El Sevilla perdi¨® una gran oportunidad
El Sevilla tardar¨¢ a?os en volver a tener una oportunidad de ganar al Madrid en Chamart¨ªn como la del domingo. El Sevilla, que supo jugar adecuadamente ante el ya l¨ªder de la Liga, fue incapaz de obtener el rendimiento a que su esfuerzo le hizo acreedor. El penalti desperdiciado por Pintinho, en el minuto inicial del segundo tiempo, fue sin duda la clave del encuentro. El propio Pintinho fue factor determinante en la derrota de su equipo, porque su inhibici¨®n permiti¨® al Madrid recuperarse de los sustos ante el marco de Agust¨ªn.El Sevilla jug¨® al contragolpe con Santi y Magdaleno como grandes especialistas y produjo m¨¢s ocasiones de gol que el Madrid a lo largo del encuentro. A Santi no le gan¨® casi nunca la batalla San Jos¨¦, y Magdaleno se escap¨® de Cort¨¦s m¨¢s veces de las que puede y debe permitir un defensa del Madrid. Magdaleno, que perteneci¨® al Madrid, vino a decir por las claras que es un contrasentido haberle concedido la libertad cuando se ha retenido a otros. El argumento qued¨® suficientemente claro.
El Sevilla gust¨® porque supo jugar la pelota con inteligencia durante la primera mitad, justamente cuando el Madrid daba la sensaci¨®n de no haber superado todav¨ªa el stress del domingo anterior. El Sevilla gust¨® en la segunda parte cuando supo reaccionar al ver que la cesi¨®n de terreno al Madrid no se traduc¨ªa en una derrota. Si el Sevilla no hubiera aflojado el ritmo durante un cuarto de hora, probablemente no habr¨ªa salido derrotado de Chamart¨ªn.
Es comprensible que los sevillistas perdieran gas tras el penalti fallido. Fue un duro golpe perder la oportunidad m¨¢s clara de adelantarse en el marcador. El brasile?o, que no hab¨ªa estado demasiado brillante con anterioridad, a partir de ese instante renunci¨® a formar parte de la funci¨®n y se dedic¨® a presenciar la obra desde la concha del espectador.
El Sevilla fue un buen bloque con Buyo, casi siempre bien colocado y valiente en las salidas; Alvarez y Rivas, prestos a avanzar hacia el campo adversario; Francisco, manejando la bola sin desmerecer ante su par, el maestro Del Bosque; Juan Carlos, en labor m¨¢s oscura, pero sacrificada, y Santi y Magdaleno, en peligrosas avanzadillas hacia Agust¨ªn.
Al Madrid le fall¨®, como viene siendo habitual, la firmeza defensiva. Camacho le gan¨® la partida a Pintinho mientras le persigui¨® por el centro del campo, y se convirti¨® en un delantero peligros¨ªsimo cuando el brasile?o se escor¨® hacia la banda derecha. Camacho, por su lado natural, realiz¨® galopadas de gran fuerza e incluso notable habilidad. Gallego, que iba para centrocampista de la selecci¨®n en el Mundial-82, volvi¨® a repartir sus esfuerzos entre la l¨ªnea de centrocampistas y el centro de la defensa.
Agust¨ªn tuvo una actuaci¨®n irregular. En el tanto del Sevilla no sali¨® a cubrir el marco y se trag¨® un gol de libre directo, lanzado por Pintinho, como un principiante. Afortunadamente para el Madrid, el ¨¢rbitro se?al¨® fuera de juego. Agust¨ªn cubri¨® sus notables fallos con el penalti y un parad¨®n extraordinario a remate de Magdaleno y una salida, aunque en falta, a los pies del propio Magdaleno, que llegaba solo al ¨¢rea madridista, tras un claro fuera de juego.
El Madrid se salv¨® del tropiezo gracias a una jugada de genio de Stielike. El alem¨¢n es, en la presente temporada, casi la ¨²nica baza a jugar en los momentos en que hay que echar el resto. El Madrid se convirti¨®, el domingo, en el l¨ªder de la clasificaci¨®n, pero no lo es en lo del buen f¨²tbol. El domingo luch¨® cuanto pudo y supo, porque esa es la norma de la casa, pero el triunfo lleg¨® acompa?ado de la fortuna.
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