Con verg¨¹enza e indignaci¨®n

he le¨ªdo la carta firmada por Lima y publicada hace d¨ªas en su peri¨®dico.En principio, tengo que decir que este tipo de manifestaciones no ayudan en nada a conseguir la solidaridad y entendimiento entre los pueblos de Espa?a. La pluralidad de lenguas, de culturas, debe ser un motivo de orgullo y no d¨¦ enfrentamiento.

Dice Lima que, durante muchos a?os, catalanes, vascos y gallegos han sido marginados, y ciertamente, tiene raz¨®n. Cre¨®, pues, que no le ser¨¢ dif¨ªcil comprender la *postura de los castellanos, pongamos por caso, que, viviendo en Catalu?a, quieran expresarse en su lengua. Y le recuerdo, Lima, que este derecho viene no ya s¨®lo recogido en la Constituci¨®n, sino en el propio Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a ("El castellano es lengua oficial junto con el catal¨¢n").

Los,catalanes, en este caso, deben comprender que gran parte de su poblaci¨®n ha nacido en otras partes de Espa?a, y a ellos hay que garantizarles los mismos derechos culturales por los que 101 mismos catalanes han luchado tanto en el pasado.

Se?ala Lima que ha sido insultado por hablar en catal¨¢n fuera de lo que ¨¦l llama "pa?sos-catalans", denominaci¨®n no precisamente bien vista por su paisanos valencianos, todo sea dicho. Pues bien, este tipo de posturas son, del mismo modo, reprochables; pero, sin ¨¢nimo de quitarle hierro al asunto, responden a la educaci¨®n que durante la dictadura han recibido nuestros padres, y que poco a poco, y con posturas abiertas (no es este el caso de Lima), hay que corregir.

Quiz¨¢ la afirmaci¨®n m¨¢s sorprendente de su carta es "lo que est¨¢ en peligro es la lengua del Pa¨ªs Valenciano por la desastrosa pol¨ªtica sabiamente dirigida desde Madrid (Castilla)". Parece como si Lima intentase identificar la pol¨ªtica del Gobierno o la del partido en el, poder con Castilla, y esta es una afirmaci¨®n tan rid¨ªcula que no merece mayor comentario./