Los economistas ultraliberales norteamericanos utilizan a Chile como campo de experimentaci¨®n
El modelo econ¨®mico chileno es considerado como el m¨¢s ortodoxo del mundo dentro del liberalismo. Alguien le ha llamado anarcocapitalismo. Lo que los disc¨ªpulos de la Escuela de Chicago no pueden comprobar en el mismo coraz¨®n del sistema lo experimentan en. la periferia. Para demostrarlo, Friedman y los miembros latinoamericanos de la sociedad Mont Peler¨ªn se reunieron en Santiago en el pasado mes de noviembre y fueron recibidos por Pinochet. Tambi¨¦n pas¨® Kissinger por la capital. Un ¨²ltimo punto de an¨¢lisis: si la ortodoxia triunf¨® en el dominio de la inflaci¨®n, fracas¨® estrepito samente en cuanto a la distribuci¨®n del in greso y del patrimonio. Desde 1973, la extrema riqueza se concentr¨® en Chile y los po bres aumentaron de n¨²mero.
El libro del matrimonio compuesto por Milton y Rose Friedman Libertad de elegir es un ¨¦xito de venta en las librer¨ªas chilenas. Es natural: los Friedinan son los ap¨®stoles de los Chicago boys, que conducen tan ortodoxamente la economia chilena. Sergio de Castro, Sergio de la Cuadra, Rolf L¨¹ders, Andr¨¦ Sanfuentes, Alvaro Bard¨®n, etc¨¦tera, estudiaron con ellos en la Escuela de Chicago. Y tanto Friedman (premio Nobel de Econom¨ªa) como los Chicago boys chilenos siguen las teor¨ªas de otro premio Nobel de Econom¨ªa, m¨¢s anciano, que es el presidente de honor de la sociedad liberal Mont Peler¨ªn: el austriaco Von Hayek.Los Chicago boys chilenos son definidos por los cr¨ªticos a su modelo como dogm¨¢ticos, sectarios. "Creen que la econom¨ªa es una ciencia exacta que da una verdad absoluta, que no debe ser discutida ni siquiera por los grupos econ¨®micos".
?C¨®mo pudo darse ese maridaje tan extra?o entre anarcocapitalistas civiles y los militares fascistas, totalitarios, corporativistas, estilo Pinochet? Hay que remontarse a los or¨ªgenes. All¨¢ a finales de los a?os cincuenta y principio de los sesenta, la Universidad Cat¨®lica de Chile estableci¨® un convenio con la E¨¢cuela de Chicago. As¨ª, un grupo de chilenos fue a estudiar con Milton Friedman; fueron la primera generaci¨®n d¨¦ Chicago boys. Luego volvieron y ense?aron el friedmanismo en la facultad de Econ¨®micas de la Universidad Cat¨®lica de Santiago, que se convirti¨® en un reducto de los Chicago boys.
Con la Unidad Popular, unos se fueron del pa¨ªs y otros siguieron ense?ando. Estos ¨²ltimos, convencidos de que el r¨¦gimen durar¨ªa poco, elaboraron un modelo econ¨®mico para Chile, que fue ensefiado en medios castrenses. Cuando el golpe de Estado de 1973, Pinochet les llam¨® para que se hiciesen cargo de la econom¨ªa del pa¨ªs. Ellos aceptaron. Sergio de Castro, actual ministro de Hacienda, anterior subsecretario y ministro de Econom¨ªa, es hoy el m¨¢ximo representante de la Escuela de Chicago en Chile.
Los liberales y el mal menor
La sociedad liberal Mont Pelerin se reuni¨® el pasado mes de noviembre en Vi?a del Mar. No tuvieron escr¨²pulos en asistir a uno de sus plenos en un pa¨ªs con dictadura militar. Sin embargo, la Mont Pelerin jam¨¢s se reuni¨® en Espa?a mientras vivi¨® el general Franco. Fundada en 1947 por el austriaco Von Hayek, en sus filas militan los economistas m¨¢s rabiosamente liberales. Antes de llegar a Santiago, Friedman hizo escala en Per¨², donde le entrevist¨® para la televisi¨®n Mario Vargas Llosa, y le pregunt¨® si ten¨ªa alguna duda moral al observar que sus teor¨ªas eran aplicadas generalmente en pa¨ªses con Gobiernos autoritarios. "No", respondi¨® Friedman; "no me gustan los Gobiernos militares, pero busco el mal menor".
La reuni¨®n de la Mont Pelerin, que fue a puerta cerrada, fue califi cada por la Prensa local de aquelarre (concili¨¢bulo de brujos), y en ella, seg¨²n se pudo filtrar, uno de los presentes reiter¨® las palabras de Vargas Llosa, es decir, la nece sidad de un Gobierno autoritario para implantar el modelo liberal. Friedinan replic¨®: es peligroso im poner el esquema bajo condicio nes militares, ya que "es perfecta mente posible aplicarlo bajo un r¨¦gimen de democracia".
