Militantes de la ORT pasan al PSOE
M¨¢s de un centenar de antiguos militantes de la Organizaci¨®n Revolucionaria de Trabajadores (ORT) han decidido prestar su apoyo pol¨ªtico al PSOE o incluso solicitar su incorporaci¨®n como militantes. Las razones de esta decisi¨®n, basadas primordialmente en la creencia de que el PSOE es hoy la ¨²nica alternativa eficaz que se ofrece a las fuerzas progresistas, son expuestas a lo largo de este art¨ªculo.
La singular decisi¨®n pol¨ªtica se ha consumado. Un buen n¨²mero de militantes y simpatizantes de la antigua ORT-PTE de Madrid hemos decidido formalmente colaborar pol¨ªticamente con el PSOE o integrarnos ya -en algunos casos- en sus filas.La decisi¨®n no dejar¨¢ de extra?ar a algunos y escandalizar a los menos. En unos casos se preguntar¨¢n c¨®mo es posible que en unos momentos de crisis pol¨ªtica y de deterioro progresivo de los partidos quienes han tenido una experiencia pol¨ªtica fracasada est¨¦n dispuestos a seguir militando. Y en otros, c¨®mo es posible esa trashumancia a espacios tan diferenciados pol¨ªticamente.
Quienes militamos en la ORT, firmantes de este escrito, seguimos pensando que ¨¦sta jug¨® un papel importante en la lucha contra la dictadura y por consolidar la democracia. Lo jug¨® desde las f¨¢bricas, en el entonces naciente movimiento ciudadano y desde una postura intransigentemente democr¨¢tica de ruptura con la dictadura.
Cincuenta mil votos en las pasadas elecciones legislativas en nuestra regi¨®n de Madrid revalidan un peso y un apoyo claro a personas y al proyecto pol¨ªtico.
La unificaci¨®n de ORT y PTE aceler¨® el proceso de crisis de los respectivos proyectos hasta forzar la disgregaci¨®n ideol¨®gica y organizativa del reci¨¦n nacido Partido de los Trabajadores.
ORT y PTE, junto a otros, tuvieron un papel de vanguardia en la oposici¨®n al fascismo, logrando con su trabajo una influencia notable en los movimientos sociales. Esta fue articul¨¢ndose en todo el Estado espa?ol como cabeza pol¨ªtica de una corriente de masas democr¨¢tica y revolucionaria, deslind¨¢ndose en aquel momento de otras corrientes democr¨¢ticas y de izquierda presentes en el movimiento de oposici¨®n. En ese per¨ªodo hist¨®rico nuestra corriente pol¨ªtica ten¨ªa claros perfiles. Hoy las cosas han cambiado.
La conquista de la democracia, las nuevas condiciones de la lucha pol¨ªtica planteaban al conjunto de los partidos de izquierda un reto hist¨®rico que podr¨ªamos formular as¨ª: articular las fuerzas progresistas (clases y movimientos sociales) interesadas en consolidar la democracia y producir las transformaciones econ¨®micas y sociales que Espa?a necesita, cara a resolver los problemas hist¨®ricos y la crisis provocada por el sistema capitalista.
Este reto hist¨®rico -en el marco de una crisis m¨¢s global de toda la izquierda, y en especial del movimiento comunista internacional- origin¨® una convulsi¨®n y el fin de nuestros anteriores partidos, incapaces de hacer frente a los problemas que desde el marxismo planteaba la nueva situaci¨®n mundial, y muy especialmente la espa?ola. Para construirnos como alternativa deb¨ªamos superar concepciones dogm¨¢ticas que nos alejaban de la nueva realidad y articular un proyecto pol¨ªtico basado en una nueva concepci¨®n de la revoluci¨®n para nuestro pa¨ªs capaz de integrar los nuevos fen¨®menos sociales. Esa misma raz¨®n es la que ha sumido al PCE en una crisis, en la que se cuestiona su propia raz¨®n de ser, tal cual es hoy. Y finalmente, ha situado al PSOE, al menos en nuestra regi¨®n, como la ¨²nica v¨ªa para avanzar en la concentraci¨®n de una alternativa frente a la derecha espa?ola y las manipulaciones hegem¨®nicas y belicistas de las dos superpotencias que contienden por el control del mundo.
No decimos que el PSOE sea ya esa alternativa. S¨ª afirmamos que es el ¨²nico veh¨ªculo que hoy se nos ofrece a todas las fuerzas progresistas, aqu¨ª y ahora, para influir positivamente en el cambio de las cosas. Las experiencias de Francia y Grecia en el contexto europeo son un punto de mira para las fuerzas y movimientos de progreso en Espa?a.
