La invenci¨®n de UCD
La urgencia de la Historia, la indigencia metaf¨ªsica de Su¨¢rez y el paro pol¨ªtico que hab¨ªa en el pa¨ªs llevaron a la invenci¨®n de la UCD, que ha ganado unas elecciones tras otras, pues que estaba configurada como una formidable y espantosa m¨¢quina de ganar. Espa?a hab¨ªa necesitado, efectivamente, una plataforma ancha, fuerte, m¨¢s espaciosa que espacial, donde asentar la democracia. Ya lo dijera La¨ªn Entralgo en muy remota ocasi¨®n:-El problema de la Universidad es el problema de las clases medias espa?olas.
Todo, en este pa¨ªs, es el problema de las clases medias, porque somos un pa¨ªs de clase media, y en eso est¨¢ nuestra distinci¨®n y ventaja, ya que la clase media lo ha inventado todo, de Caja / Marsillach a Espronceda, de Valle-Incl¨¢n a Grande Covi¨¢n, de Lafora a Isaac Peral. La aristocracia con sus saraos y el proletariado con sus huelgas, y esa cruz que les ha ca¨ªdo de Ferrer-Salat, no tienen tiempo de inventar nada. Pero faltaron ide¨®logos y falt¨® proyecto pol¨ªtico de modo que la actual quiebra de la uced¨¦ puede suponer en buena medida la quiebra del sistema, de la democracia, de la cosa. Porque la uced¨¦ no es el partido ideal, pero es el partido necesario, o, como dir¨ªa Fanjul, inevitable. El pluripartidismo nato y nacional s¨®lo podr¨ªa serenarlo un partido de centro, equilibrado y fuerte, ecu¨¢nime y marchoso, piedra sobre la que edifica la Iglesia del nuevo Estado, para luego emprender la aventura de la modernidad.
En lugar de eso, la uced¨¦ existe en funci¨®n del Poder. La configura el Poder que quiere mantener o conquistar, de modo que cabr¨ªa hacerle al colectivo la pregunta famosa de Lenin, parafraseada:
-El poder, ?para qu¨¦?
El Poder por el Poder. Y esto, en el fondo (ay, me duele decirlo), es franquismo. Franquismo es todo Poder que s¨®lo se justifica por s¨ª mismo. La uced¨¦ se constituy¨® agavillando sin amor unos cuantos partidos, de la socialdemocracia al nacionalcatolicismo, pasando por el Movimiento de camisa blanca. Parece natural, en psicolog¨ªa pol¨ªtica, que ahora cada partido se venza de su propio lado. Pero lo cierto es que a la raigal, naciente, err¨¢tica democracia espa?ola le habr¨ªa convenido m¨¢s un ancheado partido de centro/centro, una base administrativa s¨®lida y saneada. Edificando la uced¨¦ como oportunismo exento de cualquier futurismo, sus inventores dejaban a la democracia sin plataforma de lanzamiento. Ellos estaban muy puestos para ganar las primeras elecciones y algunas otras, pero, a cambio de tanto ganar, iban a dejar perder la m¨¢s alta ocasi¨®n que viera el siglo (la segunda) de promocionar una Espa?a inventiva y firme, frente a la Espa?a como invento de los espa?oles hiperb¨®reos que todo lo remiten a un pasado inmanentista que nunca existi¨®. La uced¨¦, como partido del Gobierno, como Gobierno de partido, utiliza las realizaciones del R¨¦gimen para hacer electoralismo, como ahora en Andaluc¨ªa con los pantanos que va a inaugurar coincidiendo con la campa?a electoral. Esto de cambiar realizaciones de Gobierno por votos de partido es tambi¨¦n -ay- franquismo. Sobre un modelo de caudillaje se mueve a veces la imparcialidad marengo de don Leopoldo Calvo-Sotelo.
Quienes encofraron la estabilidad de UCD no sab¨ªan o no se lesalcanzaba que estaban encofrando la estabilidad de la democracia, y por eso les ha salido una UCD inestable. La invenci¨®n de UCD fue desafortunada, precaria, oportunista, una cosa de man¨²s chapucero. De esa inestabilidad vivimos, hoy, todos. Con su m¨¢quina de ganar elecciones generales quieren ganar tambi¨¦n las regionales, y, claro, las pierden todas. Es como arar una maceta con un Land/Rover. UCD se est¨¢ cargando la maceta.
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