Sin arreglo

El Barcelona, una temporada m¨¢s, no ha tenido la serenidad suficiente para convertirse en el equipo del a?o. Desde el momento en que cay¨® lesionado Schuster, en Can Bar?a se dio la impresi¨®n de que no se ten¨ªa plena confianza en el resto de la plantilla. Udo Lattek hizo cuanto pudo por evitar la desmoralizaci¨®n de sus hombres y hasta renunci¨® al fichaje del brasile?o Cerezo. Lattek tambi¨¦n se mostr¨® firme en el tema Juan Jos¨¦, pero las consecuencias ha comenzado a pagarlas el club.A Lattek le preguntaban sus jugadores si es que ellos no valen. Al entrenador le preguntaban sus hombres por qu¨¦ existe tal desconfianza hacia ellos. Cada jugador barcelonista tiene siempre sobre su cabeza la amenaza de un nuevo fichaje. Al Barcelona le falta siempre la paciencia necesaria para consolidarse. Sobre todo, cuando el imperio blanco contraataca.

El nerviosismo de la directiva barcelonista ante la baja de Schuster ha sido decisivo para mermar la ilusi¨®n de sus jugadores. En el partido de ida de octavos de final, en el Manzanares, el entrenador del Barcelona no entendi¨® el conformismo de sus hombres. Para ellos, la derrota m¨ªnima era un buen resultado copero. Lattek no lo entendi¨®. Los hechos le han dado la raz¨®n. El conformismo nunca es bueno. El Atl¨¦tico, un equipo que ten¨ªa perdidas casi todas sus aspiraciones, ha ido a recobrar parte de ellas al Camp Nou. Al Bar?a no le queda otro remedio que ganar la Liga o la Recopa. Se le han reducido sus triunfales aspiraciones. Probablemente, por falta se seny.