Un candidato casi predestinado
De "alto comisionado de las Cortes Generales" es como define la Constituci¨®n a la figura in¨¦dita en Espa?a del defensor del pueblo, t¨ªtulo que se nos antoja algo petulante, si tenemos en cuenta que todos los diputados y senadores elegidos tienen por misi¨®n esencial la defensa de sus representados, entre otros poderes del Estado. Pero aun as¨ª, el que exista un personaje delegado por el Parlamento para velar por la defensa de los derechos ciudadanos y con facultades para supervisar las actividades de la Administraci¨®n es una idea recibida con simpat¨ªa y una garant¨ªa m¨¢s de pureza democr¨¢tica.Tanto es as¨ª, que la dilaci¨®n en la puesta en pr¨¢ctica de este nombramiento ha despertado no pocas suspicacias y s¨ªntomas de impaciencia en esferas pol¨ªticas. Sin duda, por eso mismo, los socialistas no han sabido esperar m¨¢s y, rompiendo, por lo visto, el secreto de unas negociaciones, han hecho p¨²blica la candidatura de su partido a favor de don Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez. La elecci¨®n no ha causado sorpresa alguna. El nombre del se?or Ruiz-Gim¨¦nez suena desde el primer d¨ªa que surgi¨® la iniciativa de crear entre nosotros una r¨¦plica del ombudsman escandinavo, que, como es sabido, precisa ser un jurista de reconocida experiencia e integridad. El se?or Ruiz-Gim¨¦nez, a quien s¨®lo podr¨ªa achac¨¢rsele, a veces, una dosis excesiva de buena fe, cuenta, adem¨¢s de otras virtudes humanas, la de ser un conciliador nato y de tener amigos en todos los sectores importantes de la pol¨ªtica del pa¨ªs y de gran parte del mundo.
Su independencia de criterio, que en otros tiempos le cost¨® su apartamiento de la vida p¨²blica, su honradez y natural inclinaci¨®n por todas las causas nobles, le han creado una merecida aureola. Digamos tambi¨¦n que don Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez goza, desde hace largo tiempo, de considerable popularidad en Catalu?a, donde recala todos los veranos y ha aprovechado sus peri¨®dicas estancias para aproximarse y profundizar en el alma de nuestra tierra.
30 de diciembre.
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