El Papa, irritado por el mantenimiento de la ley marcial

El papa Juan Pablo II expres¨® ayer su preocupaci¨®n por la implantaci¨®n de la ley marcial en Polonia , que, seg¨²n dijo, "se prolonga a pesar de las peticiones para su suspensi¨®n". Este llamamiento del Papa, el primero que formula p¨²blicamente desde el regreso a Roma de su enviado especial a Varsovia, ha sido interpretado por los observadores como una respuesta a la acogida que el general Wojciech Jaruzelski haya podido dar a su mensaje anterior.

No ha sido posible saber a¨²n si al Vaticano ha llegado la respuesta del general Jaruzelski al mensaje que le hab¨ªa enviado Juan Pablo II el d¨ªa de Navidad. Algunos especialistas estiman que la respuesta ha podido ser entregada recientemente por el embajador de Polonia en Roma.

Pero lo que s¨ª qued¨® claro ayer durante el discurso del Papa es que la Santa Sede est¨¢ irritada porque Jaruzelski no escuch¨® la petici¨®n del Papa y del primado polaco Jozef Glemp de acabar, despu¨¦s de Navidad, con el estado de sitio. Por eso Juan Pablo II afirm¨® ayer: "El estado de sitio se prolonga a pesar de las peticiones para que se suspenda".

Despu¨¦s de haber recordado "la inquietud que provoca la suerte de los detenidos y de los condenados", el Papa afirm¨® que "en cualquier parte del mundo, en cualquier sistema y Estado en que ocurriera una cosa semejante, tendr¨ªa que provocar una reacci¨®n muy justa dictada por la defensa del hombre y por el respeto de sus derechos fundamentales".

Camino de la violencia

Seguidamente, el Papa cit¨® textualmente las palabras pronunciadas en la noche del 13 de diciembre por Jozef Glemp cuando dijo que la Iglesia "ha conocido con dolor la ruptura del di¨¢logo que se estaba estableciendo con tanto trabajo y el comienzo del camino de la violencia, como es el estado de sitio".El Papa habl¨® esta vez con voz preocupada, despu¨¦s de las frases distensivas de la ¨²ltima semana. Sus palabras de preocupaci¨®n y de condena tienen que responder al resultado de las conversaciones que acaba de tener con su enviado especial a Varsovia, cardenal Luigi Poggi, que fue el encargado de llevar su mensaje a Jaruzelski.

Parece evidente que el Papa hab¨ªa pedido precisiones a Jaruzelski sobre el n¨²mero y el nombre de las personas detenidas, as¨ª como la supresi¨®n de la ley marcial o, al menos, precisiones sobre las perspectivas de la vuelta a la normalidad.

Se considera que, si realmente Jaruzelski respondi¨® a estas peticiones del Papa, la respuesta ha debido ser negativa, a juzgar por las duras declaraciones de Juan Pablo II. Haciendo suyas las palabras pronunciadas el 13 de diciembre por el primado de Polonia, el Papa reafirm¨® ayer a las autoridades polacas su solidaridad total con el episcopado polaco.