Todas las ¨¦pocas de la pintura de Mondrian en la exposici¨®n que se inaugura hoy en Madrid
Todas las ¨¦pocas de la pintura de Piet Mondrian est¨¢n presentes en la exposici¨®n antol¨®gica de setenta obras que hoy se abre en la sede madrile?a de la Fundaci¨®n March (Castell¨®, 77). La muestra permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 21 de marzo y constituye un acontecimiento excepcional dentro del mundo de la cultura pl¨¢stica porque es una de las escasas oportunidades que se dan en Europa de contemplar en una sola exposici¨®n el conjunto de la producci¨®n art¨ªstica del gran pintor holand¨¦s.
El primer dato a tener en cuenta para valorar la exposici¨®n de Mondrian, que inaugura hoy la Fundaci¨®n Juan March, es que se trata de la primera muestra antol¨®gica del pintor holand¨¦s que se celebra en Espa?a. Desde este punto de vista, se puede, pues, afirmar que nos encontramos ante un acontecimiento que posiblemente no se vuelva a repetir en Europa fuera del ¨¢mbito de los cuatro o cinco m¨¢s grandes museos de arte contempor¨¢neo del continente.Parece necesario subrayar la importancia cuantitativa y cualitativa de las obras conseguidas -setenta piezas-, as¨ª como el valor did¨¢ctico extraordinario que posee la muestra de cara a nuestro pa¨ªs, donde ha habido pocas oportunidades de contemplar a los grandes maestros modernos y, entre ellos, menos a¨²n a los de caracter¨ªsticas m¨¢s herm¨¦ticas, como es el caso de Piet Mondrian.
Sin conocer la obra de este genial artista, que encarna una de las pautas ideales del desarrollo de la pintura contempor¨¢neo, no se puede entender adecuadamente el arte del siglo XX. Por todo ello, como por el esfuerzo del montaje, que ha requerido remozar la pintura y el tama?o de las paredes, logrando una ambientaci¨®n correcta para poder ver una obra extraordinariamente sutil, hemos de felicitar de nuevo al ejemplar equipo de la Fundaci¨®n Juan March, cuyo papel en pro de la difusi¨®n art¨ªstica en Espa?a es ya un dato hist¨®rico de nuestra cultura contempor¨¢nea.
Tratando en concreto de lo que se exhibe, hay que destacar la presencia de cuadros de todas las etapas de Mondrian, lo que permite conocer muy bien la evoluci¨®n de este pintor, que cre¨® el movimiento neopl¨¢stico en 1917, cuando ya contaba 45 a?os. Ignorar, por consiguiente, esta amplia primera etapa de su talento creador resultar¨ªa una mutilaci¨®n grave, pues, al margen de lo que ella significa en el conjunto global de su evoluci¨®n, se hubiese bastado por s¨ª misma para convertir a Mondrian en un notabil¨ªsimo pintor. Ocurre lo mismo que con el caso de Goya, que se hizo tambi¨¦n famoso por lo que hizo tras cumplir los cuarenta a?os, pero, a pesar de ello, cabe preguntarse qui¨¦n renunciar¨ªa a su obra anterior, si tendr¨ªa la misma fuerza y sentido lo que pinta tras la realizaci¨®n de Los Caprichos sin conocerla.
La primera etapa
En la muestra actual hay cuadros del primer¨ªsimo Mondr¨ªan, que est¨¢n fechados antes de 1900, como Paisaje con casa y canal (1897), el bell¨ªsimo Bosque de abedules (1898-1900) e Interior (1899). En ellos, como en los que realiza en los a?os inmediatamente posteriores, Mondrian demuestra su conexi¨®n con el paisajismo holand¨¦s. Este ¨²ltimo estaba entonces dividido entre la Escuela de La Haya de car¨¢cter m¨¢s rom¨¢ntico, y la Escuela de Amsterdam, m¨¢s racionalista.Mondrian, que tuvo contacto con ambas, acusa por igual su influencia, que se traduce, por un lado, en la soltura y frescor de la pincelada y, por otro, en la rigurosa composici¨®n, cualidades que conservar¨¢ ya siempre. Este per¨ªodo naturalista se mantiene durante una buena parte de la primera de cada del siglo y est¨¢ representado en la presente exposici¨®n por algunos cuadros soberbios, como la se rie de arboledas a orillas del r¨ªo Gein. Son muy hermosos sus tonos verdes y grises, el uso alternante de bandas luminosas y oscuras, la espontaneidad y presteza del toque del pincel y la trama compositiva, cuyo aislamiento fragmentario nos da la impresi¨®n, a veces, de que ah¨ª est¨¢ prefigurado todo el Mondrian posterior.
Desde aproximadamente 1906, cuando pinta Nube rosa, donde aparece una rosa maravillosamente combinada con los verdes y grises, o cuando pinta ese prodigio de sensibilidad que se titula Niebla en el Amstel, Mondrian se aproxima al por simpre sionismo. Aclara la paleta, logrando tonalidades ros¨¢ceas y p¨²rpura de gran belleza. En 1908 se instala en la isla de Walcheren, al suroeste de la provincia de Zeeland, donde conoce a Toorop y donde pinta una serie de obras maestras con vistas de Domburg y el famoso faro de Westkapielle, dos de cuyas versiones m¨¢s notables se encuentran en la muestra de Madrid. Es ¨¦sta quiz¨¢ la etapa mejor representada, ya que hay varios paisajes de primera categor¨ªa y un conjunto impresionante de una serie de flores.
Del per¨ªodo de influencia cubista, decisivo en la evoluci¨®n de Mondrian, hay varias piezas de inter¨¦s, entre las que destacan las tituladas Muelle y oc¨¦ano y El mar, ambas de 1914, muy interesantes como ejemplo de construcci¨®n de tramas, y Composici¨®n V, tambi¨¦n de aquel a?o, dotada de un color prodigioso. En este apartado se echa de menos quiz¨¢ alguno de los ¨¢rboles de 1912, pero, en realidad, ni esta ausencia, ni la posterior de algunos de los rombos, que, sin embargo, est¨¢ incre¨ªblemente prefigurado en el presente soberbio molino de 1906, empa?a nada.
De la decisiva fecha de 1917 hay varias piezas, as¨ª como obras de los a?os veinte, treinta y cuarenta, donde se puede seguir perfectamente su trayectoria, incluso hasta en esos extraordinarios momentos finales en los que incorpora de manera genial el ritmo. Por haber, hay hasta unos cuadros inacabados de los ¨²ltimos a?os, en los que se puede apreciar el modo de trabajar de Mondrian, pintor con fama de fr¨ªo e impenetrable, pero al que debo una de las emociones art¨ªsticas m¨¢s fuertes de mi vida.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.