La historia de un melodrama
Tras el fracaso que en 1976 obtuvo con Missouri, Arthur Penn no hab¨ªa tenido oportunidad de regresar al cine. S¨®lo en teatro ha continuado desarrollando un trabajo estable, lo que le ha permitido seguir experimentando en su sistema de dirigir actores. Ya se sabe que Penn, adem¨¢s de un vigilante compromiso con su tiempo, posee una exquisita sensibilidad para la puesta en escena, en la que la interpretaci¨®n tiene especial relieve. El milagro de Anna Sullivan, La noche se mueve o Peque?o gran hombre son, entre otras, pruebas evidentes de ello.Georgia (Cuatro amigos en su t¨ªtulo original), primera pel¨ªcula tras el largo paro, es una nueva demostraci¨®n de su talento para aprovechar de cada int¨¦rprete sus mejores cualidades. Una larga lista de j¨®venes desconocidos realizan un trabajo cuidadoso en el que cada matiz determina toda la historia de la pel¨ªcula. Georgia se basa en un gui¨®n que trata de revisar las tres ¨²ltimas d¨¦cadas de la historia de Estados Unidos. Sobre ellas se construye un melodrama, abierto tanto a la narraci¨®n de las relaciones amorosas que unen y separan a los cuatro amigos como a la perspectiva hist¨®rica que les condiciona y en la que ellos colaboran. No ser¨ªa posible ese tratamiento sin una sutil comunicaci¨®n de los actores, capaz de suplir las abundantes y peligrosas elipsis, la ausencia de datos.
Georgia (Cuatro amigos)
Director: Arthur Penn. Guionista: Steve Tesich. Fotografia: Ghislain Cloquet. Int¨¦rpretes: Craig Wasson, Jodi Thelen, Jim Metzler, Michael Huddleston, Reed Birnelv. Drama. Norteamericana, 1981. Local de estreno: Capitol, Luchana 1.
El conjunto de la visi¨®n es pesimista, aunque en los ¨²ltimos momentos los supervivientes de la historia tengan nuevos proyectos; est¨¢n marcados por una ¨¦poca en la que la frustraci¨®n ha alcanzado ya a todos. La derrota de los cuatro amigos no les pertenece s¨®lo a ellos. Puede entend¨¦rseles como v¨ªctimas de un proceso que no han entendido bien, que les ha sorprendido cuando se preparaban para una vida que no exist¨ªa. No contaban, por ejemplo, con la violencia, y ¨¦sta les arrastra.
Georgia no la trata, sin embargo, como lo hac¨ªa La jaur¨ªa humana o Bonnie y Clide. Penn la deja aparecer de forma contundente s¨®lo de cuando en cuando, pero mantiene latente su posibilidad durante toda la narraci¨®n. Es como mejor ha visto la ¨¦poca. En otros aspectos, como el de la fiesta moderna abarrotada de maniqu¨ªes y de autom¨®viles que se despe?an, exagera un poco.
M¨¢s sutil es en la construcci¨®n de los personajes, en la comprensi¨®n de sus motivos, en su habilidad para mostrarlos paso a paso, detalladamente, pero aplicando pinceladas generales. Es su conexi¨®n con el cine cl¨¢sico, que renueva, con acierto, acerc¨¢ndolo a nuestra comprensi¨®n.
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