'Las naves quemadas', de Armas Marcelo, una alegor¨ªa del descubrimiento de Am¨¦rica, ser¨¢ presentada hoy por Vargas Llosa
Las naves quemadas, que hoy presenta Mario Vargas Llosa en Barcelona y que ma?ana, en el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana, en Madrid, presentar¨¢n Juan Garc¨ªa Hortelano, Luis Gil, Luis Izquierda, Jes¨²s Picatoste y Abel Posse, es la cuarta novela de J. J. Armas Marcelo. Antes hab¨ªa escrito El camale¨®n sobre la alfombra, Estado de coma y Calima. En esta obra el autor recrea la odisea de la conquista de Am¨¦rica partiendo de Salbago, una isla imaginarla de las Canarias, y culminando en la b¨²squeda imposible de Eldorado por un loco espa?ol descendiente del inexistente conquistador de Salbago. Las naves quemadas es una nueva entrega de la nueva colecci¨®n de narrativa Bibliotheca del F¨¦nice, que dirige Carlos Barral en la editorial Argos Vergara.
Pregunta: ?Qu¨¦ es Salbago?.Respuesta: Salbago es un pueblecito de la isla de Gran Canaria en la que yo nac¨ª, al que me escapaba a jugar cuando era peque?o. Y a la vez un elemento de ficci¨®n que me permite transformar las siete islas en ocho. Mi idea era asaltar la historia oficial mitoman¨ªaca de los ¨²ltimos cinco y seis a?os en las islas donde se ha hecho una religi¨®n de la historia de la conquista y los a?os siguientes, y crear un territorio m¨¢gico que poco tuviera que ver con la historia y s¨ª con la Literatura.
P.: Pero no es s¨®lo en esa parte donde usted asalta la historia oficial. Toda la novela es la reconstrucci¨®n literaria y ficticia de la realidad de los siglos XV y XVI.
R.: En efecto, la novela parte de muchas an¨¦cdotas tomadas de la Cr¨®nica de Indias, m¨¢s una cantidad de personajes que son pr¨¢cticamente met¨¢foras de la historia reciente de Am¨¦rica Latina, episodios relevantes, como la revoluci¨®n cubana o la figura m¨ªtica y misteriosa de Camilio Cienfuegos. Luego hay una serie de personajes tomados de la realidad de hoy, unas veces con su propio nombre y otras disimulados, como el "duque Negro", simbiosis de Miguel de Unamuno y Blanco White, que escribe una obra titulada De Salbago a Par¨ªs, igual que Unamuno escribi¨® De Fuerteventura a Par¨ªs.
P.: Artificio ¨¦ste de modificar frases y citas que usted utiliza constantemente a lo largo de la obra y no s¨®lo con citas literarias, de Unamuno a Virgilio, sino incluso con canciones m¨¢s o menos populares desde Peret a Nancy Sinatra.
R.: Esos son como pr¨¦stamos ling¨¹¨ªsticos que se ordenan en el artificio de la novela. Para m¨ª la literatura no es sino un truco, un artificio que depende de que est¨¦ bien o mal hecho para que sea buena o mala literatura. Lo dif¨ªcil es introducir eso en la narraci¨®n; por ejemplo, hay una cita ¨ªntegra de Chicho S¨¢nchez-Ferlosio, que es la canci¨®n del gallo rojo y del gallo negro; retrotraerla al siglo XVI no resulta f¨¢cil, para ello he tenido que inventar toda la historia de la pelea de gallos y crear el ambiente adecuado.
Verdad y mentira en la novela
P.: Esa invenci¨®n de la que usted habla es precisamente la caracter¨ªstica m¨¢s acusada, aparte del propio lenguaje de la obra, de la novela. Usted disuelve la verdad y la mentira en una ¨²nica narraci¨®n.R.: De eso se trataba. Lo que ocurre es que lo que en la novela parece m¨¢gico, m¨ªtico, imaginativo es la verdad, y lo que es realmente o aparentemente verdad en la novela, es mentira en la historia. Dos ejemplos: cuando Alvaro Rej¨®n esta buscando Eldorado, recibe la noticia de que otro espa?ol loco, rubio y cojitranco, anda busc¨¢ndolo tambi¨¦n, y la mentira es la de Rej¨®n, el otro s¨ª existi¨®, es Lope de Aguirre. El otro ejemplo es el de la sirenita que Felipe II manda traer de Am¨¦rica. Eso est¨¢ escrito en las cr¨®nicas. Fue una de las grandes locuras de ese rey que quiso mostrar a los europeos que los espa?oles hab¨ªan llegado tan lejos que incluso hab¨ªan conquistado el mito.
P.: Esa locura del siglo XV y XVI la ve usted como efectos del paisaje, de la tierra, como la naturaleza imponi¨¦ndose al hombre.
R.: Es que as¨ª fue. Am¨¦rica no tiene nada que ver con Europa y los espa?oles que iban all¨ª se volv¨ªan americanos antes incluso de que supieran que aquello era Am¨¦rica. Es el caso de Hern¨¢n Cort¨¦s, al que he tocado muy suavemente en la novela. Basta ver la gran plaza de M¨¦xico para comprender que aquel hombre o estaba loco o se volvi¨® loco al llegar all¨ª. Y la conquista de Am¨¦rica dio muchos otros personajes como ¨¦l. Personajes conseguidos, como Lope de Aguirre o como Bolivar, que quer¨ªa liberarn el continente de arriba a abajo y convertirlo en una sola naci¨®n, y una vez liberado el continente de Espa?a quer¨ªa venir a C¨¢diz y liberar a Espa?a de la monarqu¨ªa.
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