Ma?ana se anunciara la apertura de la frontera entre La L¨ªnea y Gibraltar

Aunque fuentes oficiales de los dos pa¨ªses mantienen un diplom¨¢tico silencio sobre el resultado de las conversaciones entre los dos primeros ministros de Espa?a y el Reino Unido de ma?ana, viernes, todo parece indicar que el 8 de enero de 1982 constituir¨¢ una fecha clave en el contencioso hispano-brit¨¢nico sobre Gibraltar. Sin embargo, las esperanzas de estas fuentes de que, tras la entrevista entre Leopoldo Calvo Sotelo y Margaret Thatcher, se anuncie la apertura de la frontera entre La L¨ªnea y Gibraltar, con el consiguiente comienzo de las negociaciones, no son compartidas por el jefe del Ejecutivo gibraltare?o, sir Joshua Hassan.

En una conversaci¨®n telef¨®nica con EL PAIS, sir Joshua declar¨® repetidamente sus dudas sobre una pr¨®xima apertura dela verja. Ex presiones como ?estoy a oscuras? y ?estoy hecho un l¨ªo? fueron dichas una y otra vez p¨®r el pol¨ªtico gibraltare?o en el curso de la conversaci¨®n con la delegaci¨®n de EL PAIS en Londres. Hassan a?adi¨® que Gibraltar ?no deber¨ªa ser un impedimento? en una entrevista entre Clavo Sotelo y Thatcher, en la que se tratar¨¢n otros temas de importancia para la pol¨ªtica exterior espa?ola, aunque reiter¨® el punto de vista gibraltare?o, y brit¨¢nico de que, por parte de Espa?a, era preciso cumplir ?con el compromiso adquirido en Lisboa y que despu¨¦s vendr¨ªa todo lo dem¨¢s?. ?No existen precondiciones a la apertura de la verja. Primero hay que abrirla, y luego veremos de qu¨¦ vamos a hablar?, a?adi¨®. Las manifestaciones de Hassan chocan abiertamente con las tesis espa?olas, de acuerdo con la Declaraci¨®n de Lisboa de abril de 1980, seg¨²n las cuales debe existir una reciprocidad y una plena igualdad de derechos para los espa?oles desde el momento en que se proceda a la apertura de la verja. No obstante, Hassan admiti¨® que el tema de la soberan¨ªa ser¨ªa incluido, en las conversaciones futuras.

Esperanzado optimismo

Por su parte, fuentes brit¨¢nicas han expresado su ?esperanzado optimismo? de que la visita del presidente del Gobierno espa?ol a Londres constituya un ¨¦xito y se puedan iniciar por primera vez negociaciones sobre el futuro de Gibraltar, en las que, naturalmente, se incluya la cuesti¨®n de la soberan¨ªa espa?ola sobre el Pe?¨®n. Parece que los derechos m¨ªnimos de reciprocidad solicitados por los negociadores espa?oles dentro del contexto del acuerdo de Lisboa han sido ya conseguidos y que, por ejemplo, los ciudadanos de nuestro pa¨ªs podr¨¢n pernoctar en Gibraltar. Este derecho d¨¦ pernocta pue de calificarse de logro positivo para Espa?a, que, por todos los medios, ha tratado de que la apertura de la verja no supusiera un retorno a la situaci¨®n colonial previa al 8 de junio de 1969, fecha del cierre de la frontera y de la ruptura de comunicaciones, y en la que los ciudadanos espa?oles ten¨ªan forzosamente que abandonar el Pe?¨®n al anochecher. Las citadas fuentes han confirmado que, una vez que se proceda a la apertura de la verja, se reunir¨¢n los ministros de Asuntos Exteriores de Espa?a y el Reino Unido, junto con el jefe del Ejecutivo y el l¨ªder de la oposici¨®n gibraltare?os, para elaborar un orden del d¨ªa de estas negociaciones, que ser¨¢n a todas luces largas y dif¨ªciles, por dos razones principalmente. La primera, por el compromiso brit¨¢nico plasmado en la Declaraci¨®n de Lisboa de ?mantener su apoyo a los deseos expresados libre y democr¨¢ticamente por el pueblo de Gibraltar?, y la segunda, por la necesidad imperiosa de que la clase pol¨ªtica espa?ola, as¨ª como la Administraci¨®n, mantenga una postura negociadora unitaria y de continua ante este tema.

Adem¨¢s de Gibraltar, se espera que los jefes de Gobierno de los dos pa¨ªses aborden otros temas, de la actualidad internacional en su reuni¨®n de dos horas en el n¨²mero diez de Downing Street. Seg¨²n fuentes oficiales, Margaret Thatcher y Leopoldo Calvo Sotelo discutir¨¢n principalmente sobre la situac¨ª¨®n en Polonia.

En ambos temas, el Gobierno de Madrid ha contado siempre con el apoyo pleno de Londres, expresado en repetidas ocasiones por el secretario del Foreign Office, lord Carrington.

Las dos horas de entrevista quedar¨¢n sensiblemente reducidas en la pr¨¢ctica, ya que, seg¨²n se ha sabido en esta capital, el presidente del Gobierno espa?ol utilizar¨¢ para su conversaci¨®n con Margaret Thatcher los servicios de un int¨¦rprete oficial, como es habitual, a pesar de su conocimiento del idioma ingl¨¦s. Lo abultado del temario y la reducci¨®n del tiempo real de la entrevista con la utilizaci¨®n de los int¨¦rpretes hacen pensar en una intensa preparaci¨®n previa de las respectivas posiciones y en un acuerdo t¨¢cito de principio, hasta el punto de que un borrador de comunicado final se encuentra ya redactado.

Hasta este momento ning¨²n premier brit¨¢nico ha visitado oficialmente Espa?a en los ¨²ltimos a?os.