El defensor del pueblo y el 'ombudsman'
Deseaba y no pude formular preguntas en el programa La clave de Televisi¨®n Espa?ola del 10 de enero, porque -y fue pena- "el programa no era en directo" y pregunt¨® la redacci¨®n con poco acierto.Todos los invitados nadaron mucho en torno a una idea que no enunciaron claramente: se habl¨® de que el "defensor del pueblo deb¨ªa ser un fuera de serie"; de prestigio, de autoridad, pero no de la auctoritas en sentido romano, que yo sustento en mis publicaciones sobre el defensor del pueblo y los ombudsmen; esto es, "un prestigio, una dignidad social, una fuerza moral del que la adquiere y que, pese a no tener coactividad sus su gerencias, produce el que sean obedecidas". Aparte, el poder que los Parlamentos conf¨ªan al ombudsman, si ¨¦ste o el defensor del pueblo no adquieren auctoritas ante todo el pueblo espa?ol -administraciones y no administraciones- est¨¢ perdido. Esto es lo que los di ferencia de los tribunales de justicia, cuyas sentencias son coercitivas, pueden ser ejecutad¨¢s forzosamente (diferencia crucial que s¨®lo casi al final del programa se abord¨® y que ha movido a confusi¨®n a no pocos, incluso a publicistas, y puedo citar nombres y obras en concreto). No pareci¨® haber inter¨¦s ni en la idea ni en su exposici¨®n a los televidentes.
Casi al final, el ombudsman sueco doctor Nilsson, con el que tengo relaciones de informaci¨®n, por las que le estoy muy agradecido, dijo que en Suecia no llegaban a los ombudsmen asuntos de poca importancia, siendo deseable que llegasen s¨®lo los interesantes. Lo cual produjo impacto en el diputado Blas Camacho. Record¨¦ que el anterior ombudsman-jefe administrativo sueco, m¨ªster Lundvik, envi¨® a la Reuni¨®n Internacional de Ombudsmen, celebrada en Edmonton (Canad¨¢) en 1976, una publicaci¨®n suscrita por ¨¦l y por los ex ombudsmen Wennergren y Thyresson, en la que dec¨ªa textualmente que "el creciente n¨²mero de quejas ha hecho necesario que los ombudsmen rechacen inmediatamente las quejas que estimen de menor importancia..."; a lo cual respondi¨® el ombudsman de Israel, doctor Nebenzahl (conferencia publicada), que "los asuntos peque?os interesan a la vida de la mayor parte de los ciudadanos"; que "el ombudsman puede subsistir aunque queden fuera de su clientela ciudadanos bastante ricos, lo bastante poderosos y de filosof¨ªa suficiente para no molestarse por asuntos peque?os; pero el ombudsman no puede desempe?ar sus funciones completamente y con ¨¦xito si ignora la inmensa perturbaci¨®n que los asuntos peque?os pueden causar al ciudadano, ordinario, y fracasa en ense?ar a la Administraci¨®n que lo que para ella es objetivamente sin importancia es importante para el ciudadano". Naturalmente, no se puede convertir al defensor del pueblo en un ministerio de estupideces, frase infundada que corri¨® mucho por Inglaterra mientras se tramitaba el proyecto de ley del Comisionado Parlamentario de 1967; pero s¨ª era del caso preguntar a m¨ªster Clothier, comisionado parlamentario ingl¨¦s presente, c¨®mo se resolv¨ªa la cuesti¨®n en Inglaterra. O a m¨ªster Nilsson que aclarase su frase, lo que indudablemente hubiera hecho. Problema trascendental para Espa?a, que no plante¨® ninguno de los asistentes. Y no se pod¨ªan hacer preguntas desde fuera...
Un espa?ol de los que coloquiaban habl¨® de las posibilidades del ombudsman sueco de formular querellas ante los tribunales (tambi¨¦n pudo aludir al finland¨¦s). Era el momento de preguntar a m¨ªster Clothier c¨®mo se resuelve el tema en Inglaterra (yo lo s¨¦, mas muchos televidentes hubieran quedado m¨¢s informados), ya que all¨ª y en Espa?a (somos casi s¨®lo los dos pa¨ªses civilizados en que existe) hay la acci¨®n penal popular (ley de Enjuiciamiento Criminal espa?ola y Constituci¨®n, art¨ªculo 125). No hubo preguntas de los presentes./
Catedr¨¢tico de Derecho Procesal. Universidad Aut¨®noma.
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