Las verdaderas culpas del esc¨¢ndalo del 'afeitado'
Los ganaderos recurren al pataleo y estallan en ira porque a cuatro de ellos los ha inhabilitado el Ministerio del Interior a causa del "afeitado". A muy pocos miembros de este estamento generalmente adinerado e influyente se les ocurri¨®, a su debido tiempo, proponer medidas eficaces para que ninguno pudiera defraudar, aunque s¨®lo fuese por la dignidad del gremio. Son, en consecuencia, culpables, unos por infractores, otros por encubridores, otros por tolerantes.Hace menos de un mes, en la asamblea de la Uni¨®n de Criadores de Toros de Lidia, Victorino Mart¨ªn propuso que no pudiera formar parte de la junta directiva ning¨²n ganadero que hubiera sido sancionado por afeitado, y no le hicieron ni caso. Dec¨ªan sus compa?eros: "?Por qu¨¦ esa incompatibilidad? ?Qu¨¦ tiene que ver una cosa con otra?". Lo cual hace sospechar que en ellos mismos estaba el germen de la culpa. La dignidad del ganadero, que siempre hemos subrayado desde este peri¨®dico (como hemos defendido sus justas reivindicaciones econ¨®micas), no est¨¢ s¨®lo en la divisa, en el hierro, en el apellido y en la finca, sino tambi¨¦n -y principalmente- en el comportamiento, en la probidad individual y gremial.
El mismo d¨ªa en que se hizo p¨²blica la inhabilitaci¨®n, uno de los propietarios de la hist¨®rica ganader¨ªa de Hern¨¢ndez Pl¨¢ sal¨ªa en defensa de los sancionados y tronaba contra la medida adoptada por Interior: "?Es desorbitada! ?Supone la ruina de estos ganaderos y la Uni¨®n de Criadores va a recurrir!". El domingo, por Radio Nacional, Salvador Gavira -uno de los sancionados- lleg¨® a amenazar al Gobierno, y dijo que "se va a enterar" en las elecciones andaluzas del 23 de mayo. ?Ser¨¢ que los ganaderos de reses bravas, por el mero hecho de serlo, se creen intocables? ?Pretenden Hern¨¢ndez, Gavira y quienes les apoyan que la Administraci¨®n compadree con ellos y sus intereses?. Hay un reglamento claro, que los ganaderos conocen. Los que lo infringieron sab¨ªan a qu¨¦ se expon¨ªan. Ese reglamento prev¨¦ la inhabilitaci¨®n y el Ministerio del Interior tiene la obligaci¨®n estricta de ejecutarla pues en caso contrario incurrir¨ªa en responsabilidad muy grave, por dejaci¨®n de funciones.
Los ganaderos patalean ahora pues la ley ha ca¨ªdo sobre algunos de ellos. Da la impresi¨®n de que exigen inmunidad, nos gustar¨ªa saber en base a qu¨¦ argumentos o circunstancias. Porque todo ente social est¨¢ sujeto a las leyes, as¨ª sea persona f¨ªsica o jur¨ªdica, y son conocidas empresas de cualquier actividad a las que se multa, suspende o inhabilita a perpetuidad por raz¨®n de fraude. Pero adem¨¢s no tienen en cuenta los miles y miles de espectadores que acudieron a las plazas de toros, previo pago de una localidad a precios muy altos, y que resultaron estafados pues las astas de las reses de la corrida hab¨ªan sido manipuladas. Ni siquiera tienen en cuenta a algunos de sus compa?eros, los ganaderos honestos, que por no consentir jam¨¢s que se les manipule un toro, tuvieron que malvender o mandar al matadero buen n¨²mero de reses. Que sepamos, la Uni¨®n de Criadores jam¨¢s hizo nada por ellos, ni emiti¨® comunicados al respecto.
