Valencia y Florencia, vuelven a encontrarse como focos de la cultura mediterr¨¢nea
Ayer se inaugur¨® la exposici¨®n sobre los M¨¦dicis y el Renacimiento
Con motivo de la inauguraci¨®n ayer jueves de la muestra La Florencia de los Medici y Presencia del Renacimiento en la arquitectura y pintura valenciana las corporaciones provinciales de Florencia y Valencia han suscrito un convenio de amistad y colaboraci¨®n que dar¨¢ lugar a su futuro hermanamiento. Con la firma de este convenio por sus presidentes, el socialista Manuel Girona y el comunista Oublesse Conti, se reencuentran dos ciudades mediterr¨¢neas que durante los siglos XV y XVI registraron su mejor momento hist¨®rico y fueron focos importantes de la renovaci¨®n cultural de la ¨¦poca.
Esta es tal vez la primera ocasi¨®n en que dos provincias europeas suscriben un pacto de cooperaci¨®n, ya que este tipo de acuerdos se suele formalizar entre municipios. El convenio comprende aspectos culturales, aspectos de programaci¨®n econ¨®mica y territorial y de pol¨ªtica institucional. Aunque con car¨¢cter anecd¨®tico, los firmantes recordaron que en ambas ciudades se ha dado la misma tradici¨®n de liberalidad. Mientras Valencia result¨® ser la ¨²ltima ciudad que cae en mano de los franquistas durante la guerra civil de 1936, Florencia fue la primera gran victoria de la resistencia italiana, despu¨¦s de veinte a?os de fascismo. Asimismo, las aguas del Arno ocasionaron en 1966 una desastrosa inundaci¨®n en la ciudad toscana, y las aguas del Turia se hab¨ªan desbordado nueve a?os antes a su paso por Valencia.La muestra del Consejo de Europa, que se expone por primera vez en Espa?a y que permanecer¨¢ abierta durante los meses de marzo y abril, ocupa unos 3.000 metros cuadrados. El marco urbano elegido, seg¨²n explica el pintor Artur Heras, director de la exposici¨®n, ha pretendido ser una prolongaci¨®n de los contenidos est¨¦ticos recogidos por la muestra. Los visitantes tienen la oportunidad ¨²nica de redescubrir los espacios cotidianos del Colegio del Patriarca, vieja Universidad Literaria y calle de la Nave, erigidos siglos atr¨¢s bajo patrones renacentistas. Entre ambos edificios y la estrecha calle cerrada al tr¨¢fico, se ha dise?ado un itinerario de cerca de un kil¨®metro que constituye un verdadero deleite est¨¦tico.
La primera parte de la exposici¨®n, El poder y, el espacio recoge la arquitectura de la regi¨®n italiana de la Toscana y, por tanto, de la Europa del siglo XVI. El t¨¦rmino espacio se aplica tambi¨¦n, en su significado m¨¢s amplio, al conjunto de lugares f¨ªsicos en el que transcurre la vida de la Corte, desde la ciudad al jard¨ªn, desde la fortaleza a la villa rural.
Despu¨¦s de presentar el espacio de la guerra y su contraste con los ¨¢mbitos de paz, la muestra medicea se introduce en la casa y en la ciudad, entendiendo, como el tratadista Leon Battista Alberti, que en este tiempo la ciudad de Toscana es una gran casa y la casa una peque?a ciudad. La fiesta tiene tambi¨¦n una forma espacial precisa. Los Medici hac¨ªan uso de los festejos para producir efectos pol¨ªticos intencionados, como sucedi¨® en 1577 con el bautizo del pr¨ªncipe Felipe. El espacio estudiado para esta ocasi¨®n subrayaba el resurgimiento c¨ªclico de la dinast¨ªa medicea y la identidad de la historia de Florencia y con la historia de los Medici.
