Baltasar Porcel publica 'Todos los espejos', una reflexi¨®n sobre el tiempo y la muerte

"Todos los Espejos es un libro de relatos sobre el paso del tiempo y sobre la muerte" dice su autor, Baltasar Porcel, que ayer present¨® esta nueva obra publicada por Espasa-Calpe. "A la vez todo ese tiempo se recupera a trav¨¦s de la vitalidad". Todos los Espejos es un libro de relatos, llenos de una unidad especial que hace de ¨¦l casi una novela en que el denominador com¨²n ser¨ªa el esp¨ªritu del viaje, del misterio y de la aventura muchas veces interior.

"Algunos", dice Baltasar Porcel, "son cuentos fant¨¢sticos, a veces tenebrosos, surgidos de viejos papeles le¨ªdos en tiempos y lugares ins¨®litos; hay cuentos chinos escritos en China, cuentos mediterr¨¢neos que vienen de ciudades m¨ªticas, y por fin, hay cuentos que remiten a Mallorca, que es siempre el mundo de la infancia, m¨ªtico de otra manera... Los personajes -casi siempre yo mismo, muchas veces de manera expl¨ªcita y otras enmascarado en figuras- buscan la dimensi¨®n fant¨¢stica y aventurera de la vida".Todo esto, el exotismo de los lugares, el car¨¢cter distinto de los personajes, hace que Todos los espejos sea de una manera oblicua, un libro de viajes. El de los viajes es un g¨¦nero fascinante que Baltasar Porcel frecuenta con pasi¨®n, primero el viaje mismo y luego escribirlo. "En cada viaje", dice: Porcel, "hay dos momentos muy apasionantes, y muy importantes para el viajero. El primero es la posibilidad que el viaje ofrece de poder convertirte en otra persona. Cada viaje es un poco un pacto con el diablo, tiene cierto poder taumat¨²rgico a veces muy fuerte, que te permite renacer, ser otro".

"El segundo momento", sigue Baltasar Porcel, "es el del fin del viaje. El viaje acaba y se vuelve. Y vuelve ¨¦l mismo, enriquecido pero finalmente ¨¦l mismo. Y es muy importante recuperarse, porqu¨¦ los pactos con el diablo hay que hacerlos a plazo convenido, vamos, que hay que volver en el ¨²ltimo momento al seno de la Iglesia, a la propia identidad".

"Naturalmente", aclara, "todos los viajes tienen esta doble cara, pero no todos son iguales. M¨ª ¨²ltimo viaje al coraz¨®n oscuro de Africa, al Zaire, donde Conrad encontr¨® el nombre de En el coraz¨®n de las tinieblas, me permiti¨® entrar al reinado de los monos gigantes, de King-Kong, y de los pigmeos: yo estuve all¨ª con todos, y aquello fue un viaje a los sue?os de la infancia y de la adolescencia. Era especialmente fascinante desde el punto de vista de lo que ten¨ªa delante, pero para mi quiz¨¢ lo, fue m¨¢s por ese lado de reencuentro con toda la educaci¨®n m¨ªtica y sentimental, por ese particular encuentro conmigo mismo, con el que fui, con los sue?os juveniles... Otros viajes, en cambio, son encuentros con el siglo XX, como el pr¨®ximo que voy a hacer a Oriente Medio".

"Todos los viajes tiene algo de inici¨¢ticos", acaba Porcel, "porque siempre son la materializaci¨®n de un sue?o. Escribirlos es su correlato fundamental, sobre todo para m¨ª que soy escritor, porque escribir forma parte inseparable de mi vida. Esa necesidad de dar testimonio de m¨ª, sobre todo ante m¨ª mismo".