Gran incidencia de la prohibici¨®n a la militancia pol¨ªtica de los sacerdotes
La declaraci¨®n vaticana prohibiendo a los sacerdotes organizarse en asociaciones que directa o indirectamente tengan que ver con finalidades pol¨ªticas o sindicales es una toma de postura que, si se lleva a la pr¨¢ctica, puede convulsionar el paisaje actual de la Iglesia cat¨®lica.Hay referencias muy claras a organizaciones en Holanda o Estados Unidos que funcionan sindicalmente respecto a la jerarqu¨ªa a la hora de fijar sueldos y pronunciar nombramientos. Parece, sin embargo, que el texto tiene una primera lectura polaca. Abundan en las rep¨²blicas comunistas asociaciones eclesiales con denominaciones neutras, como la Conferencia de Berl¨ªn, financiadas con dinero estatal y que propugnan un apoyo incondicional a los respectivos Gobiernos. No es extra?o que estas organizaciones de apoyo al comunismo est¨¦n compuestas por miembros con posturas religiosas harto conservadoras.
Pero, en la medida en que la prohibici¨®n se refiere a todo tipo de asociaciones que indirectamente tengan que ver con la pol¨ªtica, tambi¨¦n quedan afectados movimientos occidentales, como Cristianos por el Socialismo, Sacerdotes para el Pueblo de Am¨¦rica Latina o las Comunidades Populares de Base, que, siendo expl¨ªcitamente movimientos de Iglesia, no renuncian a considerar la incidencia pol¨ªtica de todo planteamiento religioso, optando globalmente por la liberaci¨®n o el socialismo. Si la prohibici¨®n se refiere a estos planteamientos, estar¨ªamos ante una clara condena de teolog¨ªas, como la de la liberaci¨®n o la teolog¨ªa pol¨ªtica, que hablan de la necesidad de incluir en la actividad del creyente un horizonte pol¨ªtico.
La prohibici¨®n alcanza, seg¨²n interpreta el Frankfurter Allgemeine Zeitung, entre otros, a la militancia pol¨ªtica y sindical de los sacerdotes o di¨¢conos. Este punto afecta directamente a conocidos sacerdotes de Nicaragua, ministros o altos funcionarios del Estado, pero tambi¨¦n a muchos sacerdotes espa?oles. Sin entrar en consideraci¨®n de los muchos cl¨¦rigos con carn¨¦ sindical o pol¨ªtico, presentes en todo el arco pol¨ªtico espa?ol, las ¨²ltimas elecciones generales, as¨ª como las municipales, revelan un buen n¨²mero de sacerdotes diputados a Cortes o alcaldes de pueblo. Entre los diputados, V¨ªctor Manuel Arbeloa y Celso Montero, por el PSOE, y Pedro Solavarr¨ªa, por Herri Batasuna, sin olvidar a Mart¨ªnez Fuertes, que fue procurador en Cortes, ex- senador por UCID y que es el presidente de la patronal de colegios privados. Curas alcaldes los hay en las localidades santanderinas de Ruente y Valderrecible o en Catalu?a, donde todos los curas canditados salieron elegidos alcaldes, como Lluis Hern¨¢ndez, en Santa Coloma, en la lista del PSUC, o los concejales Jaime Patricio, en la misma localidad; Jaime Botey, en Hospitalet; Miguel Redorat en Ase¨®, etc.
Ante la inminencia del hecho, los obispos espa?oles publicaron un documento en febrero de 1977, donde recodemendaban a los cl¨¦rigos que no se presentaran como candidatos y que, si en conciencia cre¨ªan que deb¨ªan hacerlo, "tienen que someter la oportunidad de su candidatura al consentimiento del obispo". La prudente postura de los obispos espa?oles, que ha sido tambien la de los suepriores religiosos, queda en entredicho con la clara prohibici¨®n de la Congregaci¨®n para el Clero.
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