Sabat¨¦s: "El eclecticismo es una de las pocas v¨ªas que permiten la evoluci¨®n de la m¨²sica"
Jordi Sabat¨¦s es un pianista. Su m¨²sica ser¨¢ definida por ¨¦l mismo (o jam¨¢s definida), pero as¨ª, al pronto, cuando penetraba en el escenario del Colegio Mayor P¨ªo XII de Madrid el pasado fin de semana, se percib¨ªa en ¨¦l la preparaci¨®n que da la buena crianza, la seguridad del que es bueno y lo sabe. Luego, mientras peleaba con la ancestral dureza de un filete y tras ser felicitado por su reciente ¨¦xito, surgi¨® la ocasi¨®n de lanzarle algunas preguntas. En sus respuestas destaca una que es la definici¨®n de su principal caracter¨ªstica: "El eclecticismo es una de las pocas v¨ªas que permiten la evoluci¨®n de la m¨²sica".
Pregunta. Su m¨²sica, ?es jazz o qu¨¦ es realmente?Respuesta. No es jazz porque yo no soy jazzista y la ¨²nica manera en que de definirla ser¨ªa que despu¨¦s de muchos a?os -veintiuno- he llegado a un estilo en el que tal vez dominen m¨¢s las complejidades t¨¦cnicas del cl¨¢sico. Pero tambi¨¦n he hecho country, flamenco, jazz, blues y el resultado final es una m¨²sica que puede ser tocada tanto en un ambiente cl¨¢sico como en uno jazz¨ªstico -como yo mismo he hecho en el festival de jazz de Berl¨ªn o en el internacional de m¨²sica cl¨¢sica de Barcelona- y que espero suene de una u otra forma a Jordi Sabat¨¦s.
P. ?Cu¨¢l es el valor del eclecticismo en m¨²sica?
R. En principio me parece que el eclecticismo es de las pocas v¨ªas para lograr que la m¨²sica evolucione y no se estanque. Si el jazz y la m¨²sica cl¨¢sica no hubieran absorvido diversas influencias mutuas, todav¨ªa estar¨ªamos como a principios de siglo. Con ello no se pierde el esp¨ªritu del jazz m¨¢s que en la medida en que todas las innovaciones son acusadas de abandono del esp¨ªritu primero de las cosas.
P. ?Qu¨¦ hay de aquella historia de la m¨²sica barcelonesa de principios de los setenta?
R. Para m¨ª, aquello, de Zeleste nunca fue homog¨¦neo y nunca me interes¨®. Fue un montaje comercial, una moda que se impuso entre unos m¨²sicos muy cercanos al rock. Y a m¨ª el rock tampoco me interesa, excepto el de los primeros sesenta. Pero como o te acoplas a este circuito y a esta gente, o no encontrabas trabajo, pues para all¨ª fuimos. Hoy d¨ªa no hay nada y aquellos m¨²sicos se dedican hacer salsa, cosa que me parece un error o no saber qu¨¦ hacer.
P. ?Hasta qu¨¦ punto no despista una actitud de cambio constante en la m¨²sica de un solo se?or, como ocurre con Corea o con usted mismo?
R. Es que la cosa es al rev¨¦s. Lo de toda la vida es que el m¨²sico, como artesano, tiene obra para piano, para cuartetos de cuerda, lieds, oratorios... Para m¨ª esto es lo normal, lo anormal es que un s?nor toque el saxo y s¨®lo haga jazz. Eso ¨²nicamente tiene sentido entre la poblaci¨®n negra americana porque all¨ª el jazz es una actitud ante la vida. Pero no aqu¨ª; a no ser en casos como el de Tete Montoli¨², que se considera negro.
P. ?Qu¨¦ lugar tiene la improvisaci¨®n y la composici¨®n en su m¨²sica?
R. En mi caso, frente a Jarret, por ejemplo, la composici¨®n es m¨¢s s¨®lida. La improvisaci¨®n total tiene el riesgo de que unas veces, salen cosas geniales, y otras, cosas aburrid¨ªsimas. Y ¨¦ste es un peligro demasiado grande.
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