imposibles de predecir en el momento concreto en que se elabor¨® el primer PEN, el ministro Bay¨®n asegur¨® que se han alcanzado y cumplido con creces los objetivos del mismo, habi¨¦ndose reducido sensiblemente (casi siete puntos) la dependencia del petr¨®leo en la estructura de energ¨ªa primaria, al tiempo que se ha iniciado un proceso de racionalizaci¨®n tanto en los consumos como en el ahorro de energ¨ªa.

Retrasos de dos a?os

La nueva versi¨®n del PEN introduce, en este sentido, importantes modificaciones en la planificaci¨®n de la demanda energ¨¦tica en la presente d¨¦cada sobre el llamado PEN de 1978. Pero, en t¨¦rminos generales, se puede simplificar se?alando que se ha hecho una traslaci¨®n de los objetivos iniciales hac¨ªa atr¨¢s, en un plazo entre dos y tres a?os, en lo que respecta a las previsiones de demanda. Este retraso se debe fundamentalmente al segundo factor apuntado por Bay¨®n, es decir, las inferiores expectativas de crecimiento que ha impuesto la crisis econ¨®mica.As¨ª, las previsiones de demanda de energ¨ªa primaria en el doble horizonte 1985/1990 son de 124,2 y 152,1 millones de toneladas equivalentes de carb¨®n (TEC), respectivamente, a partir de los 105,1 millones estimados en 1981. Esta demanda ser¨¢ cubierta, para el horizonte de 1985, en un 10% con energ¨ªa hidr¨¢ulica, 10,6% con nuclear, 24,3% con carb¨®n, 5,4% con gas natural, 49,3% con petr¨®leo y 0,4% con nuevas energ¨ªas. Estos porcentajes cambian al 9,27. (hidr¨¢ulica), 15,1% (nuclear), 22,8% (carb¨®n), 6,1% (gas natural), 45,2% (petr¨®leo) y 1,6% (nuevas energ¨ªas).

El carb¨®n y el gas

El objetivo en este terreno es proseguir el proceso de reducci¨®n de la elasticidad consumo/renta y el incremento del autoabastecimiento, que deber¨¢ alcanzar el 45% de las necesidades globales de energ¨ªa, como m¨ªnimo, al final del per¨ªodo considerado. En esta l¨ªnea, los principales cambios se registrar¨¢n en la participaci¨®n del petr¨®leo en la satisfacci¨®n de la demanda energ¨¦tica, que se sustituye en lo posible con carb¨®n y gas natural.Seg¨²n manifest¨® Bay¨®n, los esfuerzos en el terreno carbon¨ªfero, mediante la construcci¨®n de centrales t¨¦rmicas y un mayor ¨¦nfasis en la producci¨®n interna de carb¨®n, persiguen que a finales de la d¨¦cada no se gaste ni un litro de fuel en la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. Para 1990 se estar¨¢n produciendo en Espa?a 41 millones de toneladas de carb¨®n frente a los 34 millones de 1981. Pese a este aumento en la producci¨®n, ser¨¢ necesario importar quince millones de toneladas adicionales para satisfacer la demanda prevista.

En el campo del gas natural, donde Bay¨®n resalt¨® el esfuerzo que se desea desarrollar, se piensa casi multiplicar por tres su participaci¨®n en la estructura de energ¨ªa primaria. A falta de unas fuentes gas¨ªsticas propias fiables, el objetivo es diversificar los actuales sumistradores (Argelia y Libia) mediante la interconexi¨®n con Europa (v¨¦ase informaci¨®n en esta misma p¨¢gina).

En el subsector del petr¨®leo se proseguir¨¢ la adecuaci¨®n del esquema de refino, obsoleto en parte y no preparado para cubrir las necesidades previstas de los cambios en los consumos. Por medio del Plan de Reconversi¨®n de Refiner¨ªas se est¨¢ en proceso de construcci¨®n de varios FCC (fluid catalytic craking) y vis-breaking, que permitir¨¢n la obtenci¨®n de mayor cantidad de productos ligeros y menos pesados.

La energ¨ªa nuclear ocupar¨¢ a su vez un importante lugar en la adecuaci¨®n de la estructura energ¨¦tica. Est¨¢ prevista la entrada en funcionamiento de once nuevos grupos, con una potencia global de 10.621 megavatios. Para 1990, el 38% de la energ¨ªa el¨¦ctrica consumida en Espa?a provendr¨¢ del ¨¢tomo.

Importantes inversiones

Los 2,4 billones de pesetas que, en los pr¨®ximos cuatro a?os, ser¨¢n invertidos en el sector energ¨¦tico se distribuir¨¢n de la siguiente manera: 120.331 millones de pesetas en el subsector carb¨®n, 416.362 millones en petr¨®leo (principalmente prospecciones, internas y en el extranjero), 140.985 millones en el gas natural, 1.637.660 millones en electricidad, 17.296 millones en el ciclo del combustible nuclear (no incluye las centrales, abarcadas en el cap¨ªtulo el¨¦ctrico) y 53.103 millones en conservaci¨®n, investigaci¨®n y desarrollo energ¨¦tico.En el cap¨ªtulo de inversiones destacan, por su importancia, las cifras destinadas a la construcci¨®n de centrales t¨¦rmicas carbon¨ªferas, con inversiones superiores a los 411.000 millones de pesetas, y a las nucleares, donde las inversiones totalizan 784.840 millones de pesetas.

Por a?os, la distribuci¨®n de las inversiones se realizar¨¢ de la siguiente manera: 613.821 millones en 1982, 671.800 millones en 1983 y 591.187 millones en 1984.

Con esta revisi¨®n, seg¨²n el ministro de Industria y Energ¨ªa, aparte de mantenerse los principios del PEN de 1979, se asegura el ritmo de las inversiones del sector energ¨¦tico, permite el acercamiento a una estructura de dependencia similar a la de los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEP y ayuda a concienciar a la opini¨®n p¨²blica en favor del uso adecuado de la energ¨ªa.

En cuanto a la pol¨ªtica de precios que seguir¨¢ el Gobierno, Ignacio Bay¨®n asegur¨® que se mantendr¨¢ la medida de repercutir en el precio final al consumidor los incrementos de precios que se produzcan en la energ¨ªa primaria. Sin embargo, el Ministro no cree que haya bruscos incrementos de los precios del petr¨®leo.