Creciente concentraci¨®n de la riqueza
Friedman, en una conferencia de Prensa posterior a las sesiones de la sociedad Mont Pelerin, apoy¨® las tesis de que cuantas m¨¢s empresas, p¨²blicas se privatizasen, mejor. En Chile se conoce muy bien ese fen¨®meno; dos a?os despu¨¦s del golpe se hab¨ªan privatizado quinientas empresas p¨²blicas, Y dos terceras, partes de la tierra, expropiadas por la reforma agraria que inici¨® el democristiano Eduardo Frei, vendidas al mejor postor. Ese proceso de privatizaci¨®n y el acceso al financiamiento externo (muy selectivo en los primeros a?os del r¨¦gimen de Pinochet) son las dos razones dadas por un economista funcionario de la CEPAL para concluir que desde 1973 ha habido un proceso muy importante de concentraci¨®n de la riqueza en Chile.
El profesor Fernando Dahse public¨® un Jibro titulado Mapa de la extrema riqueza. Los grupos econ¨®micos y el proceso de concentraciones de capitales. En ¨¦l demuestra "la existencia de un grupo muy reducido de conglomerados econ¨®micos con una cuota desproporcionada de control sobre la riqueza economica nacional. Para citar s¨®lo un indicador: seg¨²n los antecedentes presentados, los cinco mayores grupos econ¨®micos controlan casi las dos terceras partes del patrimonio total de las 250 mayores empresas privadas del pa¨ªs. Ello es un grado elevad¨ªsimo de concentraci¨®n de la propiedad de la riqueza en Chile.
Dahse insiste m¨¢s adelante en que "en el per¨ªodo hist¨®rico que comenzara en septiembre de 1973 se ha producido una fuerte concentraci¨®n de la propiedad y gesti¨¦ndelas empresas privadas en la casi totalidad de los sectores de la actividad econ¨®mica nacional".
Extensi¨®n de la pobreza
En el extremo opuesto, en relaci¨®n con los grupos m¨¢s pobres de chilenos, se han hecho dos tipos de estudios: con base al censo de poblaci¨®n y vivienda de 1970, y en el que se tom¨® como base de referencia la calidad de la vivienda y otros indicadores como el hacinamiento (cu¨¢ntas personas habitan en cada cuarto), si tiene o no agua comente en la casa, etc¨¦tera.. Con estas combinaciones, en los a?os 19731974 se hizo una calificaci¨®n de pobreza, y result¨® que el 20% de la poblaci¨®n pod¨ªa ser calificada como pobre, es decir, que habitaba una vivienda de mala calidad, que viv¨ªan hacinados y que no ten¨ªan agua corriente. Esta misma metodolog¨ªa no ha podido ser ap licada en la actualidad porque no existe nuevo censo de poblaci¨®n y vivienda.
Hay una segunda f¨®rmula, utilizada por la CEPAL, que se ha aplicado a once pa¨ªses de la regi¨®n, y cuyo indicador principal ha sido el ¨ªndice de nutrici¨®n. Sergio Molinas, soci¨®logo de la CEPAL, la explic¨®: "Se lleg¨® a establecer por estudios previos cu¨¢les son los requerimientos cal¨®ricos y proteicos que requiere una persona para su normal desarrollo. Despu¨¦s se hizo un estudio pa¨ªs por pa¨ªs para identificar cu¨¢l ser¨ªa la cesta de la compra de precios m¨¢s bajos que cumpliera con los requisitos de llenar esos requerimientos cal¨®ricos y proteicos; se puso valor a esa cesta en moneda de cada uno de los pa¨ªses, y el paso siguiente fue dar un valor uniforme a la cesta. Luego se compar¨® el valor de la cesta con los datos de distribuci¨®n de ingresos de diferentes pa¨ªses la tinoamericanos y la distribuci¨®n de ingresos familiar. Se determinaron dos l¨ªneas de pobreza: la indigencia, cuando una persona tiene un ingreso menor que el valor de la cesta de los alimentos. Aunque destinase todos sus ingresos a alimentaci¨®n, cosa que no puedeproducirse en la realidad, no podr¨ªa comprar la cesta. En Am¨¦rica Latina hay un 19% de indigentes.
La segunda l¨ªnea es la pobreza efectiva. Trata de la situaci¨®n de las familias en relaci¨®n con la asignaci¨®n de recursos hacia la alimentaci¨®n. Un total de entre el 50% y el 60% del total de ingresos de esas familias era destinado a alimentaci¨®n. Una persona que tiene un ingreso inferior al doble del valor de la cesta tampoco est¨¢ logrando satisfacer sus necesidades b¨¢sicas de. alimentaci¨®n y, por tanto, otras necesidades b¨¢sicas. Estos son los pobres. En el a?o 1970, alrededor del 40% de la poblaci¨®n latinoamericana era efectivamente pobre. En Chile, en esos a?os, los efectivos pobres eran un 18%, alrededor de la mitad que en otros sitios de Am¨¦rica Latina, exceptuando Argentina.
