El desempleo universitario no disminuir¨¢
Existen poderosas razones econ¨®mico-laborales que, explican la dificultad existente para reducir el desempleo de los graduados. El paro universitario se deriva, en parte, de la inexistencia de una relaci¨®n un¨ªvoca y fija entre contenidos educativos y puestos de trabajo, y en parte, de la disminuci¨®n de puestos de trabajo y de la fuerte expansi¨®n del n¨²mero de graduados acaecida en los ¨²ltimos a?os.Es muy posible que el paro universitario no s¨®lo no disminuya sustancialmente, sino que incluso aumente, como consecuencia de que los salarios iniciales sean demasiado altos -en relaci¨®n a lo que ser¨ªa econ¨®micamente viable en las actuales circunstancias-. Es m¨¢s: los empleadores, en estos momentos, quiz¨¢ no quieran contratar universitarios a ning¨²n precio (salario). En tal caso, un aumento considerable del n¨²mero de puestos de trabajo constituir¨ªa una condici¨®n necesaria para aliviar el paro universitario.
La falta de experiencia laboral y la sobreeducaci¨®n -en relaci¨®n a las caracter¨ªsticas de los puestos de trabajo existentes- tambi¨¦n reducen las posibilidades de empleo de los reci¨¦n graduados. Esta desfavorable repercusi¨®n laboral de la sobreeducaci¨®n est¨¢ directamente relacionada con la creencia de muchos universitarios -menos extendida quiz¨¢ en los ¨²ltimos tiempos de que tienen ?derecho a un empleo digno y adecuado a su formaci¨®n? desde el momento en que empiezan a trabajar.
A menudo suele hablarse de la conveniencia de ajustar los contenidos educativos a las caracter¨ªsticas -exigencias- de los puestos de trabajo. Sin embargo, tal deseo no es realista porque no existe una relaci¨®n un¨ªvoca y precisa entre los puestos de trabajo- y las distintas carreras universitarias. La falta de una correspondencia precisa se debe, por una parte, a que no existen unos requisitos educativos m¨ªnimos para cada puesto, y por otra, a que suele haber un elevado grado de sustituibilidad entre tipos de formaci¨®n; por ejemplo: entre los titulados en f¨ªsica y los ingenieros. As¨ª, se observa en la pr¨¢ctica que un mismo puesto de trabajo est¨¢ ocupado por personas con formaci¨®n muy distinta. Los empleadores consideran las desventajas (el coste) y las ventajas (aportaci¨®n) de personas con diferentes cualificaciones educativas, y escogen para cada puesto de trabajo aquellas con la relaci¨®n coste-eficacia m¨¢s favorable. Por estas razones resulta poco convincente la creencia de que existe en Espa?a, o en cualquier pa¨ªs industrializado, una gran escasez de personas especialmente cualificadas para afrontar, por ejemplo, el cambio tecnol¨®gico.
La flexibilidad inherente a la relaci¨®n entre educaci¨®n y empleo explica en gran medida la falta de ¨¦xito en la planificaci¨®n de recursos humanos en todos los pa¨ªses que la han utilizado. No se puede anticipar, fiablemente, el n¨²mero de graduados que demandar¨¢ el mercado de trabajo en un futuro no inmediato. Tambi¨¦n influyen en esta falta de fiabilidad las fluctuaciones de la actividad econ¨®mica, a trav¨¦s de su repercusi¨®n en la creaci¨®n o eliminaci¨®n de puestos de trabajo. Adem¨¢s, los j¨®venes escogen carrera influidos por factores laborales (inversi¨®n en educaci¨®n) y por otros de ¨ªndole diversa (consumo de educaci¨®n). La elecci¨®n de especialidad acad¨¦mica, cinco o m¨¢s a?os antes de entrar en el mercado laboral, dificulta tambi¨¦n estos ajustes, en la medida en que no existe un margen de adaptaci¨®n uno o dos a?os antes de terminar la carrera. En suma las previsiones referidas al futuro casi inmediato son las ¨²nicas fiables y ¨²tiles. Con ellas se puede orientar a los que se van a graduar acerca de las posibilidades de encontrar empleos m¨¢s o menos afines a los conocimientos acumulados en la universidad.
El paro entre los graduados parece que no ha deteriorado sensiblemente el inter¨¦s de los bachilleres por la ense?anza universitaria. La alternativa para la mayor¨ªa es el paro, y el coste directo de los estudios es relativamente insignificante para un elevado porcentaje de las familias espa?olas. Adem¨¢s, por t¨¦rmino medio, los titulados universitarios -con o sin un per¨ªodo inicial - de paro- ganan m¨¢s que las personas con menos formaci¨®n acad¨¦mica.
La 'sobreeducaci¨®n'
En Espa?a, al igual que en la gran mayor¨ªa de pa¨ªses desarrollados, no hay suficientes puestos de trabajo para las personas con educaci¨®n secundaria o superior. Existe sobreeducaci¨®n de la poblaci¨®n activa espa?ola, en tanto que muchas personas ocupan puestos de trabajo para los que bastar¨ªa la escolaridad obligatoria o s¨®lo BUP, en lugar de BUP o t¨ªtulo universitario, respectivamente.
En otras palabras: ?es razonable que, en una situaci¨®n laboral como la descrita, piensen los graduados en un ?derecho a un empleo digno y adecuado a la formaci¨®n universitaria recibida?? Los titulados en paro no se diferencian econ¨®micamente de cualquier bien o servicio cuya oferta exceda a la demanda al precio vigente: s¨®lo con una reducci¨®n del precio (salario) ser¨¢ posible generar demanda adicional de graduados. Ocurre, sin embargo, que el salario, en parte por normas laborales, por ejemplo, el salario m¨ªnimo, no puede reducirse suficientemente. Incluso cabe pensar que . en las actuales circunstancias la eliminaci¨®n de estas rigideces apenas influir¨ªan en el paro, en tanto los empleadores no quieran contratar a ning¨²n precio, o contraten a muy pocos universitarios.
Finalmente, la especializaci¨®n es menos ventajosa en las actuales circunstancias de paro por cuanto reduce la gama de puestos de trabajo en los que puede competir con otros tipos de graduados o personas sin t¨ªtulo universitario. Parad¨®jicamente, la supuesta escasez de personal altamente cualificado para ocupar empleos afectados por el cambio tecnol¨®gico -haya o no mucho paro- se resuelve m¨¢s eficientemente cuando los titulados no tienen una formaci¨®n muy especializada. Lo mismo ocurre cuando el cambio tecnol¨®gico es importante y frecuente. Es decir, no hay que especializarse demasiado si por ello se entiende la adecuaci¨®n de las ense?anzas a lo que una gama concreta de puestos de trabajo requiere en el presente. Por el contrario, hay que apuntar hacia una gama de conocimientos m¨¢s generales y, en consecuencia, m¨¢s f¨¢cilmente adaptables a entornos econ¨®micos y tecnol¨®gicos cambiantes.
En resumen, el desempleo de los graduados no tiene una soluci¨®n f¨¢cil y r¨¢pida. En cualquier caso, sin embargo, hay que aumentar considerablemente el n¨²mero de puestos de trabajo. Y a las demandas de una mayor profesionalizaci¨®n o especializaci¨®n hay que objetar que la adaptabilidad de los titulados se refuerza mejor con una formaci¨®n relativamente general que con una muy especializada.
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