Los acontecimientos del 23 de febrero y la pol¨ªtica de agrupamiento de las fuerzas de la reacci¨®n en torno a lo que se viene llamando la gran derecha ha vuelto irrelevantes muchas divergencias interpartidos -a pesar de que los hechos actuales vengan a demostrarnos lo contrario-, poniendo sobre el tapete viejos objetivos unitarios.
Hoy m¨¢s que nunca se necesita una alternativa fuerte e inmediata que sea capaz de canalizar multitud de esfuerzos frente a la derecha en las pr¨®ximas elecciones. De lo contrario, no es dif¨ªcil prever la consolidaci¨®n en el poder de las fuerzas m¨¢s reaccionarias de la compleja sociedad espa?ola (ya ha habido pruebas recientes de ello: elecciones en el Ateneo, palabras y obras de los empresarios ... ), lo que dar¨ªa al traste con cualquier perspectiva de Gobierno progresista durante lo que queda de siglo XX.
Los factores se?alados han conducido a una dr¨¢stica simplificaci¨®n del panorama politico, al menos en Madrid. Bien entendido que no se trata s¨®lo de que hayan desaparecido algunos partidos: pol¨ªticos, sino tambi¨¦n de la p¨¦rdida de credibilidad de otros (caso del PCE).
Lo cierto es que, adem¨¢s de otras razones, est¨¢n las de laquemaz¨®n pol¨ªtica que dejan en lit cuneta a militantes activos cuyo capital no se debe perder ni debe quedar marginado por falta de apoyos desde, las, instituciones del poder pol¨ªtico. Y todo ello por bien de la propia democracia.
La alternativa socialista
Creemos que en l¨ªneas generales estas son razones v¨¢lidas para afirmar que quienes quieran consolidar la democracia y transformar nuestra sociedad necesariamente han de plantearse influir desde dentro o desde fuera en el PSOE. Esta es una verdad no s¨®lo para los firmantes de este art¨ªculo, sino para la mayor¨ªa de las fuerzas de progreso que quieren una Espa?a diferente. Y ello con el debido respeto y consideraci¨®n a quienes, fundamentalmente en las nacionalidades, han optado por diversas formaciones pol¨ªticas.
Indudablemente, este es un reto cuyo logro no depende de personas individuales, sino de la capacidad de los pueblos de Espa?a para autogestionar un gran movimiento de cambio capaz de poner al PSOE en el poder e influir en las transformaciones necesarias para democratizar el aparato del Estado (sus instituciones civiles y militares) y producir logros socioecon¨®micos que garanticen una soluci¨®n a la crisis al servicio de la gran mayor¨ªa del pueblo.
Quienes desconf¨ªan de la capacidad del PSOE para gobernar, o quienes creen saber de antemano que los socialistas se arrugar¨¢n ante las presiones de los poderes f¨¢cticos, no les faltan argurrientos en que apoyarse: la cuestionable pol¨ªtica de concertaci¨®n, el ANE, el acuerdo marco de vivienda y urbanismo, la falta de sensibilidad ante fen¨®menos como la huelga general de Getafe... son aspectos de ese problema frecuentemente contestados, incluso desde: las propias filas socialistas.
Pero estos hechos no dernuestran que todo est¨¦ decidido de antemano. La sociedad est¨¢ esperando un PSOE que salga de s¨ª mismo, que deje de vivir de las rentas electorales y que se abra consecuente al conjunto social. Esta es la ¨²nica forma posible de incorporar a los sectores m¨¢s alejados hoy de una actividad colectiva y del compromiso pol¨ªtico.
Desde esta perspectiva, unos hemos optado por la militancia en el PSOE y otros por iniciar o profundizar un proceso de colaboraci¨®n con los objetivos que ya hemos se?alado. Tenemos la certeza de que ello servir¨¢ a muchos ex militantes de diversas formaciones pol¨ªticas de izquierda y a luchadores de todos los sectores sociales para clarificar su propio proceso y a comprender las razones de nuestra decisi¨®n y a seguirlas.
En cualquier caso, todo por evitar la progresiva degradaci¨®n de la pol¨ªtica y el pudrimiento de la conciencia activa y militante de muchos luchadores.
alcalde de Aranjuez, es el primer firmante de este art¨ªculo, que suscriben 105 militantes m¨¢s de la ORT.
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