Irlanda del Norte, un rival peligroso
La selecci¨®n de Irlanda del Norte, goleada la noche del martes en el hist¨®rico Wembley, comenz¨® de forma enga?osa su preparaci¨®n para la fase final del Mundial-82. Ganadora en 1980 del Campeonato Brit¨¢nico, dif¨ªcilmente podr¨¢ reeditar su ¨¦xito de entonces al descuidarse ante una afortunada Inglaterra. Frente a Espa?a, el 25 de junio, en Valencia, dif¨ªcilmente le ocurrir¨¢ lo mismo. El IRA hundi¨® el lunes un carguero ingl¨¦s cerca de Londonderry y al d¨ªa siguiente el f¨²tbol norirland¨¦s fue torpedeado en pleno coraz¨®n de Londres. El equipo que prepara Billy Bingham sufri¨® una lecci¨®n, pero no es un enemigo despreciable.
Los encuentros de Inglaterra contra el resto de las selecciones brit¨¢nicas tienen siempre las mismas caracter¨ªsticas: son la lucha de la metr¨®poli frente a los inmigrantes. La liga inglesa acoge a la mayor¨ªa de los jugadores, muchos de ellos en los mismos clubes, por lo que deben enfrentarse despu¨¦s con sus selecciones. El martes, cinco hombres por cada bando fueron los protagonistas: Jennings y Samsom, del Arsenal; J. Nicholl y Wilkins, del Manchester United; Ch. Nicholl y Keegan, que se emparejaron, para mayor curiosidad a¨²n, del Southampton; Nelson y Foster, del Brighton, y McIlroy y Watson, del Stoke City. Un partido con casi el 50% de los participantes as¨ª, ten¨ªa que ser, obligatoriamente, muy particular.La gran desventaja de Irlanda del Norte desde siempre es que debe jugar sin tiempo apenas para prepararse. Su seleccionador, Billy Bingham, antiguo jugador de la ya lejana participaci¨®n norirlandesa en una fase final de la Copa del Mundo (Suecia, 1958), no puede reunir tan f¨¢cilmente a sus hombres, que juegan en el extranjero brit¨¢nico. De todas formas, y especialmente en la primera parte del partido del martes, apenas se not¨®. En Valencia, el 25 de junio, con dos meses de entrenamiento, Espa?a puede pasarlo mal.
Fallos e infortunio, pero calidad
El 4-0 logrado por Inglaterra no fue indicativo de lo ocurrido en el terreno de juego y as¨ª lo reconoci¨® en su mayor¨ªa la prensa londinense. El equipo de Greenwood, como mucho, hizo olvidar tras el descanso, con un juego r¨¢pido y afortunado cara al gol, los muchos sinsabores de los ¨²ltimos tiempos. Pero en el Mundial, si quiere aspirar a las mayores empresas, no podr¨¢ fiar sus posibilidades a descuidos rivales, goles psicol¨®gicos y suerte en el remate. Le falt¨® entidad en el juego, salvo en los comienzos de la segunda parte, poco antes de conseguir el segundo tanto. Despu¨¦s, con la obligatoriedad rival de arriesgar m¨¢s, no fue tan valorable. Cualquier equipo puede sorprender en el miedoso f¨²tbol de hoy al mejor contrario jugando al contraataque.
Irlanda del Norte no tuvo la fortuna inglesa cara al gol cuando el centro del campo, fue suyo en la primera parte, pero esboz¨® buenas maneras, sin descuidar la defensa, pese a llevar la iniciativa por el gol en contra encajado en el primer minuto. Sus centrocampistas: Donaghy, el m¨¢s defensivo, por el centro; Martin O'Neill, el capit¨¢n, por la derecha -sustituido por McCreery, ya emigrante brit¨¢nico, no inmigrante, en el Tulsa norteamericano- y el eje ofensivo, McIlroy, por la izquierda, forman una media el¨¢stica, con facilidad para apoyar el ataque. El ¨²ltimo, un aut¨¦ntico doble de Carde?osa, es muy dif¨ªcil de contener con el bal¨®n controlado, pese a su endeblez f¨ªsica, y remata con potencia. Brotherston, el extremo derecho, juega retrasado, pero se va con rapidez al ataque.
Las dos puntas claras, el delantero centro, Armstrong, y el ala izquierda, Hamilton, intercambian continuamente sus posiciones y su mayor estatura puede tambi¨¦n plantear problemas en cualquier descuido por alto. El martes s¨®lo les falt¨® algo m¨¢s de ambici¨®n, quiz¨¢ acomplejados en la catedral, donde curiosamente sucedi¨® lo contrario. Fue el centro de la defensa norirlandesa, que tambi¨¦n subi¨® a rematar alguna de las faltas, en una aut¨¦ntica marea verde impresionante, pero sin fortuna, quien sentenci¨® la derrota. Chris Nicholl, el central, marcador de su compa?ero Keegan, salt¨® a destiempo, como el defensa libre John O'Neill, en el centro de Francis y dio en bandeja el segundo gol. De todas formas, ambos hicieron un buen partido y jugaron con autoridad, aunque el resultado, tantas veces aleatorio e injusto, dijera justamente lo contrario. En dos d¨ªas, con el Osasuna-Real Madrid, el domingo, en Pamplona, y el martes en Londres, el f¨²tbol demostr¨® una vez m¨¢s su il¨®gica ante el gol oportuno y afortunado.
En el resto de la defensa el lateral derecho Jimmy Nicholl -no son familia ni los Nicholl, ni los O'Neill- sec¨® pr¨¢cticamente a un Morley, que quiere promover Greenwood, pero parece m¨¢s ruido que nueces, y el izquierdo, Nelson, contuvo a Francis y a Woodcock -el ¨²nico ingl¨¦s emigrante en el Colonia alem¨¢n-. Los descuidos norirlandeses fueron m¨ªnimos, pero costaron demasiado. Jennings, el veterano y gran guardameta del Arsenal, evit¨® en tres intervenciones otros tantos goles, siempre tras el descanso, pero fue fusilado en los cuatro encajados. En el tercero, un disparo lejano parable, Jimmy Nicholl lo desvi¨® al ¨¢ngulo y en el cuarto bastante, hizo con tocar el primer disparo de Sansom. Dif¨ªcilmente Irlanda del Norte tendr¨¢ otro partido tan desafortunado.
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