Cinco segundos de asalto bastaron a los GEO para liberar al secuestrado y detener a sus cuatro guardianes
El asalto a la casa del pueblo zaragozano de Trasmoz donde se encontraba secuestrado el doctor Iglesias fue dirigido personalmente por el jefe de la Brigada Central de Informaci¨®n, Domingo Martorell, quien ya llevaba una semana en el Pa¨ªs Vasco al frente de un grupo de polic¨ªas, especialistas en la lucha antiterrorista, realizando todo tipo de investigaciones. Expertos en este tipo de operaciones han calificado ¨¦sta como una de las m¨¢s perfectas que se recuerdan en Espa?a, mientras altos mandos policiales, al preguntarles por el desarrollo de la misma, s¨®lo han respondido: "?Chapeau!"
Los miembros de la Brigada Central de Informaci¨®n lograron localizar el paradero del doctor Iglesias 48 horas antes del feliz desenlace. En las primeras veinticuatro horas acordonaron discretamente la zona y estudiaron la forma de llevar a cabo la operaci¨®n. La ¨²ltima noche, antes de liberar al doctor, el propio Domingo Martorell y varios inspectores del Cuerpo Superior de Polic¨ªa se acercaron al exterior de la casa donde se encontraba la v¨ªctima, para observar su disposici¨®n y estudiar detalladamente c¨®mo se desarrollar¨ªa la operaci¨®n.Los contingentes de las fuerzas de seguridad del Estado se desplazaron desde Tudela hasta seis kil¨®metros en la carretera antes de llegar a la localidad de Trasmuz donde organizaron el servicio. Desde all¨ª, dos horas antes de la liberaci¨®n, todos los miembros caminaron hasta los alrededores del pueblo y coordinaron los movimientos a seguir hasta que a las dos de la madrugada Domingo Martorell orden¨® el inicio de la operaci¨®n final. Las Unidades Antiterroristas Rurales de la Guardia Civil (UAR) acordonaron el pueblo dos horas antes de la hora fijada para el asalto con el fin de que no pudiera entrar ni salir ninguna persona, y los Grupos Especiales Operativos (GEO) de la Polic¨ªa Nacional y los inspectores del Cuerpo Superior de Polic¨ªa comenzaron a tomar posiciones en la plaza mayor de Trasmoz, junto a la vivienda donde se encontraba el doctor Iglesias. Frente a su fachada estaba aparcado un veh¨ªculo turismo, propiedad de los secuestradores.
En la operaci¨®n intervienen seis comandos de los GEO, veinte polic¨ªas adscritos a la Brigada Central de Informaci¨®n y otros quince inspectores procedentes de las brigadas regionales de Informaci¨®n de Bilbao, Pamplona, San Sebasti¨¢n y Tudela, que ya llevaban trabajando algunos d¨ªas en el caso.
A las tres de la madrugada, orden de asalto
A las tres de la madrugada, Domingo Martorell da ¨®rdenes al responsable de los GEO, comandante Holgado, para que sea realizado el asalto, sin ninguna negociaci¨®n previa con los secuestradores. Ha sido decidido entrar directamente. Martorell, que ha visto en muchas ocasiones trabajar a los GEO, conf¨ªa plenamente en su profesionalidad.
En ese momento, los GEO toman los exteriores de la vivienda, y un grupo especial de estas compa?¨ªas, compuesto por unas quince personal, vestidos con una especie de escafandras, vuelan con un explosivo la puerta de entrada e inmediatamente lanzan granadas luminosas y de. ruido hacia el interior de la casa y tambi¨¦n efect¨²an algunos disparos con objeto intimidatorio.
Los secuestradores, que se sospecha que se encontraban dormidos, no tienen tiempo de reaccionar. En s¨®lo cinco segundos son reducidos los cuatro guardianes y los asaltantes se plantan ante el doctor Iglesias, que hab¨ªa sido sobresaltado por el estruendo provocado con la voladura de la puerta de entrada. El doctor exclamar¨ªa, despu¨¦s, que fue todo rapid¨ªsimo desde que oy¨® el primer ruido hasta que llegaron a su cuarto los astronautas.
Los GEO tuvieron que reducir por la fuerza, no obstante, a uno de los secuestradores, que portaba armas y se resist¨ªa a la detenci¨®n. Los cuatro, una mujer y tres hombres, fueron sacados a la calle, reconocidos por un m¨¦dico de las fuerzas de Seguridad y entregados al Cuerpo Superior de Polic¨ªa.
Uno de los detenidos vest¨ªa un ch¨¢ndal deportivo, otro m¨¢s iba en mangas de camisa, que ten¨ªa. color blanco, y los dos restantes estaban escasamente vestidos. La Polic¨ªa proporcion¨® una silla. y una manta a la mujer, mientras los detenidos esperaban su traslado a las dependencias policiales.
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