La segunda parte de la muestra medicea, La escena del pr¨ªncipe, se refiere tanto al teatro que naci¨® en Florencia con el mecenazgo de los Medici, como al escenario de la vida de la Corte, con sus decoraciones, ceremonias y fiestas para encumbrar la imagen del pr¨ªncipe.
Presencia del Renacimiento
La aportaci¨®n valenciana a la exposici¨®n, que con la coordinaci¨®n del Consejo de Europa marc¨® un hito cultural en Florencia durante el verano de 1980, consiste en una primera aproximaci¨®n a la presencia del Renacimiento en la arquitectura y en la pintura valencianas. El trabajo de investigaci¨®n efectuado por los profesores de la c¨¢tedra de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, Fernando Benito y Joaqu¨ªn Berchez, s¨®lo contaba con el antecedente de la gu¨ªa art¨ªstica del historiador El¨ªas Tormo, redactada en 1923. "El renacimiento valenciano, al contrario de lo que sucede con Sevilla y Granada", afirman, "es completamente desconocido. S¨®lo El¨ªas Tormo hab¨ªa elaborado un ¨ªndice, que tiene muchas limitaciones ya que ¨²nicamente registr¨® aquellos edificios a donde llegaba una l¨ªnea de tren en la ¨¦poca de su redacci¨®n".
La influencia del primer Renacimiento lleg¨® al Pa¨ªs Valenciano por las comarcas del sur, por la vinculaci¨®n de ciudades como Villena, Biar y Orihuela, con Murcia y de ¨¦sta con Granada, y desde el norte a trav¨¦s del foco renacentista de Tortosa. En la segunda mitad del siglo XVI, sin embargo, la castellanizaci¨®n que establecen los virreyes determina el apogeo renacentista, y la sombra de El Escorial se alargar¨¢ hasta Valencia, donde el duque de Calabria levanta el edificio de San Miguel de los Reyes a partir de la traza proyectada por el arquitecto Alonso de Covarrubias.
Una particularidad del Renacimiento valenciano es su dificultad para integrarse con la tradici¨®n constructiva anterior. "No fue f¨¢cil desarraigar el saber hacer g¨®tico", afirman estos profesores valencianos. "En un primer momento, el inter¨¦s por el arte renacentista se volc¨® hacia lo decorativo, que no lleg¨® jam¨¢s a enmascarar los elementos estructurales, al contrario de lo que sucedi¨® con el plateresco".
A este respecto son significativos los modelos de arquitectura provisional y adornos levantados en la ciudad de Valencia para recibir a Felipe 11 en 1586, enmascarando con aparato escenogr¨¢fico de corte cl¨¢sico el aspecto medieval que la ciudad presentaba.
El colegio seminario del Corpus Christi creado por el mecenas y patriarca arzobispo San Juan de Ribera, que estuvo al frente de la prelatura de Valencia durante cuarenta a?os, es la muestra m¨¢s brillante del Renacimiento valenciano. Al visitante de la exposici¨®n se le ofrece la oportunidad de recorrer su patio que "en Espa?a", aseguran Benito y Berchez, "encarna la m¨¢s depurada expresi¨®n de la arquitectura claustral, porque mantiene la ligereza frente a la gravedad de El Escorial".
A partir de la primera d¨¦cada del siglo XVII se emprenden numerosas obras arquitect¨®nicas a lo largo y ancho de la geograf¨ªa valenciana impulsadas por las actuaciones contrarreformistas del arzobispo San Juan de Ribera. La expulsi¨®n de los moriscos, efectuada en 1609, refuerza la imagen de la religiosidad oficial y explica el auge constructivo del momento, en portadas y torres de numerosas iglesias que recogen el car¨¢cter inconfundible de la huella escurialense.
Una prueba de la aceptaci¨®n de las f¨®rmulas herrerianas constituye el tard¨ªo ejemplo de la colegiata de San Nicol¨¢s en Alicante, y a¨²n el m¨¢s retardatario caso del convento carmelita de Nules (Castell¨®n).
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