El Centro Dram¨¢tico Nacional estrena en Sevilla "El pato silvestre", de Henrik Ibsen
La obra deriva hacia una confrontaci¨®n entre dos personajes: uno,que dice que para poder vivir hay que cerrar los ojos a la verdad e instalarse en la mentira, y otro, fan¨¢tico de la verdad, que quiere a toda costa abandonar esa vida ilusionada y falsa", ha declarado a este peri¨®dico Jos¨¦ Luis Alonso, director de la compa?¨ªa del Centro Dram¨¢tico Nacional, que esta noche pondr¨¢ en escena la obra El pato silvestre, de Henrik Ibsen, en el teatro Lope de Vega de Sevilla, en versi¨®n castellana de Antonio Buero Vallejo y con escenograf¨ªa de Gustavo Torner.
El montaje cuenta con la actuaci¨®n, entre otros, de Jos¨¦ B¨®dalo, Manuel Galiana, Andr¨¦s Mejuto, Manuel Tejada, Encarna Paso, Antonio Iranzo, Ana Mar¨ªa Ventura y la ni?a Nuria Gallardo. La obra de lbsen, escrita en 1884, es un estreno absoluto en Espa?a, donde se han representado otras obras del autor, como Borkman, actualmente en la cartelera madrile?a. Despu¨¦s del estreno en Sevilla, el montaje de El pato silvestre se presentar¨¢, el pr¨®ximo d¨ªa 23, en el teatro nacional Mar¨ªa Guerrero, de Madrid, sede del Centro Dram¨¢tico Nacional.Acerca de la vigencia del teatro de Henrik lbsen (1828-1906) en la Espa?a de 1982, Jos¨¦ Luis Alonso indic¨® que "es un texto muy complejo, de muchos planos superpuestos, muy propio de Ibsen, que nunca nos revela el fondo de todos sus secretos ni nos permite llegar a las ¨²ltimas consecuencias. De cualquier forma creo que una de las cosas m¨¢s importantes que nos dice es que no se puede vivir en la mentira que hay que aceptar la verdad sea cual fuere".
El pato silvestre (El pato salvaje en el original), que han montado con anterioridad, entre otros, Roncon¨ª y Bergman, cuenta la historia de una familia herida de muerte por un poderoso y que, al igual que el pato salvaje en circunstancia similar, se plantea la disyuntiva entre vivir a base de aceptar la mentira ofrecida por el poderoso o morir dignamente, sin humillaci¨®n, como lo hace el animal. Este dilema desemboca en la lucha personal entre dos de los protagonistas, que encarnan ambas posturas antit¨¦ticas.
Con una traducci¨®n de Antonio Buero Vallejo, que ha pretendido ser totalmente fiel al original, el montaje y la escenografia de Jos¨¦ Luis Alonso y Gustavo Torner tratan de ser lo m¨¢s claros y di¨¢fanos posibles para el espectador, aunque manteniendo esa ambivalencia propia de la obra y mezclando les elementos realistas y simb¨®licos que se acentuaron en los montajes de Bergman y Ronconi, respectivamente, y cuyo choque inevitable constituye la m¨¢xima dificultad para dar un tratamiento unitario al espect¨¢culo.
Poco antes del estreno, Jos¨¦ Luis Alonso se encuentra en un estado de tensi¨®n y nervios aparentemente extra?o en un director de su categor¨ªa y experiencia. "En el teatro la experiencia no vale para nada. Yo sufro en cada estreno como un verdadero condenado".
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