Historia-Ficci¨®n
Numerosas son las pel¨ªculas que han tratado de dar nuevas versiones del desembarco aliado en Normand¨ªa, es decir, de los sistemas de espionaje que impidieron el conocimiento de las tropas nazis de este proyecto. Cada una de ellas ha utilizado algunos datos hist¨®ricos ciertos junto a otros exclusivos de la imaginaci¨®n de los guionistas.El ojo de la aguja se inclina m¨¢s por dejar en libertad las posibilidades fant¨¢sticas de los escritores, posibilitando una pel¨ªcula que podr¨ªa tener el mismo inter¨¦s sin referirse a un hecho hist¨®rico real. Todos sus aciertos dependen s¨®lo de la estructura de la narraci¨®n y de la impronta de su director, Richard Marquand. Tambi¨¦n, naturalmente sus errores.
El ojo de la aguja
Director: Richard Marquand. Gui¨®n: Stanley Mann, sobre la obra de Ken Follet. M¨²sica: Miklos Rosza. Int¨¦rpretes: Donald Sutherland, Kate Nelligan, Ian Bannen, Christopher Cazanove. Inglesa, 1981. Lope de Vega, Juan de Austria.
Las peripecias que el esp¨ªa nazi debe sufrir hasta intentar alcanzar el submarino al que llevar la informaci¨®n que ha obtenido son, en muchos momentos, previsibles, y en otros, completamente gratuitas. Se espera, por ejemplo, desde que comienza la pel¨ªcula, que ese esp¨ªa se ponga en contacto con el sufrido matrimonio al que vemos llevar una vida paralela a la historia central; s¨®lo cuando ese contacto se produce la an¨¦cdota adquiere alg¨²n sentido dram¨¢tico. Pero tarda demasiado... Y la larga espera no viene compensada por una acci¨®n suficiente, por alguna imaginaci¨®n.
Sin embargo, nada es despreciable. Se trata de una pel¨ªcula sin novedades, pero realizada con dignidad y, sobre todo, espl¨¦ndidamente interpretada, no s¨®lo por Donald Sutherland, que no sorprende ya en sus trabajos, sino por Kate Nelligan, una joven actriz con temperamento y capacidad comunicativa. En ellos reside el mejor entretenimiento del filme pero, como queda apuntado, se demora excesivamente su encuentro y, por tanto, la posibilidad de enriquecer lo mejor de El ojo de la aguja. El resto no interesa.
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