Preguntas esenciales
En el proceso de la inhabilitaci¨®n, aparte de la opini¨®n p¨²blica -que la ped¨ªa con verdadero clamor-, ha habido dos personajes decisivos, que son Juan Jos¨¦ Izarra del Corral, subsecretario de Interior, y el senador del PSOE por Valladolid, Juan Antonio Ar¨¦valo. Izarra, que ya mostr¨® su preocupaci¨®n por el espect¨¢culo cuando era gobernador de Castell¨®n, estaba decidido a sacar adelarite la reforma del reglamento, en t¨¦rminos que sirvieran de reforzamiento de la autenticidad de la fiesta y a su vez de promoci¨®n, a acabar con el fraude del afeitado, y a cambiar radicalmente esa imagen de permisividad que durante a?os ha ofrecido el Ministerio del Interior en relaci¨®n con el espect¨¢culo. "Los regIamentos hay que cumplirlos" -nos dec¨ªa, en reciente entrevista- "y en mi departamento no hay ni intereses, ni amiguetes, ni compadreo, sino el prop¨®sito ineludible de ser consecuentes con nuestras obligaciones". La inhabilitaci¨®n se ha llevado a cabo porque Izarra del Corral estudi¨® personalmente el caso y movi¨® las adecuadas ¨¢reas administrativas de Interior para llegar a una pronta resoluci¨®n.Sin embargo, quiz¨¢ no se habr¨ªa llegado a este resultado sin las previas intervenciones del senador Juan Antonio Ar¨¦valo, que haciendo uso de sus prerrogativas, e impulsado por su afici¨®n, dirigi¨® al Gobierno preguntas esenciales. Primero fue la lista detallada de los ganaderos sancionados, con expresi¨®n de cuant¨ªas, fechas y lugares, lo cual se public¨® en el Bolet¨ªn de la Cortes y, de esta forma, hizo posible la divulgaci¨®n de los datos, con los que se pudo saber qu¨¦ ganaderos hab¨ªan sido multados tres o m¨¢s veces. Despu¨¦s, la petici¨®n de que aclarase cu¨¢ndo se Incurr¨ªa en inhabilltaci¨®n, pues los ganaderos hab¨ªan hecho circular la especie de que deb¨ªa ser por tres sanciones en corridas distintas, con independencia del n¨²mero de reses afeitadas. De nuevo el Bolet¨ªn de las Cortes public¨® la respuesta del Gobierno, y ¨¦sta dec¨ªa claramente que las sanciones se contabilizaban por n¨²mero de reses afeitadas, fueran ¨¦stas en la misma o distinta corrida.
Estos datos, que se publicaron y fueron objeto de diversos comentarios en este peri¨®dico durante los a?os 1980 y 1981, adem¨¢s de alertar a la opini¨®n p¨²blica y a los propios ganaderos interesados (es rid¨ªculo, por tanto, que ahora se llamen a enga?o), all anaban el camino al Ministerio del Interior para proceder seg¨²n est¨¢ reglamentado.
Ahora se inicia un futuro m¨¢s despejado que el que ofrec¨ªan las temporadas anteriores. Pues el afeitado tiene castigo duro, la presunci¨®n es que remitir¨¢ el fraude, o desaparecer¨¢ definitivamente, pues se ha comprobado que la autoridad aplica el reglamento; otras cuestiones importantes que el mismo contempla es de suponer ser¨¢n abordadas por los taurinos con m¨¢s respeto. Ha habido, al tiempo, una recuperaci¨®n de antiguos aficionados y la llegada de otros nuevos, en su mayor¨ªa j¨®venes y con talante cr¨ªtico. Lo cual hace inevitable que se cuestione la probidad de ciertos ganaderos y la calidad real de ciertas figuras. El p¨²blico se pregunta qu¨¦ falsa fiesta le han venido ofreciendo durante a?os las empresas, cuando unos toreros necesitaban e impon¨ªan reses manipuladas para lucir sus calidades, y hab¨ªa ganaderos que se aven¨ªan a facilit¨¢rselas. Con la depuraci¨®n iniciada por Interior, se hace necesaria una revisi¨®n total del espect¨¢culo, un replanteamiento de actitudes. El taurinete listo sobra ya en la fiesta. Lo que se imponen son verdaderos hombres de empresa, toreros de profesionalidad verdadera y ganaderos con dignidad.
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