La evoluci¨®n seguida desde entonces no se puede determinar con los mismos indicadores, pero hay datos indirectos. Un antecedente es un estudio de la Universidad Cat¨®lica que presenta datos sobre el ingreso familiar en el Gran Santiago. Este estudio utiliz¨® ciertos deflactores que, en opini¨®n de Sergio Molinas, eran errores. Se hicieron las correcciones y se determin¨® que cuando la pobreza era del 20% en el a?o 1970, la pobreza equivalente de hoy d¨ªa ser¨ªa del 23%, es decir, habr¨ªa aumentado el n¨²mero de pobres. Al mismo tiempo se calcul¨® lo que habr¨ªa pasado con el ingreso promedio de ese 20% de la pob.la ci¨®n con ingresos m¨¢s bajos. El re sultado es que ha perdido en pro medio en seis a?os (hasta 1979) aproximadamente un 16% de su ingreso. Es decir, que hay m¨¢s po bres en n¨²mero, y los que son po bres, son m¨¢s pobres.
Empobrecimiento progresivo
Otro dato impresionante ha sido calcular lo que ha ocurrido en el intermedio del proceso, es decir, entre 1970 y 1979 (que fue un a?o de franca recuperaci¨®n de la econom¨ªa-chilena y, por tanto, uno de los puntos de referencia mejores que se pod¨ªan tomar). Si se escoge el ingreso medio del 20% m¨¢s pobre del a?o 1970 y se compara con el ingreso medio de cada uno de los a?os siguientes del Gobierno militar, es decir, de 1974 a 19791 se llega a la conclusi¨®n de que la suma de las p¨¦rdidas de ingreso real es equivalente a dos a?os de remuneraci¨®n de 1970, lo cual indica que en el transcurso de estos a?os ha habido una p¨¦rdida muy importante, que se va recuperando en 1978, 1979 y 1980.
El resumen de todo esto es, seg¨²n Sergio Molinas, mayor desigualdad social, empobrecimiento de los pobre!, extensi¨®n del concepto de pobre, distanciamiento entre los pobres y los grupos de ingresos m¨¢s altos. Es decir, cambio desfavorable en la distribuci¨®n del ingreso y en la situaci¨®n absoluta de los pobres. "Con la recesi¨®n econ¨®mica que ha comenzado estas distancias aumentar¨¢n irremediablemente".
Bancarrota agr¨ªcola y peticiones de protecci¨®n industrial
Mientras los empresarios chilenos se quejan de la competencia desleal de los productos extranjeros, dirigentes campesinos han denunciado una situaci¨®n de aut¨¦ntica bancarrota en la agricultura tradicional del pa¨ªs, informa desde Santiago de Chile la agencia Efe.En el para¨ªso del ultraliberalismo los industriales chilenos se han dirigido a las autoridades del pa¨ªs para acusar a determinados productos extranjeros de llegar fuertemente subvencionados al mercado nacional.
Entre otros productos afectados por la denuncia figura n los procedentes de Brasil, Colombia, Argentina, Per¨², China Popular, Corea, Hong Kong, Espa?a y Portugal.
Seg¨²n los industriales, la situaci¨®n deriva de la econom¨ªa liberal que actualmente aplica Chile, donde el producto nacional debe entrar a c¨®mpetir con el importado, que en algunos casos se ve favorecido por la estabilidad del d¨®lar.
El gerente general de la Asociaci¨®n de Industriales Metal¨²rgicos (ASIMET), Gerado Zegers, manifest¨® que hay casos muy claros de competencia desleal y denunci¨® en concreto los casos de Argentina y Brasil, donde existe un subsidio general m¨ªnimo del 40%.
La Sociedad Nacional de Agricultura, por su parte, se?al¨® que numerosos productos agr¨ªcolas llegan fuertemente bonificados, pero que algunos aspectos del reglamento para investigar casos de importaciones subvencionadas hacen pr¨¢cticam ente imposible su aplicaci¨®n en el sector agr¨ªcola.
Por otro lado, los m¨¢s caracterizados productores ydirigentes de la agricultura tradicional chilena han revelado que ¨¦sta se encuentra en virtual bancarrota y que nada cambiar¨¢, aunque se les faciliten cr¨¦ditos blandos, si los agricultores no pueden vender sus productos o se ven obligados a venderlos a precios no rentables.
Ante la contrataci¨®n de un experto norteamericano para que efect¨²e un diagn¨®stico de la agricultura chilena, el diario El Mercurio se?ala que es ingenuo pensar que un t¨¦cnico extranjero, por entendido que sea en su ramo, "pueda emitir un fallo, lindante en el or¨¢culo, sobre males chilenos conocidos y cuyo remedio se sit¨²a menos en la esfera t¨¦cnica que en la de las decisiones pol¨ªticas".
El consorcio agr¨ªcola ha pedido al Gobierno que otorgue fondos a la banca para que ¨¦sta renegocie los cr¨¦ditos que tienen concedidos y le ha instado asimismo para que planifique el sector y analice la situaci¨®n del mercado interno.
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