Sainetillo tridentino
Paco Mart¨ªnez Soria -al que TVE ofrece, con la proyecci¨®n de Se arm¨® el bel¨¦n, un homenaje por su reciente fallecimiento- es conocido hasta en el m¨¢s oscuro rinc¨®n de la pen¨ªnsula por una sola pel¨ªcula, La ciudad no es para m¨ª, de 1965. Es, al parecer, la m¨¢s rentable de todo el cine espa?ol. No es extra?o. Toc¨® unas cuerdas del populismo ib¨¦rico que permanecen tensas en la inmensa mayor¨ªa de la gente espa?ola, por mucho que las minor¨ªas refinadas se empe?en en ignorarlas. Adem¨¢s contaba con un gui¨®n bien hecho, de sorprendente agilidad literaria, y la realizaci¨®n de Pedro Lazaga era, como casi siempre en ¨¦l, solvente.Sin embargo, la obra cinematogr¨¢fica de este actor fue una mala sombra de su carrera teatral, donde alcanz¨®, siempre dentro de un teatro de esa misma cuerda populista, momentos de gracia, de sabidur¨ªa, de oficio y maestr¨ªa interpretativa, incomparables. Un solo invento gestual de Mart¨ªnez Soria sobre la escena val¨ªa a veces, como alarde t¨¦cnico, m¨¢s que sesiones enteras de metodolog¨ªa de importaci¨®n.
Se arm¨® el bel¨¦n se proyectar¨¢ hoy a las 22
20 por la primera cadena.
En cine, a Mart¨ªnez Soria se le notaba demasiado su procedencia teatral. En Se arm¨® el bel¨¦n, de 1969, hace un cura de birrete y sotana, de los que sinti¨® que el concilio Vaticano II resbalaba sobre sobre su piel bien curtida por dosis masivas de ternura parroquial, un nuevo padre pitillo de la escuela de Valeriano Le¨®n, reaccionario, charlat¨¢n, simp¨¢tico, y que huele a polilla de carnerino por todas partes.
Dirigi¨® la pel¨ªcula un Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia ya en declive, sin la prepotencia de anta?o, la de sus pel¨ªculas triunfales del franquismo de la posguerra, en las que el profesional coincidi¨® sin esfuerzo con el ide¨®logo. En el franquismo claudicante de los a?os sesenta, un franquista de primera hora, como S¨¢enz de Heredia, tuvo que refugiarse y hacer equilibrios con sainetillos tridentinos, como Se arm¨® el bel¨¦n, para seguir manteniendo el tipo, la identidad ideol¨®gica. El S¨¢enz de Heredia de Las aguas bajan negras, La mies es mucha e, incluso, Historias de la radio, quedaba ya lejos.
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