Indignaci¨®n en Andaluc¨ªa por la muerte de un jornalero por disparos de la Guardia Civil

Viene de la primera p¨¢gina

Un dato no suficientemente contrastado en fuentes oficiales indica que la se?ora que denunci¨® a los ladrones hab¨ªa conseguido arrancar el tubo de la gasolina de la moto que ambos conduc¨ªan, conocido en la zona por el macarr¨®n, y entregarlo a la Guardia Civil en el momento de presentar la denuncia. Sin embargo, en la motocicleta en la que viajaban las dos v¨ªctimas de los disparos, el tubo en cuesti¨®n estaba intacto. Tambi¨¦n rechazan los vecinos la imputaci¨®n gubernativa de que el veh¨ªculo circulaba a velocidad superior a la normal, puntualizando varios testigos que iba a menos de 30 kil¨®metros por hora.

De acuerdo con los testigos presenciales, el guardia civil de servicio en la puerta del cuartel debi¨® estimar que los j¨®venes lebrijanos eran los rateros denunciados y sali¨® en su persecuci¨®n. Tras darles el alto y realizar un disparo al aire, volvi¨® a disparar por tres veces con su pistola en direcci¨®n a los ocupantes de la moto, que no se hab¨ªan detenido, hiriendo mortalmente por la espalda a Ignacio Montoya, que iba como paquete. La explicaci¨®n m¨¢s generalizada al hecho de que los j¨®venes no se detuviesen es el temor a ser multados por viajar, contra la ley, en una motocicleta de 49 cent¨ªmetros c¨²bicos.

Seg¨²n pudo saber EL PAIS en fuentes solventes, el autor de los disparos fue el guardia civil Juan Mac¨ªas Morante, propietario de un veh¨ªculo con matr¨ªcula de Bilbao. Se dio la circunstancia, por otra parte, de que, por ser hora de entrada en los colegios y de salida de autobuses en direcci¨®n a Jerez y Sevilla desde el bar Manolo, pr¨®ximo al lugar del incidente, numerosos vecinos y escolares de Trebujena vivieron directamente los hechos.

Una vez perdido el control de la moto por su conductor, el autor de los disparos se acerc¨® r¨¢pidamente al lugar donde se encontraban, en la calle de Moreno de Mora, y orden¨® a un ciclista: "T¨², oc¨²pate de ¨¦ste, que yo me llevo al otro al cuartel" y a continuaci¨®n cogi¨® al herido por la nuca y llev¨¢ndole casi arrastras hasta que se percat¨® de que tambi¨¦n hab¨ªa sido alcanzado por las balas. El herido iba diciendo: "Nos han pegado dos tiros, y nosotros venimos del campo, de rebuscar". La forma en que el guardia civil le trat¨® provoc¨® indignaci¨®n entre los vecinos que iban acudiendo, uno de los cuales lleg¨® a decir al guardia: "?Encima lo vas a llevar al cuartel?" y profiri¨® un insulto. M¨¢s tarde, un teniente de la Guardia Civil, desplazado al pueblo, tuvo que retirarse a petici¨®n del alcalde, ante las constantes agresiones verbales de que fue objeto.

Ignacio Montoya falleci¨® apenas un par de minutos despu¨¦s de caer de la moto, mientras el m¨¦dico local estaba tratando de reanimarle. El juez de instrucci¨®n orden¨® el traslado de su cad¨¢ver a Sanl¨²car de Barrameda, donde a mediod¨ªa de ayer se le practic¨® la autopsia, despu¨¦s de que el forense solicitase, en previsi¨®n de futuras complicaciones, que el catedr¨¢tico sevillano Luis Frontela realizase con ¨¦l la operaci¨®n. Ayer por la tarde se efectu¨® el entierro en medio de una impresionante manifestaci¨®n de duelo, que finaliz¨® al anochecer. Asistieron varios miles de personas de Lebrija y los pueblos colindantes, en particular Trebujena.

En el lugar en que muri¨® Montoya, donde pod¨ªan verse dos largos regueros de sangre, fueron depositadas ayer varias coronas de flores. Tanto en Trebujena como en Lebr¨ªja, los vecinos se concentraron desde primera hora de la ma?ana ante los respectivos ayuntamientos, siendo informados por los alcaldes de las ¨²ltimas noticias en relaci¨®n con el caso. En esta ¨²ltima poblaci¨®n, amanecieron numerosas pintadas contra la Guardia Civil, mientras que las banderas nacional, andaluza y local estaban a media asta y luciendo crespones negros en los balcones del Ayuntamiento. Muchos j¨®venes lebrijanos llevaban tambi¨¦n claveles rojos atados con lazos negros en sus brazos.

Fuerte sanci¨®n

En relaci¨®n con estos actos de protesta, hay que indicar que Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz Pastor, gobernador civil de Sevilla -provincia a la que pertenece Lebrija- ha impuesto al alcalde una multa de 500.000 pesetas por colocar un cresp¨®n negro en la bandera nacional. Al propio tiempo advirti¨® que los comerciantes que cerrasen sus establecimientos ser¨ªan sancionados con multas de 250.000 pesetas y apertura de expediente para posible cierre definitivo. El cierre voluntario fue, no obstante, total en Lebrija. Al conocer estas sanciones a trav¨¦s de una emisora de radio, el alcalde de Lebrija, Antonio Torres, denunci¨® por los altavoces de la plaza: "El gobernador no quiere ni que expresemos el dolor por la muerte de nuestro compa?ero. Desde aqu¨ª, le digo que se calle y nos respete".

El gobernador de Sevilla decidi¨® tambi¨¦n remitir al ministerio fiscal, por si fuera constitutiva de delito, la moci¨®n aprobada por el Ayuntamiento lebrijano, a propuesta del propio alcalde, en la que el suceso es calificado de crimen y se exige la depuraci¨®n "de todos los elementos fascistas que contin¨²en actuando dentro de los cuerpos de seguridad del Estado". La moci¨®n fue aprobada un¨¢nimemente por los concejales del PAU-PTA, PSOE, PCA y UCD presentes en el pleno municipal.

Es de resaltar que el Ayuntamiento de Trebuiena, incluido en la provincia de C¨¢diz, tambi¨¦n consider¨® un crimen el incidente y distribuy¨® entre los vecinos un llamamiento a la huelga general en el que se usa dicha calificaci¨®n. El alcalde de esta localidad, Juan Oliveros, declar¨® a EL PAIS que hab¨ªa conversado telef¨®nicamente con el gobernador civil de C¨¢diz para manifestarle su total desacuerdo con el contenido de la nota oficial facilitada el martes, sin que el representante del Gobierno en la provincia le advirtiese sobre la posibilidad de sanciones por su actitud. Por parte del Gobierno Civil de C¨¢diz no se ha facilitado ninguna informaci¨®n distinta a laya aludida nota oficial. Seg¨²n Oliveros el gobernador le encareci¨® s¨®lo que en las manifestaciones de protesta no se produjese ninguna actitud de provocaci¨®n hacia la Guardia Civil. Todos los efectivos de este cuerpo permanecieron durante la jornada de ayer en su cuartel.